Hormigas león

01/10/2013 - 12:00 am

Todos los seres vivos ocupamos un lugar en la Tierra, cumplimos funciones, nos alimentamos y somos alimento de alguien más. Las hormigas no son la excepción. A pesar de ellas ser depredadores voraces, también hay depredadores que se especializan en cazar y devorar hormigas. Estos bichos pertenecen al orden Neuroptera y se les conoce comúnmente como hormigas león, no porque sean hormigas gigantes o con melena sino porque son el equivalente de los leones para las hormigas.

Las hormigas león pertenecen al grupo de insectos que durante su vida pasan por un proceso de metamorfosis, es decir, que cuando son infantes son muy diferentes a los adultos, cambian completamente de forma. Las larvas de las hormigas león viven en el suelo, particularmente en suelos arenosos, donde cavan unos huequitos que funcionan como trampas para hormigas donde ellos permanecen enterrados. Cuando una hormiga pasa por ahí, saltan rápidamente y con sus mandíbulas gigantes las agarran para ser devoradas. Lo curioso es que las mandíbulas no parten en pedazos a las hormigas como haría un león con su presa, sino que son unas estructuras huecas puntiagudas que sirven como popotes, por los cuales una vez insertados en la hormiga succionan todo el fluido de su víctima y luego descartan el exoesqueleto, parece que en su sistema digestivo no tienen la capacidad para procesar sólidos.

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Imagen tomada de la red.

Por lo general, el ciclo de vida de los Neuropteros es corto aunque algunas especies australianas pueden llegar a vivir hasta dos años. Los huevecillos de las hormigas león son muy peculiares puesto que son depositados individualmente por las hembras y no están directamente en contacto con el sustrato sino que tienen un pedúnculo, por lo que parecieran hongos creciendo de las hojas donde fueron dejados. El estadio larvario dura poco tiempo, en algunas especies alrededor de una semana por lo que necesitan alimentarse mucho. Cuando concluye esta fase de crecimiento construyen una pupa redonda con sedad y cubierta con arena donde se convierten en adultos en otros 10 días, y viven como adultos con alas por otros 30 días.

Los adultos parecen un caballito del diablo a la distancia, pero su tamaño es mucho menor solamente llegar a medir cinco centímetros; tienen un par de ojos compuestos y un par de antenas que pueden ser cortas como bastones o largas, dependiendo de la familia a la que pertenezcan. Además, tienen dos pares de alas transparentes alargadas que se pliegan sobre el cuerpo cuando están posadas y presentan un patrón de venación muy intrincado, semejando una red. Algunos adultos también son carnívoros pero la mayoría se ha especializado en comer polen y néctar de las flores, generalmente son de hábitos nocturnos.

Dentro del mismo orden Neuroptera también encontramos otro grupo de bichos muy interesantes denominadas crisopas, éstas son insectos primos de las hormigas león que se utilizan como control biológico puesto que son muy eficientes alimentándose de plagas agrícolas como los pulgones y las mosquitas blancas. En muchos cultivos a nivel mundial ya se usan las crisopas en lugar de insecticidas para eliminar a los insectos que reducen las cosechas, particularmente en manzanas y hortalizas. Otras especies dentro del orden tienen la curiosidad de tener larvas acuáticas y están especializadas en alimentarse activamente de esponjas.

En México se han descrito 349 especies nativas pertenecientes a este orden, lo cual representa el seis por ciento de las especies en todo el mundo. Por lo que si observas un caballito del diablo que no te convence del todo, probablemente estés ante un Neuroptero y además de observarlo y disfrutarlo, hay que dejarlos vivir puesto que como hemos explicado cumplen una función importante de reguladores de plagas.

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Imagen tomada de la red.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
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