El análisis "Estado y Perspectivas del Sistema Nacional de Salud", realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) con apoyo de expertos en materia, refleja que el SNS tiene "serias fallas de diseño, cobertura y asignación de recursos, por lo que mantener el sistema actual cuesta años de vida y pérdida de salud, sobre todo para la infancia".
El estudio resalta que el gasto publicó en salud se estancó en el 3 por ciento del PIB cuando el promedio internacional es del 6 por ciento y que el 13.4 por ciento de los trabajadores formales no están inscritos en ningún sistema de salud público –IMSS, ISSSTE o Seguro Popular–. Además que el 10 por ciento del total de los beneficiarios está afiliado a dos o hasta en las tres instituciones.
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Ciudad de México, 30 de enero (SinEmbargo).- El Sistema Nacional de Salud (SNS) muestra problemas “organizativos, de cobertura y de recursos”, por lo que demanda una “reforma profunda y urgente”, aseguraron especialistas.
El documento "Estado y Perspectivas del Sistema Nacional de Salud", realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) con apoyo de expertos en materia, refleja que el SNS cuenta con "serias fallas de diseño, cobertura y asignación de recursos, por lo que mantener el sistema actual cuesta años de vida y pérdida de salud, sobre todo para la infancia".
Rodolfo De la Torre García, investigador y autor del texto, explicó que el documento tiene entre sus objetivos retratar el estado del SNS y dar perspectivas para su mejora en el corto y largo plazo.
Entre las principales problemáticas que los especialistas detectaron dentro del SNS destacan:
•Cobertura: la seguridad social está diseñada para atender a quienes cuentan con un trabajo formal que se traduce en el 60 por ciento de las personas ocupadas, lo cual deja a un 13.4 por ciento sin afiliación a alguna institución.
•Complejidad: existe un número de agentes participantes y sus atribuciones no siempre se encuentran definidas con claridad.
•Fragmentación: los proveedores de servicios y las personas que atienden conforman islas con sus propias funciones de financiamiento, administración y prestación de servicios.
•Baja coordinación: la duplicidad de funciones es frecuente y no predominan acciones conjuntas.
•Distribución y composición del gasto público en salud: Es muy bajo y se ha estancado en cerca del 3 por ciento del PIB (537.5 mil millones de pesos) , lo que representa menos del 6 por ciento recomendado para que sea posible un funcionamiento eficiente, de acuerdo con la experiencia internacional.
El documento presentado en la Ciudad de México señala que el Seguro Popular absorbe cerca del 40 por ciento de los recursos públicos, mientras el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 46.8 por ciento.
Sin embargo, el 20 por ciento de los afiliados más pobres recibe el 16 por ciento de los recursos del Seguro Popular y 2.4 por ciento de los del IMSS. Mientras que el 20 por ciento de los beneficiarios más ricos recibe el 2.1 por ciento de los recursos del Seguro Popular, pero el 13.2 por ciento de los del IMSS.
El número de derechohabientes del Seguro Popular en el año 2016 era de casi 55 millones de personas, cifra que ya casi se empata con la de los inscritos en el IMSS que 62 millones.
Sin embargo, informes han detectado que 7.5 millones de personas están afiliadas al mismo tiempo en el IMSS y el Seguro Popular, otros 1.2 millones tiene registro el IMSS y el Seguro Popular, 760 mil están en las listas del Seguro Popular y el ISSSTE, y 103 mil están en todos los sistemas. Situación que provoca que "designar recursos destinados a quienes están cubiertos por más de un tipo de sistema, y que haya que financiar de manera adicional a las instituciones que comparten estos traslapes".
En conferencia de prensa, De la Torre García expresó que por lo menos en los últimos 30 años ha habido avances, pero han sido "notoriamente insuficientes". Por ejemplo, dijo, el tiempo de vida saludable –sin enfermedad y sin discapacidades– ha ido en aumento en más de dos años, además la esperanza de vida tuvo un aumento de 5 años: pasó de 70 a 75 años y las muertes de niños menores de un año por cada mil nacidos vivos se han reducido de 33 a 11.
"El rezago que muestra nuestro país respecto a los logros de otros países de la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos] ha aumentado. Antes teníamos un atraso respecto a la esperanza de vida promedio de los países de la OCDE de alrededor de cuatro años, ese retraso es ahora de seis años. Esto significa que no hemos estado avanzando al ritmo que es posible en otros países", indicó.
Otro asunto que plantea el documento es que "nuestro sistema de salud está fuera de sintonía –por así decirlo– con los nuevos retos que presenta la salud en México, el cambio demográfico y sobretodo el cambio en los padecimientos principales [...] cada vez tenemos más enfermedades no transmisibles, enfermedades crónico degenerativos".
¿QUÉ HACER ANTE EL PANORAMA?
El investigador plantea la urgencia de crear un sistema de seguridad social universal que incluya un padrón sólido de derechohabientes, además de un gasto progresivo. En el largo plazo, manifiesta, el trazo de una reforma fiscal profunda resulta idóneo.
Habló también de ajustar el nivel del gasto en salud, el cual debiera ser duplicado y de mejorar la calidad en el servicio. La creación de un padrón general de salud resulta fundamental, comentó, que complemente con un expediente electrónico que pueda ser transferido entre instituciones tanto públicas como privada, a fin de que los pacientes y médicos no se vean en la necesidad de reconstruir el historial médico.
El CEEY ofrece, además, una serie de recomendaciones a corto y largo plazo:
•Se requiere acelerar la reestructuración del Sistema y fortalecer así el Acuerdo Nacional hacia la Universalización de los Servicios de Salud, para extender y proporcionar portabilidad a la atención médica en el país. El Sistema Universal debe eliminar la duplicidad de afiliaciones mediante una base de datos confiable y actualizable en tiempo real.
• Para avanzar a la universalización de los servicios de salud y que se den los incentivos apropiados, se debe reducir las cuotas obrero-patronales a largo plazo para dar paso a la compensación por ajustes en otros impuestos (como IVA, ISR e impuestos especiales).
• Los trabajadores no asalariados pueden contribuir al sistema a través de impuestos en función del ingreso reportado. El financiamiento debe ser por persona y no por grupo familiar, para lo que se requiere modificar la regulación del IMSS e ISSSTE.
• Se debe crear un Fondo Nacional de Intervenciones de Alto Costo y el financiamiento de los servicios IMSS-Prospera deberá hacerse a través del Seguro Popular. Asimismo, se deberá mantener un marco general de cero reducciones al presupuesto en salud.
• A largo plazo, destacó, será necesario plantear una reforma fiscal profunda.