El sector automovilístico alemán ha sido hoy fuertemente criticado al verse envuelto en una nueva crisis por haber experimentado con monos y seres humanos buscando demostrar que las emisiones de los motores diésel no son tan dañinas para la salud como habitualmente se cree.
La Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte (EUGT), un instituto financiado por Volkswagen, BMW y Daimler (fabricante de Mercedes-Benz), sometió a grupos de humanos y macacos a las emisiones de motores diésel, según han revelado distintos medios alemanes.
Por David McHugh y Geir Moulson
Fráncfort, 29 de enero (AP). — El presidente de Volkswagen describió el lunes como “completamente incomprensibles” las pruebas de humos de motores diésel con monos y afirmó que el asunto debe “investigarse de forma plena e incondicional”.
Las declaraciones de Hans Dieter Poetsch, recogidas por la agencia de noticias dpa, respondían a un reporte de The New York Times sobre que un grupo de investigación financiado por compañías automotrices expuso a monos al humo de motores diésel de un Volkswagen reciente, mientras que otro grupo fue expuesto a humos de una camioneta descubierta Ford antigua.
Los experimentos se hicieron en 2014, antes de que se descubriera que Volkswagen había utilizado un software que permitía a sus vehículos falsear las pruebas de emisiones. Las pruebas pretendían demostrar que la tecnología moderna de diésel había resuelto el problema de las emisiones excesivas.
Tras la publicación del artículo, el diario alemán Stuttgarter Zeitung reportó que el grupo, ahora cerrado, también experimentó con personas.
Las revelaciones complican los intentos de la industria automotriz alemana de superar el amargo episodio de las emisiones de Volkswagen y las subsiguientes demandas de que se suspenda todo tipo de uso de diésel en la el sector.
Poetsch enfatizó que tales experimentos son “completamente incomprensibles” y “deben ser investigados a cabalidad, sin reserva alguna”.
Los experimentos se hicieron en 2014, antes del escándalo de Volkswagen. Las pruebas pretendían demostrar que la tecnología moderna de diésel había resuelto el problema de las emisiones excesivas, pero según el artículo del New York Times, el vehículo usado en la prueba portaba el software ilegal que encendía los controles al momento de la prueba pero los apagaba en la calle.
Volkswagen admitió haber usado ese software en el 2015. El escándalo llevó a un mayor escrutinio de las emisiones diésel y las autoridades eventualmente descubrieron que otras compañías también mostraban emisiones más altas en la carretera que en los laboratorios, aunque no necesariamente debido a software indebido. El sector se ha visto agobiado de pedidos en las principales ciudades alemanas de que se prohíba todo uso de diésels.
El gobierno alemán condenó las versiones de que se hayan practicado experimentos en animales o en humanos. El ministro del Transporte Christian Schmidt "considera inaceptable toda prueba que no sirva a los intereses de la ciencia y que sea sólo una maniobra de relaciones públicas”, dijo en Berlín su vocero Ingo Strater.
Exigió que las empresas nombradas ofrezcan “una respuesta inmediata y detallada” y advirtió que la comisión nombrada para investigar el caso Volkswagen sostendrá una reunión de emergencia para examinar el asunto.