Mientras Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos haremos historia” a la Presidencia de la República, no llegue al poder, los mexicanos no terminarán de decepcionarse de la partidocracia. Por eso, aunque no irá a las urnas a votar, el tabasqueño debe ser quien gane los comicios de este año, porque es un pendiente que tiene la nación con él, afirma en entrevista con SinEmbargo Javier Sicilia Zardain, fundador y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD).
Aunque está casi seguro que López Obrador no podrá resolver la tragedia humanitaria que vive el país, el poeta y activista reconoce que quizás podría sorprender.
“López Obrador está en el imaginario como un pendiente, como la posibilidad de que esto cambie. Yo digo que no va a cambiar, que no va a poder. Que el tema es tan hondo y tan grueso, que ese hombre no va a poder, pero hay que transitar ese camino y a lo mejor nos sorprende”, considera.
En esta entrevista realizada en el centro de Cuernavaca, donde Javier Sicilia tiene su oficina, el escritor contesta algunas preguntas sobre el viraje que dio Emilio Álvarez Icaza –quien junto con él impulsó los diálogos por la paz en 2011– y su organización Ahora al sumarse a la campaña presidencial de Ricardo Anaya y obtener a cambio ocho candidaturas al Congreso de la Unión y casi una treintena a puestos de elección en los comicios locales para este año.
Cuernavaca, Morelos, 31 de marzo (SinEmbargo).- La Nación tiene un pendiente con Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República por la alianza “Juntos haremos historia”, quien debe ganar en 2018 para desilusionar o, quizá, para sorprender, dice Javier Sicilia Zardain, fundador y líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), en entrevista con SinEmbargo.
“López Obrador está en el imaginario como un pendiente, como la posibilidad de que esto cambie. Yo digo que no va a cambiar, que no va a poder. Que el tema es tan hondo y tan grueso, que ese hombre no va a poder, pero hay que transitar ese camino y a lo mejor nos sorprende; como a lo mejor nos sorprende Emilio [Álvarez Icaza] de que su camino era el correcto. Pero el pendiente ahí está y hay que cumplir ese pendiente. Yo no voy a ir a las urnas, pero creo que quien debe estar en el poder por una necesidad pragmática, de conciencia política y humana de este país, es cumplir ese pendiente con López Obrador”, afirma Sicilia Zardain.
El poeta y escritor hace un llamado a los candidatos a la Presidencia de la República que competirán por la silla presidencial este 1 de julio a encontrarse con las víctimas de la violencia en México en el Museo de Antropología, pues asegura, están invisibilizadas y fuera del discurso político de los aspirantes.
Luego de que López Obrador enviara un mensaje a través de Twitter el 25 de marzo por motivo del séptimo aniversario del surgimiento del MPJD afirmando que “nosotros hablamos de perdón, pero jamás de impunidad ni de olvido. Pronto tocará a víctimas sobrevivientes y a deudos indicarnos la ruta para la reconciliación”, Javier Sicilia asegura que durante la semana recibió mensajes de Emilio Álvarez Icaza, ya incorporado a la coalición “Por México al Frente”, y de Ricardo Anaya Cortés, candidato de esa alianza a la Presidencia de la República, en el mismo sentido.
“Yo les mando el desafío, ya que tomaron ese camino, ya que nos voltearon a vernos otra vez: dialoguemos públicamente, no conmigo; yo sólo soy la voz de las víctimas, la voz de una tribu adolorida, de esta tribu que cada vez es más grande, más dolorosa más llena de muerte, de injusticia y se la deben”, dice.
En esta entrevista realizada en el centro de Cuernavaca, donde Javier Sicilia tiene su oficina, el poeta contesta algunas preguntas sobre el viraje que dio Emilio Álvarez Icaza –quien junto con él impulsó los diálogos por la paz en 2011– y su organización Ahora, al sumarse a la campaña presidencial de Ricardo Anaya y obtener a cambio ocho candidaturas al Congreso de la Unión, y casi una treintena a puestos de elección en los comicios locales para este año.
“Es el camino de la realpolitik, es el camino de los partidos, de la lucha en ese nivel. No se le puede criticar, así es el juego ahí. Yo creo que la gente que lleva para esa bancada es una gente muy honorable y, como yo digo, nos tendrán que demostrar que esa bancada es lo suficientemente fuerte para poner sobre la agenda pública el tema de las víctimas de los derechos humanos. No es nuestro camino”, argumenta.
