Mientras que las enfermedades infecciosas y transmisibles se quedaron atrás, los niños mexicanos -al igual que los adultos- están adquiriendo padecimientos resultados de su estilo de vida
Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).- Los niños mexicanos, como los adultos, están adoptando el estilo de vida de los países desarrollados con todas las consecuencias que esto trae consigo: los avances en la medicina y el sistema de salud de México abatieron las infecciones gástricas y respiratorias de las principales causas de muerte, pero dieron paso a las enfermedades crónico degenerativas para atacar en un largo y generalmente doloroso proceso la salud infantil.
¿Esto significa que su bienestar se está fortaleciendo? Sí y no. El ex presidente de la Sociedad Mexicana de Pediatría, Xavier Novales Castro dice a SinEmbargo que "en México la salud infantil ha tenido una evolución muy satisfactoria, en general la salud, es en donde creo que hemos avanzado mucho más, debido a varios factores, a la mejoría de las condiciones socioeconómica, aunque seguimos mal, en muchos aspectos ha mejorado con respecto al siglo pasado de forma importante, a los avances en la medicina que en México han sido muy importantes y hay acciones de salud que compiten con las de muchas partes del mundo, como la vacunación, el manejo de las enfermedades infecciosas y algunos avances en enfermedades crónicas también”.
Así, de acuerdo con la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSa), en 1998, las dos principales de mortalidad infantil eran las Infecciones Respiratorias y diarreicas agudas.
Para el 2012, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) posicionó a los accidentes, específicamente en vehículos de automotor, como la primera causa y se colaron debajo de ellos los tumores malignos, en mayor medida, el cáncer en la sangre o leucemia. La tercera razón fueron las deformaciones congénitas del sistema circulatorio, entre niños de cinco a 14 años.
“Eso ha hecho que cambie realmente la epidemiología de las enfermedades en nuestro país y que las enfermedades infecciosas o agudas hayan mejorado muchísimo, ahora estamos ya yéndonos como los países más avanzados a tener enfermedades crónicas como causas de morbilidad y de mortalidad. Ha mejorado el nivel de vida muchísimo en México y la vida media, la gente ya vive más de 70 años, en el siglo pasado, por ahí de 1930, en los datos que tenemos como marcador el promedio de vida general eran de 40, 45 años. La salud en México sí ha mejorado realmente y en los niños en forma muy importante”
PAÍS POBRE CON PROBLEMAS DE RICOS
De acuerdo con el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), en México viven más de 20 millones de niños en condiciones de pobreza, de los cuales 1.5 millones de los menores de cinco años presenta desnutrición crónica. Paralelamente, y de acuerdo con la misma organización, el país es el número uno en obesidad infantil, con uno de cada tres menores por lo menos con sobrepeso.
“Han disminuido los problemas infecciosos pero aumentan los problemas propios de países desarrollados, en ese aspecto México se comporta como país desarrollado, desgraciadamente aunque no lo sea. Entonces empieza a haber otro tipo de patologías: obesidad, diabetes, abuso de substancias. Los niños están sometidos a estrés, cada vez hay más niños con intentos de suicidio, con depresión, abuso de drogas, la violencia va aumentando”, dice al respecto el médico Alejandro Esquivel, coordinador de pediatría del hospital HMG Coyoacán.
Por su parte, Novales Castro, además académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, menciona: “desgraciadamente es el estilo de vida […] ahora la televisión, los juegos, el teléfono celular, incluso las tabletas que ya utilizan niños de dos, tres o cuatro años, los mantienen en un sedentarismo demasiado prolongado con poca actividad física y además comiendo comida que no es nutritiva, la famosa chatarra [...] que son los principales elementos que favorecen los depósitos de grasa, aunque son carbohidratos como no hay actividad física y no se queman, se convierten en grasa, se depositan y engordan”.
El año pasado, el gobierno de Enrique Peña Nieto echó a andar la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, en la cual se adoptan medidas fiscales y de regulación de etiquetado, publicidad y venta de alimentos con alto contenido calórico sobre todo dirigido para los niños, sin embargo, expertos y organizaciones de la sociedad civil la han considerado un fracaso.
“Este gobierno no se toma en serio el problema del sobrepeso y la obesidad porque la estrategia que han presentado es frágil, débil”, denunció en conferencia de prensa realizada en días pasados la nutrióloga del Centro de Orientación Alimentaria (COA), Julieta Ponce.
La experta dijo durante un evento de la organización El Poder del Consumidor, que las dependencias de gobierno carecen de estrategias para proteger a niños tanto con sobrepeso como con desnutrición. Denunció que México sigue teniendo 13.6 por ciento de desnutrición crónica en niños menores a cinco años y 2.8 en mayores a esa edad.
Comentó además que en dicha Estrategia no se da un apartado a la promoción de la lactancia materna como derecho fundamental, que es “la primera acción preventiva” no sólo contra el sobrepeso y la obesidad, si no para la mortalidad en general.
“Otro grupo vulnerable son los niños menores a dos años quienes el 50 por ciento en México, en promedio, siguen utilizando biberón, […] no hay tampoco una sola palabra para saber cómo se detiene a este canal de distribución de bebidas azucaradas, porque todo lo que sea diferente a la leche de la madre en este momento son bebidas de riesgo para menores a dos años”, dijo.
