El candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este día la Residencia Oficial de Los Pinos, desde donde hizo campaña: aseguró que cuidará de los estadounidenses de su país si gana, habló de sus propuestas y no pidió perdón por las ofensas lanzadas durante meses contra México y sus ciudadanos. Peña no le reclamó nada. Simplemente le contó de qué tamaño es la relación entre las dos naciones, y le solicitó, con mucho cuidado y muy tibio, diálogo.
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Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).– El candidato presidencial republicano Donald Trump vino a hacer campaña. No ofreció disculpas por meses de ofensas contra México y sus ciudadanos. Dijo que respeta y quiere a los mexicanos y ratificó que habrá cambios en la relación si llega a la Casa Blanca.
En una rueda de prensa en la Residencia Oficial de Los Pinos, tras una reunión privada con Peña Nieto y de poco más de una hora, Trump confirmó que va por un muro entre ambas naciones. Sólo falta ver quién lo va a pagar.
“Hablamos de la construcción del muro. ¿Quien va a pagar por el muro? Eso no lo discutimos. Eso no se dijo. Eso será en otra ocasión”, aclaró.
Trump ha dicho que México pagará su muro. Hoy ha confirmado que su barrera para la frontera va.
"Tener una frontera segura es un derecho soberano y beneficia a ambas naciones [...], construir una barrera física o pared para frenar el movimiento de personas, drogas o de armas".
Hillary Clinton, candidata demócrata, tuiteó mientras Peña recibía a Trump. Dijo: “El plan de Trump sobre inmigración ha sido claro: demonizar inmigrantes, ‘construir la muralla’, deportar millones”.
El plan de Trump sobre inmigración ha sido claro: demonizar inmigrantes, "construir la muralla", deportar millones. pic.twitter.com/90NGNvX5RF
— Hillary en español (@Hillary_esp) 31 de agosto de 2016
Enrique Peña Nieto, Presidente de México, sólo le narró el tamaño de la relación entre los dos países y le pidió diálogo si gana la Presidencia de Estados Unidos.
El Presidente dijo que le comentó a Trump sobre el tráfico de dinero en efectivo y de armas que viene de Estados Unidos, en contraposición de la idea unilateral, en el vecino país, de que sólo se genera un problema con migrantes y drogas.
"Podemos no estar de acuerdo, pero su presencia muestra que tenemos una coincidencia: México es importante para EU, como EU es importante para México", dijo Peña.
"Mi prioridad es proteger a los mexicanos donde quiera que se encuentren, ésa es mi responsabilidad y la seguiré cumpliendo con total entrega", dijo Peña a Trump y recordó que los mexicanos acuden al país vecino del norte a trabajar y con ello apoyar la economía de Estados Unidos. También aseguró que "el TLC le ha hecho mucho bien tanto a México como a EU".
En el encuentro, dijo, "hice también notar y sentir la gran responsabilidad que tengo como presidente de México de defender al pueblo de México y que había habido malinterpretaciones o afirmaciones que lamentablemente habían lastimado y afectado a los mexicanos en la percepción que venían haciendo" de Trump.
Peña Nieto dijo a Trump que los mexicanos "merecen el respeto de todos" y que sus ciudadanos contribuyen al desarrollo y prosperidad de Estados Unidos. Señaló que los asuntos de la frontera común deben considerar la inmigración, pero también los flujos ilegales de armas y dinero al sur que alimentan la violencia de los cárteles.
Analistas, políticos, partidos, historiadores y ciudadanos aquí, y comunidades de mexicoamericanos allá, han calificado como un error histórico la invitación a Trump para que visite México. El empresario ha ofendido durante meses a los mexicanos, a quienes ha llamado "violadores" y "criminales".
El viaje relámpago de Trump a la capital mexicana ha sido visto por algunos como una decisión política arriesgada a apenas 10 semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Ocurrió a unas horas de que pronuncie un esperado discurso en torno a la inmigración no autorizada, un tema central en su campaña sobre el que recientemente ha titubeado.
Trump llegó a un país donde es ampliamente despreciado. Pequeños grupos se manifestaron en al menos dos puntos de la capital, mientras un ex Presidente y una ex Primera Dama abiertamente le dijeron al multimillonario neoyorquino que a pesar de la hospitalidad del mandatario mexicano, no es bienvenido.
El avión del magnate neoyorquino aterrizó en el hangar presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) alrededor de las 13:00 horas.
De allí, se fue a Los Pinos.
PROTESTAN CONTRA EL REPUBLICANO
Aunque afuera del aeropuerto no se registraron manifestaciones, en algunas calles de la capital hay grupos que protestan por la visita del magnate, que durante su campaña ha lanzado comentarios ofensivos contra los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos.
