Isabel Parra: “Víctor Jara fue un héroe para todos nosotros”

29/03/2013 - 1:30 am
Foto: Especial
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Ciudad de México, 29 mar (SinEmbargo).- Desde su casa en Providencia, la cantautora chilena Isabel Parra, hija de la enorme Violeta, sobrina del inmenso Nicanor, habla de la reedición de su libro Ni toda la tierra entera, que lleva el mismo nombre de la canción compuesta en Cuba e inspirada en el exilio al que tuvo que partir luego de que su nombre apareciera en las listas de detenidos luego del Golpe de Estado.

Después de 10 años, este libro vuelve a imprimirse con imágenes, cartas y poemas inéditos.

De los militares y las Fuerzas Armadas la artista no habla con rabia, porque dice que lo que a ella le pasó, esos 14 años de exilio “lo pude transformar no en resentimiento ni odio, sino que lo transformé en canto. En música, en poesía popular sencilla. En palabras femeninas que se cantan y acompañan a todo el mundo”.

Ni toda la tierra entera abre con un relato de su hija Tita y sigue con el relato de Isabel sobre el exilio al que tuvo que partir luego del Golpe de Estado. Ese día ella estaba invitada a la misma actividad con Víctor Jara en la Universidad Técnica del Estado, donde el cantautor fue detenido, torturado y luego acribillado.

Sin embargo, Isabel partió a las oficinas de la Jota (Juventudes Comunistas de Chile), donde militaba a enterarse de lo que estaba pasando. Al final tuvo que asilarse en la embajada venezolana y partir al extranjero en el avión que Cuba envió para sacar del país a los perseguidos. Allá fue donde se enteró de que su hermano Ángel, después de dos meses, por fin estaba libre. Eso sí, con la prohibición de cantar.

The Clinic
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A sus 73 años, Isabel dice que continúa identificándose con la “izquierda utópica, la de Salvador Allende” y que dejó de militar en el Partido Comunista hace años.

Sin embargo, igual se alegra de la llegada de Michelle Bachelet, y dice tener “muchas esperanzas de lo que no se hizo en 20 años pasados se haga ahora”.

– ¿Por qué es necesario reeditar este libro hoy?

– La intención es, muy simplemente, pensar un poco. Sobre todo la gente nueva, que escucha esto a la pasada, que no vivió directamente este drama del Golpe de Estado con todas sus consecuencias, que no se detuvo un segundito a pensar que hoy día puede salir a la calle, carretear, estar con su familia. Estamos hoy en día en un país con muchos conflictos y muchas divisiones, pero nadie nos viene a buscar a la casa para matarnos. Eso es lo que no quiero que se olvide. Porque yo era simplemente una militante de la Jota junto con Víctor y otros artistas que cantábamos y hacíamos música y participábamos profundamente de este proceso que era la utopía perfecta, un socialismo en que nos respetáramos, en que nadie matara a nadie. En que pudiéramos usar el cobre para las causas nobles, en que no hubiera gente que se quedara con la plata y los otros se mueren de hambre, en que no hubieran persecusiones. Naturalmente que no fue bueno para la oligarquía chilena.

¿Qué te pasa cuando escuchas a la gente decir que ya es un tema del pasado?
– Cuando nosotros volvemos al tema, que es un tema que no se va y vive con nosotros, no estamos tratando de cagarle la vida a nadie ni que se depriman. Estamos diciendo “esto me pasó y a lo mejor le paso a tu abuelo, tu vecino y fue un hecho real y concreto”. Lo peor que le puede pasar a un país es estar partido en dos. No hay nada mas inútil y más dramático. Nos estamos perdiendo los unos a los otros y no nos estamos conociendo. No sé si vamos a tener la capacidad de aprender y mejorarnos y de presentarnos frente al contrincante ideológico de una manera menos tenebrosa. Eso nos haría mejores personas, pero yo no sé si es posible. Han habido ejemplos de perdones, pero los militares han sido patéticamente orgullosos, y dicen que lo volverían a hacer.

– Tú eras muy cercana a Víctor Jara ¿Cómo has visto este proceso del esclarecimiento de su muerte?

– En primer lugar, tengo que decirte que yo creo que Víctor fue el héroe de todos nosotros. Sin proponérselo. Sin pensar. El Víctor era muy cercano a nosotros, a la Peña, a la Violeta. Éramos muy compinches, muy solidarios. Entonces siempre me estaba invitando a grabar, a mostrarme una canción nueva y era una amistad preciosa, maravillosa. Que naturalmente cuando yo me doy cuenta que la Joan Jara y su Fundación han persistido como tantas personas en buscar los asesinos de Víctor, yo lo encuentro tremendo. Tan necesario y es admirable que ella no se haya agotado, que no haya tirado la esponja. Entonces esta situación de Víctor asesinado, del Presidente muerto en La Moneda, de toda la plana de la Unidad Popular relegada a la isla Dawson, es una cuestión que, por favor, nosotros no podemos hacernos los lesos y decir, “no sigamos para adelante no más porque son cosas del pasado”. Imagínate que de un día para otro te quedas sin tu amigo del alma, sin tu ciudad, sin tu casa. Todo acribillado por los militares.

 

Con información de Melissa Gutiérrez / The Clinic

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