Ciudad de México, 29 de mayo (SinEmbargo).– Las protestas violentas en contra del proyecto minero Tía María, de Grupo México, se trasladaron al centro de Perú, en donde sólo se habían llevado a cabo protestas pacíficas. Los hechos ocurrieron durante la noche de este jueves luego de que al término de la protesta un grupo se enfrentara a las fuerzas del orden dejando agentes heridos y daños bancos y comercios.
Las protestas contra el proyecto Tía María han dejado en los últimos dos meses cuatro muertos y más de 300 heridos, según las últimas cifras ofrecidas por la Defensoría del Pueblo. La noche del jueves tuvo lugar otro episodio de violencia pese a que se había convocado a un acto pacífico.
"Hay un total desconocimiento al orden público e irrespeto a la autoridad, a la ley, a las normas. ¿Quién va a pagar esto? Lo va a pagar cada vecino", dijo el Alcalde de Lima Luis Castañeda esta mañana durante una visita a las zonas dañadas de las avenidas Nicolás de Piérola y Tacna.
La manifestación de ayer convocó a unas dos mil personas en el centro de Lima. El grupo marchó pacíficamente en solidaridad con los pobladores de la provincia de Islay, en la región Arequipa."Tía María no va", "Southern, ni un muerto más", eran algunas de las consignas en los carteles de los manifestantes.
Al término de la marcha, algunos participantes chocaron con la policía, y un grupo de manifestantes armaron barricadas, destrozaron cajeros automáticos y algunas veredas. Algunos manifestantes resultaron contusos. El diario El Comercio informó que al menos dos policías terminaron heridos por impacto de piedras y bloques de cemento.
El medio reportó que en total se reportaron 36 detenidos, de los cuales tres serían menores de edad, según los propios manifestantes. Se informó que las personas arrestadas fueron recluidos en varias comisarías de Lima para la posterior revisión de sus antecedentes.
Tras el auncio del paro de 48 horas que inició el pasado 27 de mayo, el Gobierno de Perú, que encabeza Ollanta Humala, autorizó el lunes la intervención de las fuerzas armadas en Apurímac, Ayacucho, Cuzco, Moquegua, Puno, Tacna y Cajamarca, una medida que también mantiene en Islay desde el pasado fin de semana, cuando declaró el estado de emergencia en la provincia.
El Ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, precisó que los policías mantendrán el control de la seguridad y los militares resguardarán lugares estratégicos como aeropuertos, puertos, hidroeléctricas y otras zonas estratégicas “que podrían estar en peligro si es que hubiera una manifestación violenta”, según dijo.
La paralización fue convocada para exigir la anulación total del proyecto, a pesar de que la Southern intentó frenar las protestas informando que hará una “pausa” de dos meses para intentar dialogar con los opositores.