La mejor película, sobre curas pederastas, lanza un mensaje directo al Papa Francisco. El mejor director, el mexicano Alejandro González Iñárritu, hizo más visible la intolerancia de un mundo que todavía se rige por castas y colores. Leonardo DiCaprio habló contra las corporaciones que han vuelto un cochinero del planeta; Lady Gaga y el Vicepresidente Joe Biden plantearon la urgencia de detener el abuso sexual mientras dos chilenos, con un corto animado, recordaron que ayer como hoy las dictaduras modifican el rumbo de los hombres. Todo en un Estados Unidos que está a punto de votar por un fascista: Donald Trump. Fue una noche de corrección política en los Óscar.
Ciudad de México, 29 de febrero (SinEmbargo).- Reivindicación. Justicia. Orgullo. Algunas de las palabras que vienen a la mente cuando se trata de hacer el balance de la entrega 88 del Óscar, el galardón que otorga anualmente la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood y que en la víspera se llevó a cabo en el Dolby Theatre de Los Ángeles.
Justicia porque al fin Leonardo DiCaprio y Ennio Morricone ganaron su primer Óscar. Porque no pesó la presión emocional y de la prensa que pretendía una estatuilla para el legendario “Rocky” Sylvester Stallone por su labor en Creed, y en cambio en la categoría de mejor actor de reparto el premio merecido fue para el británico Mark Rylance por su trabajo en el notable filme de Steven Spielberg, Puente de espías.
Reivindicación por parte de DiCaprio, en un discurso caracterizado por una encendida defensa del medioambiente y las comunidades indígenas; reivindicación por parte de los directores chilenos de Historia de un oso, quienes abogaron porque no regresen nunca más las dictaduras a ninguna nación que sueñe con vivir en libertad.
Reivindicación para las mujeres víctimas de abusos, expresada en viva voz del Vicepresidente Joe Biden y en una emocionante interpretación de Lady Gaga. Y sin duda, justicia y consuelo para las numerosas víctimas de abusos infantiles por parte de curas de la iglesia católica, que son el centro de Spotlight, ganadora del Oscar a la mejor película.
Orgullo para México y Latinoamérica, por las estatuillas para el fotógrafo Emmanuel Lubezki y Alejandro González Iñárritu, a quien Leonardo DiCaprio elogió “porque has abierto caminos” y “por tu talento increíble”, en una noche que tuvo otra vez sabor mexicano, algo que ya se está haciendo costumbre en Hollywood.
COSAS POR LAS QUE PROTESTAR
“Cuando uno tiene a la abuela colgando de un árbol es difícil pensar cuál es el mejor documental del año”, fue una de las grandes frases con que el presentador Chris Rock se hizo cargo en forma directa y sin ambigüedades de la polémica que rodeó la entrega del Oscar este año en Hollywood.
“Hubo tiempos en que teníamos cosas más importantes por las que protestar”, argumentó en un largo monólogo introductorio lleno de ironía en el que pidió el no a los boicots y sí a las oportunidades de trabajo para la gente “de color”.
También hizo mención a la violencia policial que ha aumentado las estadísticas de personas negras asesinada por los policías estadounidenses y que ha sido el origen de innumerables protestas en varias ciudades del país, entre ellas Nueva York, centro de manifestaciones contra los abusos y en las que han participado celebridades como Quentin Tarantino.
La mención constante, sin embargo, al “asunto negro”, se volvió un poco reiterativa y le restó brillo a la conducción impecable de la que hizo gala el comediante en la entrega 88 de la tan ansiada estatuilla dorada para lo mejor del cine estadounidense.
Guionistas, espina dorsal de la industria: Emily Blunt y Charlize Theron le dieron el primer Oscar aSpotlight, el tratado del buen periodismo inspirado en el equipo de profesionales del Boston Globeque ganara un Pulitzer por investigar y denunciar el abuso de niños por parte de curas de la iglesia católica.
“Esta película la hicimos por todos los periodistas que trabajaron para que los poderosos respondan por sus actos”, dijeron casi al unísono Josh Singer y Tom McCarthy, al agradecer un galardón que puso el foco en un oficio que se juega la suerte en estos tiempos donde las redes sociales parecen amenazar su supervivencia.
Ryan Gosling y Russell Crowe fueron los encargados de otorgar la estatuilla en la categoría de mejor guión adaptado para Charles Randolph y Adam McKay, responsables de haber traducido a la pantalla grande la debacle financiera de mediados del 2000 narrada en The Big Short, el libro de Michael Lewis que también dio nombre al filme dirigido por Thomas McCarthy y producido por Plan B, la empresa de Brad Pitt.
El primer Oscar grande de la noche fue para la actriz sueca Alicia Vikander, quien con un vestido amarillo esplendoroso y la voz en un hilo de emoción compartió la sorpresa por un galardón que dejó afuera a actrices consagradas como la inglesa Kate Winslet y la estadounidense Jennifer Jason Leigh, quien hizo un trabajo impresionante en Los odiosos ocho, de Quentin Tarantino.
El trabajo de Vikander en La chica danesa, sutil, bordado con hilos de elegancia y dramatismo en partes iguales, como la esposa de un hombre que se siente apresado en un cuerpo de mujer y que constituye el primer caso de una fallida transformación en la historia del cambio de sexo, convenció a los votantes de la Academia de Artes y Ciencias de Hollywood a la que no le importó consagrar a una intérprete desconocida para el gran público.
Lo mejor del Oscar para el mexicano Emmanuel Lubezki, la tercera estatuilla dorada en forma consecutiva esta vez por su prodigioso trabajo en The Revenant, fue la sonrisa de satisfacción del director del filme, Alejandro González Iñárritu.
