Sanjuana Martínez
29/08/2016 - 12:00 am
La Señora de las moscas
La fábula moral sobre la condición humana de William Golding en su novela “El Señor de las moscas”, es ideal para describir la maldad tan presente en la vida y en este célebre y clásico de la literatura inglesa. Cuando la publicaron en 1954 apenas se vendió y fue hasta muchos años después que se […]
La fábula moral sobre la condición humana de William Golding en su novela “El Señor de las moscas”, es ideal para describir la maldad tan presente en la vida y en este célebre y clásico de la literatura inglesa.
Cuando la publicaron en 1954 apenas se vendió y fue hasta muchos años después que se convirtió en lectura obligada en las escuelas. Los niños náufragos llegan a una isla desierta. Cada personaje representa las virtudes o las miserias humanas. Los acecha Belcebú, el “Señor de las moscas”, alguien imposible de cazar porque la envidia, la perversidad, la vileza, la inmoralidad y la traición, forman parte de la vida y solo hay que exacerbar estos sentimientos a través de la codicia, el poder y el dinero, para que salgan a flote en algunos seres humanos.
¿Por qué algunas personas sucumben al poder? ¿Por qué unos caen en la tentación de la riqueza mal habida y otros no? ¿Por qué hay personas cuya característica principal es la traición? ¿Por qué la envidia les hace desear e intentar conseguir por encima de todo, lo que tiene el otro? ¿Por qué la vileza a veces puede más que la bondad en un ser humano? El filósofo alemán Martin Heidegger, nos propone preguntarnos por el ser, por nuestro ser, a veces tan olvidado.
Preguntas dirigidas a La Señora de las Moscas, la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Rosario Robles, para quien los periódicos solo sirven para matar moscas y limpiar los vidrios, habría que añadir también, para madurar los aguacates, para envolver las artesanías y de vez en cuando, para leer.
Sin embargo, la señora Robles se olvida de la utilidad principal de los periódicos: develar lo que otros quieren mantener oculto, informar lo que los poderes pretenden que no se sepa, exhibir la corrupción que pretenden esconder quienes se pasan por el arco del triunfo el marco legal, exponer los excesos de los políticos que como ella han olvidado lo que significa la palabra decencia.
Porque la otrora perredista, insultó a los periodistas y a sus medios escritos, para defender las corruptelas del gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, acusado de enriquecimiento ilícito y de dejar en bancarrota a su estado con una deuda de 50 mil millones de pesos.
Ese es el problema de la clase política que nos gobierna, que se tapan unos y otros sus corruptelas. Y los periódicos, los periodistas estamos para exhibirlos, denunciarlos, exponer sus delitos, la impunidad con la que viven y siguen saqueando al país.
Nadie encarna como la señora Robles la vileza y la traición. Primero se traicionó a si misma, luego traicionó a sus seres queridos, después a su grupo político y por último a los ciudadanos. Es una traidora nata, sin escrúpulos ni principios. Es “La Señora de las Moscas” como en la novela de Golding, porque representa la maldad absoluta y encarna la perversidad y la vileza del ser humano.
A sus 60 años, personifica todo aquello que combatió. En su biografía oficial ya no aparecen sus orígenes, pero es bueno recordarlo. Ella viene del lado radical de la izquierda. En 1982 se integró a la Organización de Izquierda Revolucionaria Línea de Masas (OIRLM), una agrupación maoísta.
¿Qué queda de la Rosario Robles maoísta? Nada. Va vestida con ropa, zapatos y bolsos de diseñadores, camina con 300 mil pesos de ropa y accesorios, se transporta en un auto de lujo, vive en una mansión...
La señora Robles tenía en su juventud como libro de cabecera “Cinco tesis filosóficas” del Mao Tse-Tung- Mao Zedong. Es decir, no solo se definía como una simple comunista, sino como maoísta. Era marxista-leninista-maoísta. ¡Zaz!