"Mas si osare un extraño enemigo, profanar con sus plantas tu suelo...", afirmó con un cartel Rubén Banda, de 95 años. Son pocos, pero están furiosos. Mexicanos de la capital del país manifiestan en el simbólico Ángel de la Independencia su indignación ante la visita del candidato republicano Donald Trump a territorio nacional.
"Fuera Trump, fuera Trump", gritaron en conjunto.
Entre los manifestantes había un joven mexicano que mostró una bandera Palestina. Maya Ghazzel acaba de aterrizar hace unas horas, proveniente del país asiático.
Está enfadado porque "es el colmo" que el Presidente Enrique Peña Nieto normalice la retórica contra mexicanos, musulmanes, afroamericanos e indígenas.
También está la heroína "Súper Zape", que vino a zapear para "desapendejar a los mexicanos". Su traje es dorado con rojo y carga una manopla y un pan (contra el susto).
Cree que hay pocos en el Ángel por la rapidez con que se dio el anuncio de la reunión entre el mandatario y el candidato.
Para Josean, mexicano de 26 años, Trump es "just another brick in the wall" (léase "otro ladrillo en la pared" en tono de Pink Floyd). Su discurso de odio, dijo, está levantando muros entre mexicanos y estadounidenses, entre musulmanes y no musulmanes, entre mujeres y hombres.
"Pensé que su visita era una broma. Me parece lo más desacertado", opinó el joven.
Son pocos, pero, en verdad, están furiosos.
Rubén Banda, como psicólogo, llevaría al magnate al psiquiatra; a las Islas Marías con camisa de fuerza. "Está loco, es un enfermo mental", aseguró. Su llegada solo sirve para hundir más al país, consideró.
Los manifestantes exigen una disculpa de Trump a los mexicanos de aquí y a quienes viven en Estados Unidos. Pero, coinciden, no es suficiente.
"Que se largue", pide uno.
Teresa Reyna, de 32 años, llegó con su perra y se sentó en las escaleras del Ángel. "Americana en contra de Trump", muestra en su cartulina.
Lleva dos años viviendo en México y vino a apoyar. "Trump no representa a un estadounidense", dijo.
Se siente confundida. No entiende por qué vendrá. Cuando se enteró, al igual que Josean, creyó que era una broma. "No way!".
¿Trump se disculpará con los mexicanos por su discurso de odio, xenófobo y machista? Teresa no lo cree. "No tiene vergüenza".
Los mexicanos que se manifiestan hoy en el Ángel tampoco lo creen, pero piensan que es necesario.
"Fuera, Trump. Fuera, Trump", vuelven a gritar.
Y los conductores que rodeaban el Ángel de la Independencia los apoyaron con claxonazos.
"Fuck you, Trump", le dice una cartulina amarilla fosforescente. Que se vea. "Pide perdón y te vas".
La reunión entre Trump y Peña Nieto, criticada por varios sectores del país, se acordó tras una invitación del mandatario que incluía a la candidata demócrata Hillary Clinton, aunque todavía no se ha fijado una fecha para el encuentro con la ex Secretaria de Estado.
El encuentro se realiza a puertas cerradas, pero luego el mandatario y el magnate estadounidense ofrecerán un mensaje para la prensa, informó la Presidencia.
Políticos, como los ex presidentes Vicente Fox Quesada (2000-2006) y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) consideraron un error que Peña Nieto reciba a Trump después de haber insultado a los mexicanos. Asimismo, diputados y senadores advirtieron que el candidato presidencial es una persona no grata en México y exigen que ofrezca unas disculpas públicas por sus ofensas.
Hillary Clinton promovió este miércoles su política exterior ante electores republicanos en un discurso dirigido a la Legión Estadounidense, en el que criticó el viaje de Donald Trump a México aseverando que criticó por su viaje de último momento a México el miércoles, al afirmar que "se requiere más que un esfuerzo para compensar un año de insultos e insinuaciones con efectuar una visita a nuestros vecinos durante algunas horas".
Trump, conocido por sus polémicas declaraciones racistas sobre los inmigrantes, ha suavizado un poco su discurso en los últimos días, pero se ha mentenido firme en la propuesta de levantar un muro en la frontera con México para evitar el paso de inmigrantes a Estados Unidos. Un muro que, asegura, obligará a financiar al Gobierno del país latinoamericano.
PRENSA EXTRANJERA DESTACA LA REUNIÓN
ADEMÁS:
Ni Enrique Peña Nieto ni Donald Trump atraviesan su mejor momento político: la popularidad del Presidente de México está hundida y a la baja cuando aún le quedan dos años de mandato por delante y el candidato republicano a la Casa Blanca se ha desplomado en las encuestas electorales. Por ello, el encuentro entre ambos ha desatado el interés en la prensa extranjera, que dedicaron artículos importantes al tema.
