El dato de crecimiento del 1.6 por ciento del PIB el año pasado fue el peor desde 2011 y siguió a incrementos del 2.4 por ciento y 2.6 por ciento obtenidos en 2014 y 2015, respectivamente. Estados Unidos lleva 11 años consecutivos con crecimientos anuales del PIB inferiores al 3 por ciento.
Washington, 30 mar (EFE).- El Gobierno estadounidense dejó hoy sin cambios, en el 1.6 por ciento, su estimación del crecimiento del producto interior bruto (PIB) en 2016, que cerró así con el peor dato económico en cinco años y tras el avance del 2.6 por ciento registrado en 2015.
El Departamento de Comercio publicó su tercera y última estimación de la evolución en 2016 del PIB, que fue igual a los otros dos cálculos.
Mientras, en el último trimestre del año pasado, el PIB avanzó a una tasa anual del 2.1 por ciento, dos décimas por encima de la estimación previa del 1.9 por ciento.
Pese a esa tasa revisada del 2.1 por ciento, la economía estadounidense ralentizó su crecimiento entre octubre y diciembre de 2016 después de haber avanzado a un ritmo del 3.5 por ciento en el trimestre anterior.
Esa revisión al alza del crecimiento del PIB en el último trimestre estuvo provocada por el gasto de los consumidores, que representa dos tercios de la actividad económica del país y aumentó un 3.5 por ciento frente al 3 por ciento calculado anteriormente.
El dato de crecimiento del 1.6 por ciento del PIB el año pasado fue el peor desde 2011 y siguió a incrementos del 2.4 por ciento y 2.6 por ciento obtenidos en 2014 y 2015, respectivamente.
Estados Unidos lleva 11 años consecutivos con crecimientos anuales del PIB inferiores al 3 por ciento.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha prometido que la economía del país volverá a crecer de manera sostenida entre el 3 por ciento y el 4 por ciento anual bajo su mandato, que comenzó el pasado 20 de enero.
Las propuestas económicas de Trump incluyen una reforma fiscal con recortes masivos de impuestos, un plan para incrementar las inversiones en infraestructuras y eliminar numerosas regulaciones del Gobierno federal que, a su juicio, están siendo un obstáculo para el crecimiento y la creación de empleos.
En la actualización de sus pronósticos en enero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) incrementó sus previsiones para Estados Unidos, la primera economía mundial, a un crecimiento del 2.3 por ciento en 2017 y del 2.5 por ciento en 2018, una y cuatro décimas más respectivamente que lo anticipado en octubre, antes de las elecciones presidenciales.
Sin embargo, algunos economistas han señalado que la agenda proteccionista impulsada por Trump, que ha prometido renegociar los acuerdos comerciales internacionales y sancionar a las empresas que trasladen sus operaciones fuera de Estados Unidos, puede generar un freno a medio plazo.
Tras su reunión de política monetaria de mediados de marzo, la Reserva Federal (Fed) presentó sus nuevas previsiones macroeconómicas, que apenas muestran cambios respecto a las divulgadas en diciembre.
Para este año, el banco central estadounidense prevé un crecimiento económico del 2.1 por ciento, la misma tasa que para 2018.
En cuanto al desempleo, la Fed calcula que cerrará el año en el 4.5 por ciento, apenas dos décimas por debajo de tasa actual (4.7 por ciento).
Pese a la mejora económica, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, alertó esta misma semana de que se mantienen "bolsas de persistente desempleo", especialmente en las comunidades de bajos ingresos y las minorías del país.
Mientras, la inflación interanual quedó en febrero en el 2.7 por ciento y se espera que se mantenga contenida en un 1.9 por ciento en 2017 y en el 2 por ciento en 2018, en sintonía con el objetivo de la Fed del 2 por ciento.
Este mismo mes, la Fed cumplió con las expectativas al subir los tipos de interés en EU, en lo que supuso el segundo ajuste monetario en los últimos tres meses y el primero con Trump en la Casa Blanca, con lo que reafirmó el buen comportamiento de la economía.
Tal y como se esperaba, el banco central encareció el precio del dinero en un cuarto de punto, hasta el rango de entre 0.75 por ciento y 1 por ciento, y remarcó los sólidos progresos de la economía estadounidense.