CRÓNICA | El silencio de Francisco Toledo grita contra el maíz transgénico en el Metro

30/01/2015 - 12:00 am
La muestra El maíz de nuestro sustento se inauguró ayer en el Metro Zapata. Foto: Cuartoscuro
La muestra «El maíz de nuestro sustento» se inauguró ayer en el Metro Zapata de la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 30 de enero (SinEmbargo).– Una mañana cualquiera en el Metro Zapata. A pocos pasos, la polémica Línea 12 ofrece ese paisaje todavía quieto, tal vez impropio en el fragor del subterráneo defeño.

Pronto, la mañana se llena de voces en un micrófono y habrá un hombre barbado con una camisa azul y un pantalón claro, calzado con huaraches, que sólo dirá silencio y que sólo impondrá su presencia sin premura y con modestia esencial, para gritar contra los males de maíz transgénico.

Allí están los moneros El Fisgón y Helguera. La fotógrafa Graciela Iturbide. Los músicos Señor González y Armando Vega Gil (también escritor). Allí van los curiosos y los activistas. Los periodistas de la fuente cultural. Los distraídos. La señora que regala barras de amaranto.

En el medio, Francisco Toledo, aplaudido con fervor. Silencioso, como es su costumbre. Totémico. Legendario.

Toledo. Foto: Cuartoscuro
El pintor oaxaqueño Francisco Toledo. Foto: Cuartoscuro

No, no somos Toledo como quiere hacernos creer una frase que circula por las redes sociales. Toledo es único. Irrepetible.

Verlo es comprobar su singularidad, su fuerza, ese destino de ciclón apresado por la sed del que nunca se ahoga, el huracán que clama desde el cuerpo esmirriado de un artista interesado en la especie humana, dispuesto a dar la vida por el prójimo.

Nacido en Juchitán hace 75 años, camina con la elegancia ágil de la edad sin tiempo y mira a un punto fijo, saluda de mano, de beso, de abrazo y luego se pierde en sus pensamientos, escuchando como si fuera lluvia de marzo las voces que lo vivan, las manos que lo aplauden.

Salió de su paraíso oaxaqueño para inaugurar la muestra El maíz de nuestro sustento, integrada por 42 fotografías de autor anónimo, captadas entre los 20 y 30 del siglo pasado en un lugar del territorio nacional que no pudo ser precisado, trabajadas e impresas por el fotógrafo Rafael Donis en inyección de tinta sobre papel de algodón e intervenidas por él con pinturas de pastel.

La famosa fotógrafa Graciela Iturbide acudió a expresar su solidaridad con la lucha del maestro. Foto: Cuartoscuro
La famosa fotógrafa Graciela Iturbide acudió a expresar su solidaridad con la lucha del maestro Toledo. Foto: Cuartoscuro

También hay 26 grabados y pinturas de su autoría. Todas tienen que ver con el maíz: utensilios de cultivo, las yuntas, los arados, las mazorcas y los granos…un oficio y un fruto que requieren ser defendidos y a eso vamos.

TOLEDO, EL ARTISTA DEL PAÍS

Toledo, el hombre que se enfrentó a McDonalds y ganó, encabeza la campaña contra las multinacionales que quieren acabar con el cultivo del maíz en México. También es el artista vivo más importante de nuestro país y el poeta que hizo volar papalotes con los rostros de los estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa.

La gente, su gente, lo sabe: Toledo es el mexicano al que hay que escuchar. ¿Y él qué pensará de todo ese amor que los mexicanos le expresan? ¿Lo intuye? ¿Lo da por hecho?

Imposible de todos modos oír su voz. Francisco es el hombre del silencio, aunque grite y vocifere con gestos como el de hoy, cuando su mutismo hizo más por la campaña en contra de los transgénicos que la de los diputados oportunistas a los que hubo que esperar porque llegaron tarde al acto (Toledo fue puntual, obviamente) y dijeron luego las palabras de rigor escritas por algún achichincle.

Hacia el millón de firmas para defender nuestro maíz. Foto: Cuartoscuro
Hacia el millón de firmas para defender nuestro maíz. Foto: Cuartoscuro

Antonio Turrent Fernández, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, se abre paso entre la gente y se ubica al lado del pintor para recordar que hace 10 mil años nació el maíz y que nuestra relación con el cultivo tiene su origen en el teocintle, un zacate silvestre de Mesoamérica que ha formado la tradición alrededor de este alimento sustancial en nuestra cultura.

Para miles de familias mexicanas su única fuente de ingreso  lo aportan las razas nativas de maíz, que son a su vez la esencia de la particular cocina nacional, considerada un verdadero tesoro.

No hay tlayudas ni totopos que pasen el examen si están hechos con maíz industrial o transgénico; sin embargo, las tortillas industriales dominan los mercados urbanos amenazando con minar el gusto de las nuevas generaciones.

Por eso se lucha, para juntar un millón de firmas y volver a abrazar nuestro maíz, el de la tierra bendita de nuestros campesinos, el maíz que ama Francisco Toledo, un hombre y un artista al que por cierto tanto amamos también. Con toda justicia, con todo deber.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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