El diario New York Times (NYT) destacó la visita del magnate estadounidense a México. Dijo que el viaje lleva a Trump a una nación que ha despreciado repetidamente.
“Él [Trump] es ampliamente denostado en México, donde la propuesta del muro ha reavivado profundas quejas sobre la soberanía y el respeto que han afectado históricamente la relación de México con Estados Unidos”, escribió el NYT.
También mencionó el viaje “es la última apuesta del Trump y su campaña. Pero para todo el riesgo que supone, ofrece una imagen que el magnate disfruta: de un astuto negociador dispuesto a hacer lo inesperado - reunirse con un supuesto enemigo - para adelantar su agenda”.
La visita de Trump a México supone un giro asombroso en su campaña electoral, que comenzó con un insulto a los inmigrantes mexicanos, a quienes llamó "criminales" y "violadores", y siguió con su propuesta de construir un muro en la frontera sur y pasarle la factura al país vecino.
Andrew Seele, el vicepresidente ejecutivo del Centro Internacional Woodrow Wilson para Académicos y un experto sobre México, dijo al NYT que la motivación de México para invitar a Trump simplemente ha sido “pragmática”.
"Creo que el gobierno mexicano quiere canales con quien sea que se convierta en Presidente de EU, y Trump es un candidato legítimo", dijo Seele.
"Y desde un punto de vista político, el que Peña Nieto consiguiera que Trump venga a México, muestra que Trump se ha visto obligado a cambiar algo de su retórica y tomar en serio a México”, agregó.
El Washington Post (WP) mencionó que la visita se produce después de que Trump vacilara durante semanas sobre si va a continuar manteniendo sus duras posturas sobre el tema central de su campaña, en particular, su llamado a deportar a un estimado de 11 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos de manera ilegal.
De acuerdo con el diario estadounidense, la invitación es una impresionante jugada de Peña Nieto, teniendo en cuenta los problemas que la campaña de Trump le han provocado al gobierno de México en el último año, considerando que llamó a los inmigrantes mexicanos "violadores y criminales", o que prometió construir un muro a lo largo de la frontera entre ambas naciones, o que inclusive ha amenazado con deshacer el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Por su parte, refiere el Post, el nuevo director ejecutivo de la campaña de Trump, Stephen K. Bannon, jugó un papel clave en la visita del miércoles, quien comprendió que Trump debe explotar un punto de vista populista sobre el tema de la inmigración en estas últimas semanas de campaña.
Asimismo, Bannon ha declarado que la invitación por parte del Ejecutivo federal mexicano le ofreció a Trump una oportunidad para mostrarse como un hombre de Estado que puede tratar directamente con México.
Además, el periódico explica que a pesar de que en México existe un repudio generalizado por el candidato republicano, sin embargo, las cosas están cambiando debido a la creciente incertidumbre acerca de la posible victoria de Trump, en cuyo sentido acercar al candidato a nuestro país podría ser un primer paso para acercar al próximo mandatario de los Estados Unidos, el socio comercial más importante de México.
En tanto, Los Angeles Times (LAT) ratifica la postura expresada por el WP, ya que explica que la reunión presidencial permite a Trump asumir el papel de hombre de Estado y asegurar a los votantes que sus duras palabras no le impedirán mantener el diálogo con líderes extranjeros.
En ese sentido, Helen Aguirre Ferré, responsable del área de comunicación hispana del Comité Nacional Republicano, aseguró que “no estoy segura de lo que será su política de inmigración. Veremos el miércoles”.
El discurso de Trump sobre la inmigración lo disparó en un principio en las encuestas y le valió, hasta cierto punto, la nominación republicana. Pero de ahí en fuera, dice LAT, el tema lo ha acosado en la campaña de las elecciones generales: sólo 1 de cada 5 votantes latinos lo apoya, según una reciente encuesta de Fox News. Asimismo, algunos estrategas creen que sus rudas propuestas de política también ha hecho que disminuya su apoyo entre los diversos grupos de votantes, sobre todo los minoritarios.
Finalmente, el diario americano apunta que si la reunión de Trump con Peña Nieto indica que el republicano está moderando su postura en materia de inmigración, corre el riesgo de socavar la premisa de su campaña, ya que no sólo ha vendido el tema de la seguridad en la frontera como lo más importante para el vecino país, sino que también se ha mostrado como un hombre de negocios que opta por medidas decisivas sin cálculos políticos o vacilación alguna.
También, el diario inglés The Guardian habló del suceso, mencionado que Josh Green, un reportero de noticias de Bloomberg, dijo que durante su estadía en México Trump estará acompañado por el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani y el Senador de Alabama Jeff Sessions.