Por Saúl Alejandro Ramírez y Francisco Navarro Fausto, especial para SinEmbargo
Ciudad de México, 30 de marzo (SinEmbargo/ZETA).– Lo que más indigna a los jornaleros de San Quintín es la manera en que el Gobierno de Baja California, en especial el Gobernador Francisco “Kiko” Vega de la Madrid, responde a sus exigencias.
No lo hace en las mesas de dialogo, donde, dicen los trabajadores del campo, los funcionarios y representantes empresariales no muestran disposición.
No escuchan, se levantan de la mesa y lanzan propuestas absurdas, se queja don Fidel Sánchez, uno de los cuatro líderes del movimiento campesino. Se enteran de las declaraciones del Gobernador a través de los medios de comunicación y de las redes sociales.
La tarde de este domingo 28 de marzo, mientras el Gobernador publicaba en sus redes sociales que los jornaleros volvían a trabajar al campo, cientos de ellos llegaban a “el faro” de la delegación de Playas de Tijuana difundiendo su mensaje, exigiendo salarios y trato digno en las empresas donde trabajan.
Cuando se le dice a don Fidel que hay funcionarios y políticos, incluido Francisco Vega, que dicen que los del Valle al sur de Ensenada son los mejor pagados del pais, responde que ya los quisiera ver piscando fresa por jornadas de 12 horas y recibiendo a cambio entre 100 y 120 pesos.
“Cada que se coman una fresa”, dice Fidel, “piensen en el esfuerzo, en el sufrimiento de los jornaleros”.
Esta mañana, arribó a Tecate la caravana de jornaleros que recorre Baja California en exigencia de un aumento salarial así como de mejores condiciones de trabajo.
Los trabajadores del campo llegaron por el bulevar principal y luego se postraron frente al Palacio Municipal de la localidad.
Fermín, uno de los líderes del movimiento, dijo a Zeta que no hay partido político que apoye dicho movimiento y que no tenían camión alguno secuestrado.
Por otra parte y en un discurso ofrecido en el parque Benito Juárez mencionó que ayer domingo el Gobernador Francisco Vega de Lamadrid estuvo en San Quintín diciendo que ya se habría solucionado el problema. “No estamos de acuerdo con el aumento del 15 por ciento en el sueldo, de la empresa más grande: “Los Pinos”.
Horas más tarde, los manifestantes se dirigieron a Mexicali, donde continuarán sus protestas.
Concluidas por el momento las mesas de diálogo entre patrones, autoridades y trabajadores en San Quintin, la mayoría de los jornaleros han regresado a los campos.
El paro se ha levantado pero los jornaleros estarán trabajando bajo protesta, aclaró el viernes pasado Fermín Salazar, uno de los líderes de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal para la Justicia Social.
Los empresarios agrícolas sólo accedieron a un aumento salarial del 15 por ciento, entre 115 y 130 pesos, cuando los jornaleros cedieron en su exigencia a un sueldo de 200 pesos diarios o 20 pesos por caja de fresa.
Un día después, el sábado, nueve camiones con cientos de jornaleros procedentes del Valle de San Quintín llegaron a Tijuana, como parte de una caravana que recorrerá Baja California.
Aproximadamente a las 11:30 de la mañana del sábado, arribaron a las instalaciones del Centro Cultural Tijuana (CECUT), donde organizaciones locales les tenían listo un desayuno.
De ahí se inició una marcha hacia la garita de San Ysidro, la cual, explican los líderes jornaleros, tiene el objetivo de que el reclamo de mejores condiciones laborales tenga un impacto internacional. Insisten en que el gobierno del Estado de Baja California, les ignora y no muestra disposición a dialogar, a lo que ellos sí están dispuestos.
“Va a caer, va a caer, Kiko Vega va a caer”, corearon los manifestantes.
A diferencia de lo que el Gobernador afirmó en su campaña cuando pregonaba que en su gobierno la gente manda, dice Fidel Sánchez uno de los líderes, el mandatario se ha empeñado en favorecer a las grandes empresas, aunque éstas pisoteen los derechos del pueblo.
“No ha respondido como debe responder. Somos el pueblo de Baja California. Nosotros mandamos, pero nos ignoró y obedeció más al rancho “Los Pinos”. Los que mandan son las grandes empresas transnacionales”, añadió.
La exigencia para los gobiernos federal y estatal, es una jornada laboral pagada en 200 pesos, beneficios y prestaciones, un trato digno y el cese al acoso sexual y laboral contra sus mujeres.