Ciudad de México, 29 de marzo (SinEmbargo).- “¿De quién nos vamos a cuidar, entonces? Los soldados abusan de todos”, dijo el padre de uno de los dos jóvenes asesinados el pasado 18 de marzo en Nuevo Laredo, Tamaulipas. “¿Por qué se ensañan, pues?” Según organizaciones civiles y de derechos humanos, fueron elementos de las fuerzas castrenses; y sería la primera ejecución sumaria de militares en contra de inocentes en la administración de Enrique Peña Nieto.
Esa tarde, días antes de que comenzara la primavera, Alfredo Ruiz Rojas, de 23 años, y Héctor Alexis Moreno, “Chano”, un estudiante de 15 años que lo acompañaba, fueron detenidos por militares mientras viajaban en un Mustang rojo. Un testigo narró que alrededor de cinco soldados les “sembraron” armas en su auto y los trasladaron a otro sitio, donde horas más tarde aparecieron muertos.
De acuerdo con la versión oficial, los jóvenes perdieron la vida en un enfrentamiento.
Pero familiares, amigos, testigos y diversas dependencias y organizaciones de derechos humanos documentaron que el caso se trata de “una detención arbitraria, tortura y asesinato” cometido por los militares.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Comité de Derechos Humanos en Nuevo Laredo (CDHNL) y organizaciones civiles de Tamaulipas emitieron una alerta pública por el caso.
El Ejército Mexicano reconoció que entre enero de 2007 y agosto de 2012 efectivos privaron de la vida a 40 civiles al repeler supuestos “ataques contra personal militar”, de acuerdo a un informe publicado el año pasado.
Sin embargo, expedientes de la CNDH revelan que, en realidad, fueron 45 los civiles inocentes asesinados por el Ejército durante el pasado sexenio, que dejó más de 60 mil muertes en la guerra contra el narcotráfico.
SON HUMILDES
Los familiares y conocidos de los jóvenes aseguran que las víctimas eran personas trabajadoras y honradas, y muy humildes. El mayor de ellos se dedicaba a la albañilería, plomería y también pintaba casas.
Están desconcertados, muy molestos. Acudieron a la CNDH a presentar pruebas de abuso de autoridad. Exhibieron imágenes de unos 20 casquillos de diferentes calibres que no fueron recolectados del lugar de los hechos y que se presume fueron disparados por los militares para simular un enfrentamiento, alterando así la escena del crimen.
Según un testigo del crimen, los dos jóvenes estaban inconscientes por la golpiza propinada por elementos del Ejército cuando éstos les dispararon.
La versión de los militares dice otra cosa.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que las víctimas fallecieron en un tiroteo y que se habían descubierto armas en su vehículo.
Pero Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, dijo que al revisar el cuerpo de una de las víctimas, se descubrieron golpes en el rostro, en los genitales, espalda, glúteo y piernas. Heridas que le fueron infligidas antes de morir.
Ese día, un testigo informó al padre de Alfredo Ruíz que tanto su hijo como el adolescente habían sido ilegalmente ejecutados por militares tras haber sido torturados.
El padre del joven visitó la localidad donde fueron ejecutados y habló con testigos que confirmaron la detención de las dos personas. Un testigo informó haber visto a militares en una terracería golpeando a las víctimas con armas y que después les dispararon.
Según el testigo, los militares lo detuvieron, golpearon y antes de permitir que se fuera lo amenazaron de muerte si contaba lo que había visto.
Recordó que los jóvenes viajaban a bordo de un vehículo cuando fueron abordados por patrullas militares para una revisión. Pero en vez de ello fueron subidos a la unidad del Ejército. Alrededor de cinco soldados les “sembraron” armas en su coche y los trasladaron al sitio donde aparecieron muertos.
Después de esto -dijo- los soldados se fueron y dejaron los cuerpos ahí.
CNDH Y AI PIDEN ESCLARECER EL CASO
El Comité de Derechos Humanos en Nuevo Laredo publicó en un comunicado que de acuerdo con la declaración de dos testigos presenciales, Alfredo Ruiz Rojas fue brutalmente torturado en diferentes partes del cuerpo.
“El señor Alfredo Ruiz Rojas y un acompañante fueron detenidos llevados a un monte a despoblado y torturados y luego después de eso, también de acuerdo a las evidencias obtenidas en el lugar de los hechos, se presume que fueron víctimas de una ejecución, pero antes de eso se hizo una simulación de fusilamiento”.
La organización indica que las heridas del joven no coinciden con el parte oficial rendido por personal de la Secretaria de la Defensa Nacional y de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas - expuestas en la averiguación penal 0167/2013-, por lo que pidieron a la CNDH revisar el cuerpo y dejar constancias gráficas de las lesiones por tortura e impacto de proyectil de arma de fuego.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos CNDH –con ayuda de un médico legista– lo constató. " El parte oficial rendido por personal de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas no coincide con las heridas de los cuerpos y que se trató de 'una detención arbitraria, tortura y posterior asesinato’'".
A su vez, la organización Amnistía Internacional llamó hoy a las autoridades “a garantizar la seguridad de los familiares de las víctimas, testigos y la organización local que está acompañando el caso. Así mismo la organización exige a las autoridades una investigación completa e imparcial sobre las muertes, que incluya una exhaustiva investigación sobre las denuncias de tortura y ejecución ilegal de Alfredo Ruiz y del adolescente que le acompañaba”.
En un comunicado AI pidió a “a las procuradurías estatal y federal, así como a la CNDH a hacer públicos los resultados de sus investigaciones lo antes posible”.
De acuerdo con AI, "miembros del ejército mexicano asesinaron a dos jóvenes en circunstancias poco claras en Nuevo Laredo".