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–Javier, lo que dice en su discurso por motivo de los siete años del Movimiento por la Paz, ¿las víctimas son invisibilizadas y no están en el discurso de los partidos políticos que están en la contienda para 2018?
–Es una cosa muy triste. El movimiento hace siete años lo que hizo fue darle voz a los que se la habían negado en esta guerra absurda, porque sigue siendo absurda. Enrique Peña Nieto continúa con ella, la misma estrategia. Pues había un montón de víctimas que nosotros les dimos voz, les dimos presencia, les dimos nombres, historia y les devolvimos algo a fuerza de visibilizar que les habían quitado sus derechos humanos, sus derechos civiles, al grado que tuvimos que crear una Ley para víctimas, ahora una Ley para desaparecidos, porque el Estado no quiere hacerse cargo desde hace 12 años de una tragedia. Ese tema fundamental para la Nación, una tragedia humanitaria la que estamos viviendo que tuvo su momento de decir ‘sí lo vamos a tomar en cuenta’. Ahí estuvieron los diálogos con Presidencia, con los candidatos de entonces, pero se borró inmediatamente […]. Entonces uno está enojado con eso, porque de qué democracia nos están hablando, con qué cara salen a decir que van a representar al país con todas estas ciento de miles de víctimas que no son las de 2011 que visibilizamos, ahora son más. Hay entender que son una deuda de Estado, las víctimas no son deuda de gobierno. Quien asume la Presidencia carga con las víctimas del pasado y las que tenga su gobierno por negligencia, por corrupción por negar la realidad. Sin tomar en cuenta a las víctimas de la inseguridad como prioridad de la vida política no habrá democracia, porque eso tiene que ver también con la Ley de Seguridad Interior; eso se llama un Estado de excepción […]. Pónganlo en la agenda como prioridad, y ya que ha tomado el camino ‘el Peje’ [Andrés Manuel López Obrador], tomó la palabra hoy en Twitter Emilio Álvarez Icaza y [Ricardo] Anaya diciendo que saludan el movimiento, lo que sigue es un diálogo pendiente en el Museo de Antropología, no conmigo, yo sólo soy la voz de las víctimas que son más, que no son solo las de Felipe [Calderón Hinojosa], son Tlatlaya, Nochixtlán, Allende, las fosas, las madres que buscan a sus desaparecidos, toda esa gente está ahí y tienen la obligación de sentarse a dialogar con ellas, porque no es un tema de partido, de agenda política particular, es un tema de la nación.
–¿Qué opina, ahora que toca el tema de Álvarez Icaza, de esta decisión que tomó de sumarse al Frente? Escuchamos en su discurso [por motivo del aniversario del MPJD] ahí algunas palabras que hacen referencia a él.
–Mire, nosotros no acompañamos, ya hicimos esta crítica, es una crítica para todos. Pero él tomó esa decisión, la respetamos; simplemente sí le llamamos la atención: tiene es que poner, independientemente que estemos de acuerdo o no, tiene la obligación de poner en la discusión pública y en la discusión política en el camino que tomó como tema fundamental, porque esa es su tradición, porque esa esa su vida y porque significa muchísimo a nivel nacional e internacional para todas las víctimas, tiene que poner la agenda de las víctimas como uno de los ejes fundamentales de su lucha, de su discurso político y del desafío que tiene que ponerle a los demás contrincantes.
–Él nos dijo en entrevista: “Yo ya me cansé de ver llorar a la gente y no tener respuestas”, por eso decidió cambiarse de bando y dice que quiere hacer una bancada de la sociedad civil; aunque hay una crítica de parte de la sociedad civil que dice que no se ve representada en eso. ¿Ya se agotó la lucha de la sociedad civil y queda nada más la vida partidaria?
–No, no, ese es el camino que tomó cierta parte de la sociedad civil con Emilio Álvarez Icaza, no es la de todos. Tampoco se ven representados en eso, se veían representados en Ahora muchos más, una gran parte de la sociedad civil se vio representada en Ahora y en Emilio Álvarez Icaza, pero desde el momento en que decide entrar en una lucha partidista, esa sociedad dejó de sentirse representada. Esa es la crítica que se le hace. Está bien, él tendrá que asimilarla y tendrá que demostrarnos a todos que ese es el a camino correcto, que él no se equivocó, pero eso lo vamos a ver. Mientras tanto ahí están las criticas, pero también está el respeto a este camino que eligió. En una lucha donde el problema es muy grande, no podemos condicionarle los caminos a la gente, él decidió ese camino, lo hemos criticado, pero él decidió ese camino. Lo que no quiere decir que no sea susceptible de críticas, como las hemos recibido todos; las recibió el movimiento cuando estuvo en su momento álgido, las sigo recibiendo yo.
