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Cómo murió la serie de tele más vista de EU, y cómo Roseanne, seguidora de Trump, pagó por su racismo

31/05/2018 - 12:23 pm

La corresponsal de BBC Mundo, Beatriz Díez, recordó que no es la primera vez que la comediante escribe un mensaje despectivo sobre una mujer afroestadounidense. Todos en ABC esperan que no convirtiera su programa en una olla cargada de ignorancia y racismo. Pero con lo que no contaban, es que esa olla es ella, y terminó por desparramarse en redes sociales.

Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).– Roseanne Barr, la protagonista de Roseanne, regresó con una audiencia de 18 millones de espectadores. Pero así los perdió, todos, de golpe: la ABC la sacó por una serie de tuits racistas.

Nada qué decir de ella. Es lo que es: una seguidora furibunda del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el hombre que desató el odio racial en una nación que ha luchado en toda su historia por superar sus propios miedos y su ignorancia.

“En un tuit en el que no dice nada y lo dice todo, el Presidente de Estados Unidos se pronunció este miércoles sobre el despido fulminante de su alter ego en Hollywood, Roseanne Barr, por un chiste racista. El Presidente echa de menos que alguien se disculpe con él por las ‘afirmaciones HORRIBLES (las mayúsculas son suyas)’ sobre su persona. No hizo ninguna mención a los comentarios de Roseanne Barr, después de 24 horas de discusión nacional en Twitter en Estados Unidos sobre racismo y los límites del sarcasmo”, dijo El País.

Agregó: “Con todo, la de Trump no fue la reacción más importante del día a una polémica que ha engullido la conversación nacional de Estados Unidos en las últimas 24 horas. En la noche del martes, Roseanne Barr empezó a cambiar el tono de su cuenta de Twitter y dejó de retuitear apoyos y justificaciones de su racismo. Publicó una disculpa más elaborada, mostró arrepentimiento por su comentario “atrozmente indefendible” y pidió a sus seguidores que no la defendieran. También reconoció su pesar porque cientos de personas involucradas en la serie del año van a perder su empleo por su culpa. En un momento dado, dijo que había tuiteado la broma de madrugada bajo la influencia de Ambien, un popular somnífero”.

“La decisión de la cadena ABC de cancelar el programa Roseanne –después de que la protagonista que daba nombre a la serie comparara con un simio a Valerie Jarrett, una mujer negra exasesora de Barack Obama– ha tenido un gran impacto en toda la industria del entretenimiento estadounidense”, dijo The Guardian.
El mensaje de Twitter de Roseanne Barr, en el que también “bromeaba” con que Jarrett estaba vinculada a los Hermanos Musulmanes, escandalizó a la opinión pública e hizo que sus compañeros del programa salieran rápidamente a repudiarlo, hasta que finalmente la cadena tomó la decisión sin precedentes de dar de baja la serie con mejor índice de audiencia que tenía, a solo una semana del final de la temporada.

En un comunicado difundido horas después del mensaje de Barr, el presidente de ABC Entertainment Channing Dungey afirmó que el mensaje de Roseanne era “aberrante, repugnante e inconsistente con nuestros valores”, anunciando a la vez que la serie sería cancelada.

En un mensaje de Twitter, el consejero delegado de Disney, Bob Iger, se refirió al comunicado de Dungey y dijo: “Había sólo una cosa por hacer en este caso y era hacer lo correcto”. Jarrett, que este martes por la noche casualmente hizo una aparición en un programa especial de la cadena MSNBC titulado “Racismo cotidiano en Estados Unidos”, dijo que los comentarios de Barr fueron “un momento revelador”.

Roseanne Barr, izquierda, y John Goodman en una escena de la nueva versión de “Roseanne” que se estrenó en ABC. Foto: AP

La decisión de ABC de dar de baja el programa ha sido el desenlace final del rápido regreso de Barr a la vida pública y su posterior caída en desgracia. Hace sólo unos meses, Roseanne –que tuvo un impasse de dos décadas hasta que ABC repuso su programa para emitir una décima temporada– se ganó la aprobación de Donald Trump tras el estreno de la temporada que, con 18 millones de televidentes, fue la comedia más vista del país en casi cuatro años.
“Se dice que Barr, simpatizante declarada de Trump que en febrero dijo a ABC que ‘tenemos suerte de tenerlo de Presidente’, incluso recibió una llamada de felicitaciones del mandatario tras el estreno de la temporada. Además del colosal índice de audiencia, la serie recibió elogios de la crítica. El programa fue alabado por dar en el clavo en el clima político y por hacer buen uso del encanto original de la serie, que Barr alguna vez definió como ‘la primera comedia de televisión feminista y de clase obrera’”, agregó The Guardian.

