Japón emplea 150 mil litros de agua a diario para evitar que los reactores de Fukushima se sobrecalienten, ahora los expertos tienen un plan para deshacerse de esta agua, arrojándola al mar.
Ciudad de México, 27 de noviembre (RT/SinEmbargo).- Los expertos en energía atómica de Japón urgen a las autoridades locales a arrojar al océano los depósitos de agua radiactiva proveniente de la tristemente célebre planta nuclear de Fukushima, informa The Japan Times.
Tras sufrir en 2011 el segundo mayor desastre nuclear de la historia, cientos de toneladas de agua se utilizan a diario para evitar que los reactores accidentados se sobrecalienten. Como resultado, se generan 150 mil litros de agua contaminada por día, los cuales son almacenados en contenedores especiales.
De esta manera, ya se han acumulado al menos 900 tanques con líquido radiactivo. En caso de un nuevo terremoto o tsunami, estos contenedores se podrían romper y volcar de forma repentina su contenido hacia el océano Pacífico, lo cual podría constituir un grave peligro ecológico.
¿UN PLAN SEGURO?
Ante esta posibilidad, los expertos aconsejan liberar estos depósitos de agua de manera gradual al considerar que el tratamiento que recibe este líquido elimina todo el material radiactivo peligroso. El único residuo presente en el agua es el tritio, un isótopo natural de hidrógeno, cuyo nivel no constituye una amenaza para el medio ambiente, insisten los especialistas.
Este plan implica diluir hasta 50 veces el contenido de los tanques con agua pura y arrojar diariamente unas 400 toneladas al océano, respetando de esta manera las normas permitidas en otras plantas nucleares.
RECHAZO DE LA COMUNIDAD
Sin embargo, estas medidas han generado un fuerte rechazo en la comunidad de pescadores locales. A pesar de los análisis que muestran que el pescado obtenido en la zona es un alimento seguro, los consumidores siguen desconfiando de estos productos.
En caso de liberar el agua de los contenedores al océano, "nuestro esfuerzo por recuperarnos se desmoronaría" de inmediato, expresó Yuichi Manome, uno de los mariscadores de la zona.