¡Urgente! Peña Nieto busca enemigo

01/10/2015 - 12:01 am
El Presidente atina el diagnóstico pero falla en la estrategia: al criticar a López Obrador lo posiciona otra vez como el rival a vencer. Foto: Cuartoscuro
El Presidente atina el diagnóstico pero falla en la estrategia: al criticar a López Obrador lo posiciona otra vez como el rival a vencer. Foto: Cuartoscuro

Esta semana, el periodista Raymundo Riva Palacio dedicó dos columnas a una reunión a puerta cerrada entre un poderoso grupo de empresarios y el Presidente Peña Nieto. Sin citar nombres, el periodista nos cuenta de los dos temas centrales de la comida: la credibilidad del gobierno actual y Andrés Manuel López Obrador.

Sobre el primer tema y ante la sugerencia del Presidente del ataque continuo de la prensa extranjera contra México, escribe Riva Palacio: “Nunca antes, en las reuniones a solas que ha sostenido con los empresarios, Peña Nieto había escuchado la crudeza de cómo ese sector de tomadores de decisiones económicas están observando su gobierno. Fue el encuentro más crudo que han tenido…”.

Curiosamente, esta semana Al Jazeera ironizó sobre la incongruencia del Presidente en su discurso en las Naciones Unidas. No puedes caer más bajo cuando tu palabra no se toma en serio.

En cuanto al “Peje”, Raymundo escribe como vieron los empresarios las elecciones intermedias recientes: “La realidad que veían es cristalina: Peña Nieto había sido un lastre para el PRI, mientras López Obrador lo fue todo para Morena”. Es decir, dado el contexto, los empresarios no tienen duda que Andrés Manuel puede ser presidente en 2018.

A juzgar por los más recientes discursos del Presidente, la lectura es compartida. Al enfilar contra el populismo, Peña Nieto está buscando un enemigo que le permita realinear las filas de su gobierno y conseguir aliados para dar la batalla.

El Presidente no es tonto, sabe que los únicos que temen más que él a la figura del “Peje” son los empresarios, y por eso aprovecha cuanta ocasión tiene para alzar la voz y apuntar el fusil contra “el peligro para México”.

Pero Andrés Manuel no es el único destinatario de ese discurso. El Presidente sabe que su gobierno ya perdió la batalla de la legitimidad. Una derrota que no es de México (como se lo señalaba uno de los empresarios más críticos durante la mencionada comida y así como sus asesores insisten en hacerle creer), sino que es una derrota de su gestión y de su persona.

La pérdida de la confianza nacional e internacional en el gobierno actual tiene razones claras y nombres específicos: la “verdad histórica” de Ayotzinapa, la “casa blanca”, Grupo Higa, OHL, la fuga de “El Chapo” Guzmán, el estancamiento económico, la crisis de inseguridad en muchos estados, el aumento de la pobreza y hasta la “investigación” de Virgilio Andrade.

Peña Nieto sabe que el resto de su sexenio será insuficiente para restituir la confianza perdida y entonces apela al viejo recurso de Maquiavelo: el miedo.

Pero como decía antes, López Obrador no es el unico objetivo de su discurso anti-populista. El Presidente ha sido claro: también hay populistas en la derecha y con esto incluye a cualquier personaje que busque abanderar su causa desde la figura de una candidatura independiente. El más reciente desplegado nacional firmado por intelectuales y líderes de opinión para exigir “cancha pareja” para los candidatos independientes en las siguientes elecciones, levantó las antenas del hombre de Los Pinos.

Repito, el Presidente no es tonto. Sabe que dada su crisis de credibilidad, en 2018 puede ser rebasado lo mismo por la izquierda que por la derecha. Las candidaturas independientes son un recurso nuevo con el que los empresarios cuentan para apuntalar personajes que les parezcan valiosos según sus intereses. Y están dispuestos a usarlas inviertiendo en ellas tiempo y dinero.

Visto así, el Presidente necesita restituir los vínculos con los hombres del dinero a nivel nacional. Los empresarios no están contentos con su gestión y, dado el relevo generacional, se atreven ahora a decírselo de frente, olvidando el viejo canon priísta del “Sí, señor Presidente”. Por eso a Peña Nieto le urge un enemigo. Un verdadero demonio que asuste a empresarios y clases medias. Un adversario que ponga a temblar a los que tienen algo que perder con el radicalismo de sus ideas.

Otra vez se equivoca el Presidente. Sigue sin entender que si la “gloriosa venida del populismo” es posible es en gran parte por su irresponsabilidad. El discurso de “ricos y pobres” de Andrés Manuel cabe en este país porque los pobres son cada día más y las clases medias cada día menos. Lo mismo su simplista dicotomía de “buenos y malos” que encuentra justificación suficiente en los escándalos de corrupción.

El Presidente atina el diagnóstico pero falla en la estrategia: al criticar a López Obrador lo posiciona otra vez como el rival a vencer. Con el desgaste de Osorio Chong y de Luis Videgaray, el Presidente no tiene opciones para competir con un cansado López Obrador cuyo peor enemigo es él mismo.

Cabe entonces la pregunta de si los empresarios y los abajo-firmantes del desplegado serán materia suficiente para apoyar desde la esfera ciudadana a alguna figura independiente con carisma, credibilidad y trayectoria. Un líder auténtico que sea capaz de restituir la confianza de los mexicanos con su gobierno y entre los mexicanos mismos.

Se ve difícil, pero la cancha está puesta. Si algo podríamos agradecer al señor Presidente es precisamente ponernos en esta coyuntura. Veremos si Peña Nieto es capaz de dejar correr el curso de la historia, y si los ciudadanos mexicanos estaremos a la altura de las circunstancias. Veremos.

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.
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