–Algunos de los puntos que le están criticando a Emilio son las candidaturas. Las ocho candidaturas que recibió la gente que está en Ahora. Él lleva una senaduría, también está su hermano José que va por Cuernavaca, y tienen casi 30 candidaturas a nivel local. ¿Qué opina de esto?
–Es el camino de la realpolitik, es el camino de los partidos, de la lucha en ese nivel. No se le puede criticar, así es el juego ahí. Yo creo que la gente que lleva para esa bancada es una gente muy honorable y, como yo digo, nos tendrán que demostrar que esa bancada es lo suficientemente fuerte para poner sobre la agenda pública el tema de las víctimas de los derechos humanos. No es nuestro camino.
–Javier, ¿usted a recibido propuestas?, ¿los partidos se han acercado?, ¿ha rechazado esas ofertas?
–Al principio, en el Movimiento por la Paz, Andrés Manuel me ofreció a mí y a Julián Lebarón una senaduría. Para mí la de Morelos, a Lebarón supongo que le ofrecía la senaduría por Chihuahua y la rechazamos porque ese no era nuestro camino, no es nuestro camino y seguimos en el nuestro, así con lo duro que ha sido. No creemos en el otro camino, pero respetamos que la gente como Emilio u otros que tomen ese camino. Esperamos que esa sinergia allá, con lo que hacemos nosotros acá pueda tener resultados, pero eso es una esperanza. Mientras tanto nosotros seguimos en lo nuestro, creemos que ese no es el camino, pero vamos a ver.
–Usted agradeció el mensaje de López Obrador porque fue el único que se acordó del aniversario del movimiento. Usted en otros momentos criticó muy duro a López Obrador, por ejemplo cuando propuso la amnistía. ¿Cuál es su percepción de López Obrador en este punto?
–Favorable. Creo que mi crítica llegó. El Twitter habla de ella, él aclara y dice: “no estamos hablando de olvido, de violentar la justicia, estamos hablando del perdón que cuenta con la justicia, con la paz”. Acusó de recibo y entendió de dónde estábamos hablando. Ahora falta ese diálogo que prometió. Ahora falta sentarse con las víctimas. Sentémonos, ahora que Anaya ya mandó, que Emilio, que es fundamental en esto, porque de todos ellos es el único que realmente ha dado la cara con las víctimas no sólo aquí, sino como ombudsman de la Ciudad de México, como Secretario de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero también fue importantísimo en el Movimiento por la Paz y en los diálogos. Creo que lo que sigue es que ellos convoquen a un diálogo con las víctimas en Antropología, como un símbolo de las raíces, un dialogo pendiente, porque nosotros queríamos un diálogo en Antropología como símbolo de las raíces, de la necesidad de refundar a la Nación y Calderón lo cambió; quería en su demencia que fuera en el campo militar y nos ofreció el castillo [de Chapultepec] y ahí fueron los tratados de paz. Pero hay un diálogo pendiente en Antropología y más en las condiciones actuales que tenemos de horror, de muerte y de violencia. Yo les mando el desafío, ya que tomaron ese camino, ya que nos voltearon a vernos otra vez: dialoguemos públicamente, no conmigo; yo soy la voz de las víctimas, la voz de una tribu adolorida, de esta tribu que cada vez es más grande, más dolorosa más llena de muerte, de injusticia y se la deben.
–¿Cómo tendría que ser este diálogo?, ¿tendrían que sentarse todos los candidatos juntos?
–Cada uno, ojalá se pudieran sentar juntos para hacer realmente un pacto, no con ellos, sino un pacto ciudadano, ese pacto que nunca se entendió en Ciudad Juárez, porque el tema es de la nación. Ya que no han entendido eso, que siguen como carriles, pues hagamos otra vez, con cada uno, estos son los pendientes: ¿cómo van a tomar esa agenda con las víctimas, con los representantes de los colectivos? Que sea un espectro grande, porque es tan grande como las víctimas, como los rostros de esta tribu doliente que ahora son más. Entonces no habrá otra forma, porque ya estarán encima las campañas y por desgracia no es el modelo que nosotros hubiéramos querido, queríamos el modelo de un pacto de nación que está pendiente.