“El Chivo Lubezki es un maestro de la luz y trabajar con él ha sido todo un privilegio para mí. El cine es un arte complejo, cuyo proceso es realmente complicado y la fotografía es un elemento del cine”, dijo el “Negro” en la caótica conferencia de prensa en México, cuando acompañado por el protagonista Leonardo DiCaprio presentó la película a la prensa de su país.
“La fotografía en el cine debe reflejar lo que existe y capturar un instante en 24 cuadros por segundo constituye una complejidad extraordinaria. Implica que todos los elementos que va a capturar la cámara deban estar a punto. Es un trabajo de mucha colaboración en el que están involucrados cientos de personas para que podamos encontrar ese lenguaje, ese ritmo, ese movimiento”, agregó.
En la víspera, “El Chivo” Lubezki hizo historia y en un sobrio discurso agradeció la distinción al director, a los actores, a sus compañeros de categoría y a su familia. Ya en la conferencia de prensa de los ganadores, aclaró que todos los filmes en los que ha participado pertenecen al autor y que en todo caso él ha tenido la suerte de trabajar “con grandes directores, decididos a romper barreras”.
“Hicimos esta película para la gente, no para los especialistas, así que al público va dirigido este Oscar”, afirmó el fotógrafo mexicano.
Pese a la presión “emocional” de los fans de Rocky, ansiosos porque Sylvester Stallone ganara como mejor actor de reparto por su criatura revivida en Creed, la justicia divina del cine hizo recaer el premio en el excelso actor británico Mark Rylance, impresionante en el filme Puente de Espías, dirigido por Steven Spielberg y protagonizado por Tom Hanks, con guión de los hermanos Coen, por si faltaran firmas ilustres en un filme injustamente ignorado en la temporada de premiaciones.
Aunque para emoción real, nada como la hermosa interpretación del líder de Foo Fighters y ex Nirvana, Dave Grohl, quien cantó “Blackbird”, el clásico beatle escrito por Paul McCartney, para honrar la memoria de los miembros de la industria del cine muertos recientemente, por caso el actor egipcio Omar Sharif y el músico británico David Bowie.
Aunque la ceremonia de este año no se caracterizó por la cuestión política, la presencia de John Biden en la entrega de los Oscar y el largo aplauso de pie de la mayoría de la comunidad de Hollywood presente en el Dolby Theatre demostró cuán dispuesta está la gente del cine a defender algunas de las conquistas ganadas con el gobierno de Barack Obama.
El apoyo al vicepresidente demócrata, en una contienda electoral que hace temer por el triunfo del candidato racista Donald Trump, fue un soplo de aire fresco que permite soñar con que no se cumplan los peores vaticinios cuando toque reemplazar al Presidente en funciones en los Estados Unidos.
El millonario republicano, enemigo declarado de México en particular y de las minorías en general, fue mencionado por Andy Serkis –Gollum y el mono en el Planeta de los simios-, quien dijo que como actor de captura de movimientos puedes dar vida a un monstruo egotástico o a Donald Trump.
Biden dio paso a una actuación consagratoria de “mi amiga” –así la presentó- Lady Gaga, quien totalmente vestida de blanco y sentada al piano, cantó el tema de The Hunting Ground, documental que sigue algunos casos de abuso sexual reportados en colegios de los Estados Unidos y que debutó en el Festival de Cine de Sundance en el 2015.
Se trata de la canción titulada “Till It Happens To You”, que la neoyorquina compuso con Diane Warren: “Me dices que mantenga la cabeza en alto, que sea fuerte, que antes de caerte, tengo que levantarme y seguir adelante. Dime, ¿cómo diablos podrías hablar?, ¿cómo puedes hablar? Hasta que te suceda a ti, no sabrás lo que se siente", entonó Gaga, conmoviendo a los presentes.
De todos modos la excelente performance de Lady no alcanzó para que se llevara su primer Oscar a casa y el premio para la mejor canción original quedó en Sam Smith por su tema para la película de James Bond, Spectre.
Ennio Morricone ganó finalmente su primer Oscar por la música de The Hateful Eight, dirigida por Quentin Tarantino, con quien tiene una relación difícil, pero que al fin ha servido para que se hiciera justicia con un galardón que el genial compositor italiano debía haber ganado hace tiempo.
Rompiendo las reglas de la ceremonia que obliga a todos los premiados a hablar en inglés, el maestro agradeció en italiano, dedicó el Oscar a su esposa y expresó su admiración por su colega John Williams, candidato por la música de Star Wars: The Force Awakens.
El batacazo lo dio la actriz y cantante estadounidense Brie Larson, protagonista notable de la perturbadora Room, quien pese a que la favorita era la australiana Cate Blanchett por Carol, se llevó el Óscar ante la sorpresa de toda la comunidad cinematográfica.
Latinoamérica marcó presencia no sólo mediante los premios a los mexicanos González Iñárritu y Lubezki, sino también con el cortometraje de animación Historia de un oso, que le dio el primer Óscar a Chile.
Y mientras el legendario Morgan Freeman anunciaba el Óscar a la mejor película para Spotlight, en el aire de Hollywood quedó flotando la voz de las víctimas que por primera vez brillaron entre tanto traje elegante y maquillaje perfecto.
Los niños abusados de Spotlight, las comunidades indígenas de The Revenant, los afroamericanos agredidos en forma sistemática por una policía que ve la justicia en colores, los jóvenes abusados sexualmente en el documental The Hunting Ground, las víctimas de las crisis financieras que hicieron más ricos a los ricos y más pobres a los pobres en The Big Short…¿El Papa Francisco y Donald Trump habrán visto la ceremonia del Óscar 2016?