Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– Hace una semana que, como cada año desde principios del la década de los noventa del siglo XX, se llevó a cabo el Festival de “Carne de Perro” Yulin, en China.
Para decepción de muchos, tras una intensa campaña que lleva varios años activa, miles de perros y gatos fueron sacrificados en la región de China Central el 22 junio, fecha que coincide con el inicio de verano.
Sin embargo, varios activistas documentaron cómo se llevó a cabo esta edición del Festival en la región china Guangxi.
Supuestamente, las autoridades anunciaron la prohibición de este evento desde 2014. Pero desde el inicio de este junio, la organización mundial Humane Society International (HSI) reportó el robo y encierro de cientos de mascotas para dar lugar al banquete.
Desde 2014, los alcaldes de las ciudades involucradas dieron órdenes a los restaurantes para quitar los anuncios donde mencionaban que vendían carne de perro. Este acto se repitió constantemente y la policía hizo patrullajes en las calles para asegurarse que no habían mensajes al público sobre la venta de esta carne.
El Mercado Dong Kou, que es donde más se vendían ejemplares de canes, registró menos puestos que mantuvieron la venta de carne de perro y, de acuerdo con la HSI, un testigo les confirmó que se reportó una baja de interés en el mercado.
Un activista chino, cuyo nombre no dio a conocer HSI y quien ha observado la realización del festival durante los últimos tres años, estimó que el número de perros vendidos por comerciante era de 20 ejemplares en esta edición, respecto a los 70 que se vendían en 2012.
Alrededor de 50 protestas se llevaron a cabo en varias ciudades del país en contra de la realización del Festival Yulin, incluyendo la que tuvo lugar en esa región a pesar del acoso policiaco que había.
La HSI también reportó que los comerciantes de carne de perro confesaron que el negocio se volvió más difícil debido a las protestas, a la presión de gobierno y también a la de sus hijos, quienes están en contra de comer carne de perro.
“China no es una democracia. No hay muchas cosas transparentes, pero el llamado para terminar o restringir la industria de la carne es más fuerte y las autoridades han escuchado. Las cosas no pasan rápido en China, pero se mueve en la dirección correcta”, dijo el Doctor Peter Li, miembro de la HSI.
Por otro lado, el Director de Respuesta a la Crueldad de la organización, Adam Parascondola escribió que fue un gran reto estar en Yulin durante las últimas semanas.
“He presenciado escenas realmente desoladoras de perros que sufren y de gatos, que jamás olvidaré. Pero al mismo tiempo, tuve el honor de trabajar con activistas de China realmente inspiradores y ciudadanos ordinarios que aman a los animales y se preocupan por este terrible comercio”, explicó Parascondola.
EL HORROR DE YULIN O DE EU
El tema levantó polémica y debate en todo el mundo por el hecho de que el mejor amigo del hombre fuera sacrificado y cocinado para su consumo humano; sin embargo, el horror fue demostrado en el lado occidental del mundo.
“Las historias que oí de los cachorros rescatados de este comercio sangriento me provocó el llanto al imaginar a dos de mis perras enfrentando ese destino. Pero, aunque las imágenes de Yulin son terribles, no puedo evitar compararlas con otra vista inaguantable que he visto personalmente: la agricultura animal en Estados Unidos”, argumentó al Huffington Post el abogado, investigador y cofundador de Direct Action Everywhere, Wayne Hsiung.
Hsiung explicó en un blog publicado que durante 10 años él ha entrado a las construcciones de granjas en la noche y en algunas ocasiones rescata animales.
“He visto vacas, como los perros de Yulin, dentro de camiones de transporte tan apretados, que no pueden pararse o voltearse. He visto aves, como los perros de Yulin, cubiertos en suciedad, muriendo por deshidratación, hambre y enfermedades. La escala e intensidad de violencia contra estos animales (como los perros de Yulin) es difícil de creer”, escribió el activista.
Wayne propuso también que antes de condenar Yulin, las personas deberían apoyar la acción local en China de grupos activistas que buscan terminar la violencia en Yulin y “mirar nuestro comportamiento”.
“Eso debería darnos esperanza por los perros en Yulin, pero también presionarnos para mirar lo que ocurre con los animales que viven cerca de nosotros, para que un día podamos crear un mundo donde cada animal esté libre de violencia”, concluyó en su columna.
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