La revista británica The Economist señala, en una artículo, que detener la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco podría complicar las inversiones futuras en los proyectos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
"Algunos inversores temen que pueda ordeñar a Pemex, la compañía petrolera estatal más endeudada del mundo, al exigirle que construya proyectos públicos. Eso arriesgaría dañar las calificaciones de bonos soberanos de México, ahuyentando al capital extranjero”, dice el medio.
El medio británico ve posible que después de que AMLO cancele el aeropuerto pueda seguir una política económica más sensata, pero eso, dice, “se aclarará el 1 de diciembre cuando López Obrador asuma el cargo, y dos semanas después, cuando proponga un presupuesto.
Ciudad de México, 1 de noviembre (SinEmbargo).– Detener la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco podría complicar las inversiones futuras en los proyectos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dice hoy la revista británica The Economist.
En un artículo titulado “El Presidente entrante de México detiene un proyecto de aeropuerto y paga un precio”, la revista especializada en negocios señala que la decisión de cancelar la obra tras una consulta de cuatro días golpeó al peso mexicano, que cayó a su nivel más bajo en cuatro meses, así como a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y sus bonos. “Los acreedores, que habían tenido esperanzas en México, se volvieron hostiles”.
“En 2002 Vicente Fox, entonces Presidente de México, terminó una luna de miel con inversionistas extranjeros cediendo ante los campesinos que empuñaban machetes y dejando caer los planes para construir un aeropuerto cerca de la Ciudad de México. El 29 de octubre, la historia se repitió cuando el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador dijo que detendría la construcción de un aeropuerto después de que fuera rechazado en una votación que involucraba a apenas el 1 por ciento del electorado”, refiere el texto.
La revista destaca que López Obrador, a quien denomina un populista de izquierda, había tratado de tranquilizar a los mercados tras su victoria, pero la cancelación de las obras en Texcoco modificó el estado de ánimo de los inversionistas.
“A pesar de los problemas en otros mercados emergentes, la inversión en México se mantuvo relativamente en alza; el optimismo se vio reforzado por un nuevo acuerdo comercial con los Estados Unidos. Al poner un proyecto de infraestructura complejo a un voto mal concebido, el Presidente electo agrió el estado de ánimo” detalla.
Advierte que “los más afectados por las repercusiones son los tenedores de bonos por 6 mil millones emitidos para financiar la construcción del aeropuerto. Los precios cayeron a niveles que implican incumplimiento. Los hombres de negocios prominentes también fueron afectados. Incluyen a Carlos Slim, el hombre más rico de México, cuya empresa de construcción está involucrada en el proyecto. López Obrador planea mantener el aeropuerto existente y convertir una base aérea cercana. Eso puede reducir la cantidad de aviones que pueden volar con seguridad”.
El pasado lunes, López Obrador anunció la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco, de 13 mil 300 millones de dólares, luego de una consulta ciudadana que fue criticada por su baja participación y la falta de observadores. La decisión impactó en los mercados.
La suspensión del nuevo aeropuerto de México ha llevado a Fitch a colocar en negativa la perspectiva crediticia y a Standard and Poor's y Moody's a criticar la decisión, aunque mantienen por ahora como estable la calificación de la deuda nacional.
LAS OBRAS FUTURAS DE AMLO
Para The Economist, la mayor preocupación es que el Gobierno de López Obrador está preparado para romper los grandes contratos del NAIM, un proyecto que cuenta con financiamiento y una tercera parte de la cual ya está construida utilizando un “referendo falso como excusa”.
“Eso envió todos los mensajes equivocados en un país que necesita inversión extranjera, y recientemente ha liberalizado su industria de energía”, indica.
La mayor preocupación de los inversionistas extranjeros es lo que López Obrador podría hacer en el futuro, dice la revista. “Algunos temen que pueda ordeñar a Pemex, la compañía petrolera estatal más endeudada del mundo, al exigirle que construya proyectos públicos. Eso arriesgaría dañar las calificaciones de bonos soberanos de México, ahuyentando al capital extranjero”.
El medio británico ve posible que después de que AMLO cancele el aeropuerto pueda seguir una política económica más sensata, pero eso, dice, “se aclarará el 1 de diciembre, cuando López Obrador asuma el cargo, y dos semanas después, cuando proponga un presupuesto. Su equipo económico insiste en que la rectitud fiscal prevalecerá”.
Pero el daño que ocasionó la cancelación del NAIM en Texcoco ya se ha hecho, asegura The Economist y destaca que “los acreedores dicen que se negarán a financiar los ambiciosos proyectos de infraestructura de López Obrador a menos que cambie su tono”.
Michael Conelius, de T. Rowe Price, un administrador de activos, dice al medio que si el Presidente electo intenta la misma estrategia del NAIM con la Reforma Energética, se le dificultará reunir cualquier capital.