–De los candidatos, ¿hay alguno con el que se vaya más avanzado?
–Nada más se han manifestado. Ya mandamos los acuses, ahorita lo que veremos es cómo podemos operar esto, llevar a que ellos tomen la iniciativa de convocar a ese diálogo. El movimiento ya no tiene esa capacidad, tiene la capacidad moral de señalar y de decir convoquen, nosotros los invitamos a convocar.
–A siete años de que se forma este movimiento, ¿cómo lo ve?, ¿ya está desgastado?, ¿podría volver a resurgir como antes?
–No lo sé. Fue una lucha que hice a lo largo de este tiempo tratando de juntar lo que yo llamaba la reserva moral del país, no se pudo. El movimiento sigue, pero fracturado en multiplicidad de organizaciones de víctimas que no sirven para mucho, porque no alcanzan a ser una fuerza política que realmente obligue, como obligó en su momento a una transformación del país que se quedó pendiente por la disgregación. Ojalá hubiera esa conciencia, no sólo de las víctimas sino de esa reserva moral del país como los Zapatistas [Ejército Zapatista de Liberación Nacional], como [Cuauhtémoc] Cárdenas; lástima que Emilio decidió caminar por el rumbo de los frentes y las coaliciones, pero toda aquella sociedad civil que está en la resistencia de las víctimas de violaciones de derechos humanos, de movimientos como el Zapatista, como Ayotzinapa, que no sé porqué lo encerraron en 43 cuando es la punta del iceberg de un horror gigantesco que está abajo, ojalá se pudieran unir y plantear una agenda. Cuando hablo de un pacto de nación, hablo con la nación entera, no con los grupos políticos o con los profesionales de la política. Hablo con los empresarios, con los estudiantes, con las mujeres, las amas de casa que les han arrebatado a sus hijos, con los obreros, con todos. Porqué el problema de las víctimas es el rostro de la tragedia humanitaria de la emergencia nacional de la nación, es un problema de la nación entera y que tiene que resolverla la nación entera, pero primero tenemos que decir: “si es cierto, esta casa está derruida y hecha ruinas, o la reconstruimos entre todos o simplemente el infiero seguirá ahondando cada vez más”.
–Aquí lo que cuesta un poco de trabajo entender es, ¿se le está dando una oportunidad al PAN [Partido Acción Nacional], que fue en el sexenio de Calderón panista uno de los más cruentos, con este Frente?, Ya no está Calderón ahí, ¿se lavó la cara el PAN con este Frente?
–Bueno es un Frente espantoso. Yo lo definí en un artículo como un Frankenstein político. Acuérdese que Frankenstein está hecho de cadáveres. Ese Frente está hecho de pedazos de cadáveres de las partidocracias. Un Frente que tiene a los Gallardo en San Luis Potosí, que son unos criminales y narcotraficantes espantosos; que tiene a Graco Ramírez; a Rafael Moreno Valle; a [Silvano] Aureoles, que tiene a toda esta fauna, pues tiene deudas gravísimas. Un PRD [Partido de la Revolución Democrática] y un PAN, que aunque no estén en el frente esos personajes, tienen la historia del horror, pues entonces ahí están las deudas.
–Y ahí se fue Emilio. ¿No es legitimar a esta gente?
–Él dice que no. Él dice que es una plataforma, lo veremos. Mi crítica va por ahí, es la crítica de todos, de muchos que se sintieron decepcionados, pero él dice que no. Sí ha habido historias así en el país, para uno de los grandes movimientos de este país que fue el navismo de Salvador Nava, con la plataforma con la que Nava salió hacia la gubernatura y fue con el PAN, pero bueno Nava siempre fue él, no era el PAN, era su trayectoria como un hombre de ética política impresionante, tomó esa plataforma para entrar en esa vía, también eran otras épocas. Emilio está haciendo un poco eso; no nos convence. Pero él dice que sí, démosle la oportunidad, demos el chance de que nos demuestre que sí es el camino correcto, de hacer lo correcto y mantengamos una alianza y diálogo y exijámosle que ponga como uno de sus ejes fundamentales de su lucha política los derechos humanos, la violencia del país y la paz.
