Grupo México va por más: anuncia que está listo para iniciar actividades de fracking para sacar gas shale

29/08/2014 - 2:01 pm
Estado actual del Río Sonora. Foto: Cuartoscuro
Estado actual del río Sonora. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).- Grupo México, acusado de contaminar los ríos Sonora y Bacanuchi con 40 mil metros cúbicos de sustancias tóxicas generadas por la explotación y operación de la mina Buenavista del Cobre, ubicada en el municipio de Cananea, Sonora, anunció ante analistas de Accival, el brazo bursátil de Banamex, que tiene una alianza estratégica y pronto empezará también a explotar el gas shale que se obtiene mediante el fracking o fractura hidráulica.

“La compañía cuenta actualmente con una alianza estratégica para el gas pizarra o shale. Para las inversiones actuales, se requeriría un financiamiento de 60 por ciento capital y 40 por ciento deuda”, señala el reporte de los analistas en los que reseñan una plática con Daniel Muñiz, director de Finanzas y Administración del grupo empresarial.

El derrame en Buenavista del Cobre afectó a 7 municipios y a cerca de 24 mil personas. Está estimado que sólo las labores de saneamiento tengan un costo de 100 millones de pesos que pagarán los gobiernos estatal y federal, recursos que la compañía se comprometió a reembolsar, según dijo el Gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías.

A pesar del desastre, la empresa también tiene planeado ampliar su capacidad de producción de cobre en Buenavista, ya que prevé “una posible nueva inversión: es una nueva fundición y refinería de Southern Copper en México para ampliar la capacidad de Buenavista”.

Ayer, la asociación civil Acciones Colectivas de Sinaloa AC presentó una demanda de acción colectiva difusa en contra de Grupo México SAP de CV, Minera México SA de CV y Buenavista del Cobre SA de CV, por los daños ambientales a los ríos Bacanuchi y Sonora. La empresa también enfrenta una demanda por quien resulte responsable de los hechos, además de que el gobierno federal integra una querella por los daños que el accidente causó al ambiente.

GRUPO MÉXICO Y EL SECTOR ENERGÉTICO

Grupo México es uno de los mayores productores de cobre del mundo. Sus principales subsidiarias son Southern Copper [en la que tiene una participación de 80 por ciento], Asarco (cobre) e ITM (ferrocarriles). Recientemente, aproximadamente el 90 por ciento de su utilidad proviene del cobre. La producción de cobre se distribuye de la siguiente manera: 37 por ciento en Perú, 37 por ciento en México y 25 por ciento en Estados Unidos. La compañía cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores y el 65 por ciento es controlado por la familia Larrea.

El mes pasado, también en conferencia con analistas, Muñiz expresó que la Reforma Energética traería nuevas oportunidades para la compañía, ya que le permitiría conservar los negocios que actualmente tiene en el sector, así como incursionar en otros nuevos.

Muñiz apuntó que la compañía buscaría mantener las relaciones con Petróleos Mexicanos (Pemex), por lo que están analizando la compra de más plataformas, las cuales renta a la paraestatal.

Además, continúa con la construcción de otros dos equipos de perforación marítima con capacidad de llegar a una profundidad de 25 mil pies para dar servicio a Pemex, los cuales requerirán una inversión de 174 millones de dólares.

“Se espera que entren en operación entre el cuarto y primer trimestre del siguiente año”, explicó.

Por otro lado, comentó que analizan la posibilidad de participar en la exploración y extracción de petróleo en aguas profundas, aunque no saben si lo harán en alianza o solos, con financiamientos.

Sobre este último punto, el reporte de Accival destaca que “la administración continúa evaluando las opciones, incluyendo el desarrollo de pozos productores. Grupo México cuenta con una gran experiencia, incluyendo en la perforación y la administración de las concesiones del gobierno. El socio debería tener experiencia en producción. Los objetivos potenciales serían los yacimientos maduros, demasiado pequeños en escala para los competidores globales”.

Entre 2014 y 2017 Grupo México tiene planeado invertir cerca de 9 mil millones de dólares en el periodo, los cuales utilizará para expandir su capacidad de producción en minería, incrementar la carga en transporte de mercancías, e impulsar el negocio de energía dentro de su división de infraestructura.

Sobre el caso de la explotación de gas shale, el director de Finanzas y Administración de Grupo México, solamente mencionó la existencia de una alianza estratégica, pero no detalló con que compañía ni cuáles sería los estados en dónde estarían interesados en perforar pozos para la extracción.

México es uno de los cinco países en el mundo con mayores riesgos de enfrentar secuelas por la explotación de gas sale a través del llamado fracking o fractura hidráulica, toda vez que es la cuarta nación con el mayor número de reservas de este energético, advierte un documento elaborado por el Movimiento Mundial Antifracking.

En el documento llamado “Qué quiere, cómo opera y lo que sigue”, el movimiento destaca que en México existen 681 reservas de gas shale en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Jalisco, Sinaloa, Durango, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí y Veracruz, lo que hace a estas entidades, una vez que inicie la explotación en serie, susceptibles a los desastres ecológicos con los que se asocia a esta práctica.

Además destaca que en México la infraestructura para realizar este tipo de operaciones es deficiente y los sindicatos no estarán en condiciones de ejercer la presión suficiente para impedir que se realice la explotación de pozos del energético.

El documento “Chale con el gas shale”, elaborado por la organización ambientalista Greenpeace, establece que Petróleos Mexicanos (Pemex) estima que sólo para explorar las posibilidades de gas shale en el país sería necesaria una inversión de aproximadamente 30 mil millones de pesos en los próximos tres años para 195 pozos, de los cuales casi 300 millones de pesos ya se han gastado en trabajos exploratorios.

El término está asociado al gas shale que se encuentra atrapado en los sedimentos de esquisto. Su extracción se hace a través de la técnica de fractura hidráulica o fracking, que empezó en Estados Unidos en la década pasada y que años después ocasionó que miles de familias se encuentren atrapadas en medio de agua potable y aire contaminados. Las pérdidas para los ciudadanos, sólo en ese país, se calculan en miles de millones de dólares.

La explotación del gas shale es uno de los puntos centrales de la Reforma Energética, impulsada por el gobierno federal.

La técnica parte de la perforación de un pozo vertical que, una vez alcanzada la profundidad deseada, da paso a una perforación horizontal que puede extenderse entre 1 y 1.5 kilómetros. Esta perforación se repite en diferentes direcciones, partiendo del mismo pozo de perforación vertical inicial.

Una vez hechas las perforaciones, y debido a la baja permeabilidad de la roca de esquisto, es necesario fracturar con la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión que liberan el gas. Pero el flujo disminuye muy pronto y para mantener la producción, es necesario realizar continuamente el procedimiento de fractura hidráulica en un mismo pozo. Un mismo pozo puede ser fracturado hasta 18 veces.

Datos de la Alianza Mexicana Contra el Fracking, integrada por distintas organizaciones civiles para oponerse a esta práctica, plantean que se requieren de 9 a 29 millones de litros de agua para la fractura de un solo pozo. La explotación de los 20 mil pozos anuales que se está planteando en México desde diversos sectores, supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 4.9 y 15.9 millones de personas en un año.

Esto traería, consecuentemente, la disminución de la cantidad de agua disponible para otros usos, además de que también se utilizarían una serie de sustancias que contaminan el aire, el subsuelo y el agua.

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