Y continuó: “Yo pregunto a la Secretaria de Salud en este momento, ¿cuál es la incidencia que vamos a tener para proteger a esta población que en todo caso son los más vulnerables porque son incapaces de tutelarse su derecho a comer bien, qué se hace con este biberón que nadie regula, nadie controla? Que si bien se está reconociendo que hay 24 mil muertes al año por bebidas azucaradas en México, no nos extrañe que estas víctimas empiecen a ser los menores de edad porque no se hizo nada para protegerlos”.
MEJORES DIAGNÓSTICOS = MÁS ENFERMEDADES
Quienes tienen hijos, sobrinos o están en contacto con bebés y niños, se identificarán con la frase “ya no los hacen como antes”, cuando evalúan la salud actual de los menores, pues no es raro que desde muy jóvenes tengan que recibir tratamiento por reflujo o se les compre alimento especial por intolerancia a la lactosa o alguna alergia, sin embargo, esto no significa que dichos padecimientos no existieran antes, si no que, según dicen los expertos, no se tenían los medios para diagnosticarlos.
“Los niños están expuestos cada vez a más alergénicos, pero además hay otra cosa, antes había diagnósticos en los que no se pensaba y estos problemas existían pero no eran diagnosticados, ahorita en la medida que han mejorado los métodos hay un registro ya más real de estas enfermedades”
Explica que sí hay cada vez más contaminantes ambientales, y a nivel alimenticio más conservadores y en consecuencia mayor exposición a químicos extraños al organismo.
Xavier Novales ahonda en el asunto y dice que la mejora en la atención a la madre antes, durante y después del embarazo ha contribuido a que la natalidad aumente, por lo tanto, hay más niños susceptibles a las enfermedades.
“[Antes] las personas tenían muchísimos hijos para tratar que algunos sobrevivieran y fueran la continuidad en la familia y ahora ya no, también se ha logrado contener la natalidad en ese sentido y que sea una mejor calidad de vida para pocos en la familia que mala calidad para muchos”, dice.
El uso cada vez más extendido de fórmulas maternas en vez del seno materno también ha favorecido el crecimiento de enfermedades como el reflujo, la cual no es tan sencilla de digerir ni cuenta con los anticuerpos para proteger al bebé como la de su madre. “Entonces aquí aparecen las alergias, en la proteína de la leche de vaca por un lado y las intolerancias a los carbohidratos, que son los azúcares, de la leche también. Que son dos cosas nuevas por la industrialización”.
ENTONCES, ¿DE QUÉ SE ENFERMAN LOS NIÑOS?
Como se explicó al principio, los avances en la medicina, la economía y el sistema de salud, así como en la vacunación, uno de los grandes éxitos del gobierno mexicano, que de acuerdo con Novales Castro ha logrado el 98 por ciento de la cobertura gracias a que es financiada por el Estado, han contribuido a que las causas de enfermedad y muerte se transformen.
“En 1950, a medio siglo del pasado, se nos morían los niños de diarrea y de infecciones respiratorias pero además teníamos los hospitales llenos, esto se ha ido mejorando con la prevención enormemente”, dice el pediatra de la UNAM.
Para el experto esto significa un éxito: “ahora la mortalidad en los niños viene siendo por accidentes primordialmente y ya por ejemplo están las enfermedades cardiacas congénitas, cosas que ya no son adquiridas como infecciones y que además pueden tener una evolución mucho más prolongada”.
“En la etapa de los escolares y los adolescentes y adultos, el cáncer, las enfermedades hepáticas, del corazón, pasan a primer lugar, en ese aspecto estamos a nivel de los países, ya viene la obesidad ahora, todas las enfermedades que estaban asociadas a la desnutrición han mejorado enormemente en nuestro país, seguimos teniéndola, a pesar de que somos el primer país en obesidad, pero ya en una proporción muchísimo menor que la que teníamos el año pasado”, finaliza.
Ante ello, recomienda promover que los niños tengan actividad física por lo menos una hora, seis días a la semana y se limite al mismo tiempo la utilización de tabletas o de ver la televisión.
Para Julieta Ponce, tal dato está lejos de ser un logro: “revisemos las estadísticas de niños con sobrepeso que en este momento tienen elevación de colesterol en sangre, cuáles son los medicamentos o cuál va a ser el tratamiento si ni siquiera están detectados, es decir, en este momento todos los niños que tienen sobrepeso y obesidad que asisten a la escuela primaria, ya tienen el 30 por ciento de riesgo para padecer resistencia a la insulina, el 40 por ciento padecer hipertensión arterial, el 20 por ciento padecer hipercolesterolemia, y el 18 por ciento hipertrigliceridemia. ¿hasta dónde es necesario que llegue el daño de este país para que merezca al menos la detección oportuna del daño y atender en este momento en los consultorios del servicio público de la salud niños con sobrepeso y obesidad, pero no para bajarlos de peso si no para prevenir el daño metabólico que cancela el futuro de esta generación?”.
Ante tal panorama, la directora del COA lamentó que mientras las estrategias no se conviertan en leyes basadas en derechos fundamentales en las que el Estado se comprometa a garantizar el acceso a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, “poco habremos avanzado en la modificación de una cultura y en nuestra obligación de proteger la vida de los más vulnerables de este país, que siguen siendo una generación destinada al fracaso”.