Washington, 1 oct (dpa) – El mundo necesita crear 600 millones de nuevos empleos hasta 2020 sólo para mantener constante la tasa de empleo actual, señaló hoy el Banco Mundial en un estudio en el que se subraya que de lo que se trata es no sólo de crear puestos de trabajo, sino de que éstos tengan una cierta calidad.
“Para mantener constante la tasa de empleo como proporción de la población activa, en 2020 deberá haber cerca de 600 millones de puestos de trabajo más que en 2005, la mayoría de ellos en Asia y el África al sur del Sahara”, advierte el BM en su “Informe sobre el desarrollo mundial 2013: Empleos”, publicado este lunes.
Un desafío más difícil aún en momentos en que la crisis económica mundial ha dejado a unos 200 millones de personas sin trabajo, incluidos 75 millones menores de 25 años, advierte el BM.
Además, no se trata de crear cualquier tipo de empleo: el trabajo es un “factor determinante para lograr el desarrollo económico y social” no sólo a nivel individual sino de toda una sociedad, por lo que los puestos de trabajo deberían aspirar a tener una cierta calidad para “desencadenar un círculo virtuoso”, precisa el informe.
“Un buen empleo puede cambiar la vida de una persona y, cuando los puestos de trabajo son adecuados, pueden transformar sociedades completas”, destacó el presidente del BM, Jim Yong Kim.
“Los gobiernos deben poner este tema en primer plano para promover la prosperidad y luchar contra la pobreza”, agregó.
En este sentido, llamó a los gobiernos a “trabajar bien” con el sector privado, que en los últimos años ha sido el responsable de la creación del 90 por ciento de los empleos.
“Tenemos que encontrar la mejor manera de ayudar a empresas y al sector agrícola a crecer”, agregó.
“Los empleos son el mejor seguro contra la pobreza y la vulnerabilidad”, coroboró el economista en jefe y vicepresidente superior del BM, Kaushik Basu. “Los gobiernos pueden desmpeñar un rol habilitador vital, creaando un entorno que estimule la demanda de mano de obra”.
Sobre todo en momentos en que no se supera la recesión global, no resulta sorprendente la importancia que se le da al impulso de políticas de estimulación del empleo.
En este sentido, y bajo la premisa de que “la calidad de los trabajos es fundamental, no sólo la calidad”, el informe propone “un enfoque en tres etapas” para ayudar a los gobiernos en sus objetivos de creación de empleo.
Por un lado, subraya la importancia de que haya “bases sólidas”. Ello incluye, precisa, “estabilidad macroeconómica”, así como un “entorno propicio para hacer negocios, capital humano y Estado de Derecho”.
Asimismo, hace hinacipé en que “las políticas laborales no deben convertirse en obstáculo para la creación de empleos”.
“Un mercado de trabajo disfuncional puede impedir que el crecimiento económico se traduzca en un aumento del empleo y en una mayor calidad de los puestos de trabajo”, advierte en este sentido el BM.
“Si no aborda las imperfecciones del mercado de trabajo, o si las crea, la política laboral puede, en efecto, limitar la creación de empleo, incluso gravemente”, dice el informe.
Es tarea por último también de los gobiernos “identificar cuáles son los empleos que más ayudan al desarrollo dado el contexto específico del país” y, en este marco, “remover o compensar las barreras a la creación de este tipo de empleos por parte del sector privado”.
Al respecto, el BM diferencia las prioridades entre las sociedades agrarias y los países “urbanizados”.
En el primer caso, el foco debe ser “aumentar la productividad de las pequeñas fincas”. Para los países urbanizados mientras tanto, resulta “vital” contar con una “mejor infraestructura, conectividad, vivienda y planificación urbana”.