El cambio radical del discurso de la estrella desde el final de la novena temporada en 1997 quedó reflejado por cómo la derecha acogió el programa. “Yo era guionista de la Roseanne original donde repudiábamos el racismo, la xenofobia y la homofobia”, escribió en Twitter este martes Danny Zuker, productor ejecutivo de la serie de ABC Modern Family. “Es repugnante ver en lo que se ha convertido”.

Barr fue acusada de racista e insensible a pesar de la popularidad de la reposición del programa, cuyo alter ego en la serie es Roseanne Connor, una mujer de clase trabajadora que apoya a Trump.

En un episodio a principios de este mes Roseanne sospecha que sus vecinos musulmanes están armando una bomba y dicen que probablemente sean de “Talibanistán”. El episodio fue acusado de islamófobo, y Barr respondió en su red social preferida: “Me gusta que los episodios de mi programas sean sobre TEMAS REALES Y GENTE REAL”.

También fue rechazado un aparente ataque que el personaje de Roseanne hizo a dos programas racialmente diversos de ABC. En un episodio, Dan –el marido de Roseanne en la serie– dice que la pareja se duerme cuando mira “cualquier programa sobre familias negras o asiáticas”, a lo que Roseanne responde sarcásticamente: “¡Son iguales a nosotros!”.

Pero lo que terminó por hundirla fue su estallido en Twitter. El mensaje de Barr sobre Jarrett ni siquiera fue la primera vez que comparó una alto cargo negra del Gobierno de Obama con un simio: en un tuit de 2013 que luego borró, Barr dijo que la consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice, era “un hombre con grandes pelotas de simio”.

Roseanne Barr, a la izquierda, y Laurie Metcalf en una escena de la relanzada serie de comedia “Roseanne”, cuyo primer episodio fue visto por 18.4 millones de espectadores. Foto: AP

Barr también tuiteó sobre el “Pizzagate” y el asesinato de Seth Rich, empleado del Comité Nacional Demócrata; afirmó falsamente que Chelsea Clinton estaba casada con un sobrino de George Soros; y llamó “antisemita” a Hillary Clinton y “sucia puta nazi” a Huma Abedin. En marzo, Barr dijo que Trump “ha liberado a muchos niños que eran rehenes de proxenetas en todas partes del mundo”, haciéndose eco de una teoría conspirativa que sostenía la derecha sobre redes de pedofilia controladas por Hollywood.

En agosto preguntaron a Channing Dungey, presidente de ABC, si pensaba que los tuits de Barr podían hacer “insostenible” el programa, respondió: “Intento preocuparme solamente por las cosas que puedo controlar”. Y en una entrevista al elenco de Roseanne, la actriz Whitney Cummings dijo que ella se “convirtió en la policía de lo políticamente correcto” mientras rodaban el programa.

Desde Los Ángeles, la corresponsal de BBC Mundo, Beatriz Díez, recordó eso: que no es la primera vez que la comediante escribe un mensaje despectivo sobre una mujer afroestadounidense.

En esta ocasión, el impacto del mensaje de Barr fue inmediato y pronto había decenas de personas que le pedían a ABC que cancelara su programa. La agencia que la representaba hasta ahora, ICM, también rescindió la relación laboral con ella. “Estamos todos muy perturbados por el vergonzoso e inaceptable tuit de Roseanne Barr esta mañana. Lo que escribió va contra la ética que es la esencia de nuestros valores, como individuos y como agencia. En consecuencia, le hemos notificado que no la representaremos”.

Y así fue como apenas unas palabras en Twitter, cargadas de odio e ignoracia, hundieron el programa de televisión más visto de Estados Unidos.
Bien merecido.

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