–Emilio dice que se acercó a Morena [Movimiento Regeneración Nacional] y que no recibió de ahí el mismo eco que recibió en el Frente. Él afirma que el partido Morena es un partido hecho a la media de López Obrador y que ahí nada más predomina el pensamiento único de López Obrador. ¿Cuál es su percepción? Ahorita López Obrador es el puntero en las encuestas, lleva bastante ventaja. ¿Cómo lo ve en esta elección a diferencia de las otras dos elecciones pasadas? De llegar él a la Presidencia de la República, ¿qué expectativas tendría?
–Yo creo que López Obrador ha hecho algo distinto, pero pecó, se fue al otro extremo. Se ha vuelto pragmático y ha sumado gente pero ya se volvió un pragmatismo que ya es un desorden, una cosa que nos deja también con incógnitas y críticas profundas, también como las que se le hacen a Emilio: ¿a dónde vas? Pero yo creo que es un pendiente que tiene la nación, yo creo que López Obrador es lo que es, no nos miente, hay un pensamiento si no único, es un autoritarismo y una suma de gente que quiere creer en el Tlatoani. Hay un juego doble entre su figura, su manera de hacer las cosas y un montón de gente que acepta, pero es un pendiente que tiene la nación. Yo creo que si no gana López Obrador esta nación no acabará de decepcionarse y entender que tenemos que caminar por otro camino. Ojalá y me equivoque. Yo quiero que gane López Obrador, pero no por buenas razones, sino porque ese pendiente nos llevará al encuentro de la realidad, esta realidad que tenemos que cambiarla con un pacto de nación, y con otra forma, con otro código político. Otra forma de democracia, pero mientras no llegue nunca va a quedar ese hueco y la decepción quedará pendiente y el horror va a seguir creciendo.
–¿Si llega el Frente es más de lo mismo?, ¿el PRI?
–Será más de lo mismo con todos. Lo que pasa es que López Obrador está en el imaginario como un pendiente, como la posibilidad de que esto cambie. Yo digo que no va a cambiar, que no va a poder. Que el tema es tan hondo y tan grueso, que ese hombre no va a poder, pero hay que transitar ese camino y a lo mejor nos sorprende, como a lo mejor nos sorprende Emilio de que su camino era el correcto. Pero el pendiente ahí está y hay que cumplir ese pendiente. Yo no voy a ir a las urnas, pero creo que quien debe estar en el poder por una necesidad pragmática y necesaria y de conciencia política y humana de este país, es cumplir ese pendiente con López Obrador.
–¿Entre la población todavía existe esta esperanza?
–Sí, yo no le llamaría una esperanza, es una gran ilusión. Démosle chance de que esa ilusión fracase. La mejor forma de salvar y sanarse es cuando nos dimos cuenta de que las ilusiones ya no existen, de que tenemos que entrarle a la realidad así de cruda y de horrible, y que sólo lo haremos conjuntamente, no en fracciones. Es complejísimo y necesitamos de la colaboración y lucidez de todos, del amor de todos. Esto tiene que ser por amor a la patria, por amor a nuestra gente.
–Ya hemos hablando antes del Estado fallido, ¿sigue viendo un Estado fallido en México?
–Yo ya no sé si es un Estado fallido o un Estado criminal; es decir, si nos planteamos desde la óptica de la teoría del Estado es un Estado fallido. Si lo planteamos de otro tipo de teoría de que el Estado es una forma de control político que a veces toma formas dictatoriales o totalitarias, estamos ante un fenómeno de un Estado totalitario. No a través de una ideología, sino a través del dinero. Tiene los mismos elementos: miedo, violencia, la negación del Estado de excepción, el uso del Estado para hacer excepciones, desde esa óptica es una Estado criminal, un Estado totalitario con una forma distinta de expresarse que no puede ser analizada con los viejos paradigmas, pero que su actividad, como en todos los estados totalitarios, es muy semejante en miedo, en horror, en muerte y en ausencia de derechos.
–Esto de sentarse los candidatos con las víctimas, ¿cuándo tiene que ser?
–Ya entrando en abril. Quizás después del primer debate, porque ese pendiente tiene que estar ahí, y tienen que decirnos porque es el tema de la nación. Detrás de las corrupciones que se avientan unos con otros a la cara, lo que está detrás son las fosas, el estado de indefensión de la ciudadanía, las redes de trata, el lavado de dinero, ese ese el tema: ¿cómo le van a entrar? Ese es un diálogo que urge y lo tiene que enfrentar como dijo bien López Obrador en su Twitter: con las víctimas.