La camarada Rosario, vivía de acuerdo a la teoría materialista dialéctica del conocimiento, para ayudar a los pueblos oprimidos y explotados del mundo y la liberación del campesinado. ¿Dónde quedaron sus ideas? ¿Por qué se olvidó de su origen?
Estudió en el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Naucalpan y después en la Facultad de Economía de la UANM. Luego fue sindicalista, miembro del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de México (STUNAM). Así llegó al Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional donde conoció a su maestro y mentor, su padrino, Cuauhtémoc Cárdenas, de quien se convirtió en la favorita.
De aquella “luchadora de izquierda radical” queda nada. Esos periódicos que abomina, fueron los que publicaron sus corruptelas cuando se convirtió en la señora Regenta del Distrito Federal. Con su amor prohibido, el empresario argentino Carlos Ahumada, urdió muy pronto una red de corrupción marcada por los llamados videoescándalos que planearon junto a Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos y a través de Televisa a fin de mostrar la financiación ilegal del PRD y sobretodo para destruir el proyecto político rumbo a la presidencia de su enemigo Andrés Manuel López Obrador.
Recapitulando, efectivamente las miserias de su maltrecha y traicionera carrera política han sido exhibidas por los medios, claro, no por todos. Hasta en los periodistas hay clases, faltaba más. Pero algunos nos hemos dedicado a investigar, para contar en su momento que, tras su estrepitosa caída libre con su amado Ahumada, ambos quedaron exhibidos en su real dimensión: él en la cárcel, ella “renunciada” del PRD e integrada al PRI que tanto abominó de joven.
La historia de la señora Robles es un thriller político-sexual muy intenso que forma parte de las hemerotecas que resguardan los periódicos, esos que solo sirven para matar moscas y limpiar vidrios. Se las recomiendo. Sus cartas de amor al empresario Ahumada formaron parte de la litis del expediente judicial folio 078 del tomo XIII de la averiguación AP/PGR/SIEDO/UEJOFM/018/2014.
“Mi amor no ha sido suficiente. Ni mi deseo de curar, de lamer tus heridas. No hay palabras, ni siquiera sentimientos que puedan compensar lo que estás viviendo. Lo sé, por eso no puedo perdonarme mi egoísmo, mis deseos de salvarme sin saber que te estaba condenando a ti”, dice su carta dirigida a “Carlos” mientras estaba en prisión.
Son cartas que revelan el nivel de traición de la señora Robles y su implicación en la trama de corrupción por eso están en el expediente judicial y por tanto los medios, los periódicos lo han publicado: “A lo mejor llegó el momento de hacerlo, soy capaz de hincarme, de arrodillarme, de firmar mi carta de rendición para que a ti no te toquen”. Semejante hipocresía rodeada de cursilería, ha sido suficiente para que el empresario Ahumada al ser entrevistado por El Universal conteste, cuando se le pregunta si alguna vez amó a Rosario Robles, con un simple y escueto “no”.
La señora Robles tiene razón que el periódico sirve para matar moscas. Precisamente a los periodistas los matan como moscas. Ser periodista en México es jugarse la vida. Este país se ha convertido en el más peligroso para ejercer nuestra profesión con más de 120 compañeros asesinados. El 60 por ciento de los asesinatos de periodistas esta relacionado con su trabajo de denuncia contra funcionarios corruptos. Un respeto, por favor.
Nosotros exhibimos, informamos, no podemos hacer más. No somos policías, ni ministerios públicos, tampoco jueces. Tal vez, por eso la señora Robles, se ríe con su amigo gobernador corrupto de Chihuahua, de nuestro trabajo, porque sabe que a ambos, siendo políticos, los protege la impunidad que cubre a los de su calaña.
Pero la sociedad está informada, sabe, identifica a los corruptos y traidores, hace sus juicios de valor, aunque haya políticos como ella, que creen que los ciudadanos son seres humanos sin inteligencia. A los mexicanos no los hacen tontos.
Y aunque pida disculpas, la señora Robles se sigue retratando a sí misma. Representa como en la novela de Golding a “La Señora de las Moscas”, nítida personificación de la maldad, la ambición sin medida, la vileza y la traición.
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