Author image

Redacción/SinEmbargo

27/09/2017 - 6:20 am

Partidos y dinero / Terremoto: su impacto en la política

Va a volver a temblar. Eso es irremediable. Tal vez algún día la ciencia pueda predecir cuándo se moverá la Tierra, pero hoy es imposible. Sabemos también que somos la única zona sísmica en el mundo que se asienta sobre fango, sobre lo que fueron lagos, y que eso potencia el efecto y la duración de los sismos sobre edificaciones.

Partidos y dinero
La democracia en México es mala y cara en comparación con otros países en el mundo, aparte de que no ha generado nada de credibilidad en México, y por el contrario, el enojo de la población mexicana cada día es más evidente, a pesar de eso, hay algunos sectores de la clase política que siguen renuentes a regresar el dinero de los mexicanos, que se destinó a los partidos para el proceso electoral, para reconstruir las zonas afectadas por los recientes desastres naturales ocurridos en el país, y en el Reforma, el analista y periodista Sergio Sarmiento, escribe que: “la gente está molesta y su enojo se dirige cada vez más a los políticos. Esto ha sido claro a partir de los sismos del 7 y el 19 de septiembre. Los partidos se han dado cuenta y han empezado a ofrecer recursos para la reconstrucción. Algunos han prometido 20 o 50 por ciento de sus ‘prerrogativas’. El Partido Revolucionario Institucional ha ido más allá y ha propuesto 100 por ciento. […]. Si bien el Partido Revolucionario Institucional ya ha pedido al Instituto Nacional Electoral que le retenga las prerrogativas que faltan de este 2017, unos 258 millones de pesos, está proponiendo además una enmienda constitucional para eliminar la financiación pública de los partidos a partir de 2018. No es el primero. […]. Para algunos políticos y activistas, sin embargo, eliminar estas prerrogativas equivale a un pecado mortal o a un crimen de lesa humanidad. […]. Los partidos también afirmaron que si obligaban a los contribuyentes a gastar una cantidad suficiente de dinero los comicios gozarían de mayor credibilidad. Tampoco esa promesa se ha cumplido. Los electores no tienen confianza en el sistema. El pasado mes de junio una encuesta de Reforma señalaba que 60 por ciento de los mexicanos considera que el Instituto Nacional Electoral no está preparado para organizar las elecciones de 2018 mientras que el 55 por ciento considera que no es independiente del gobierno. Nuestras elecciones son extraordinariamente caras. Solo los partidos nacionales recibirán 6 mil 789 millones de pesos de dinero público en 2018. Los mismos partidos, a nivel estatal, obtendrán otros 6 mil millones de pesos. Pero además los partidos pueden recaudar cantidades similares de fuentes privadas. El Instituto Nacional Electoral gastará por su parte 18 mil 226 millones. […]. El costo del proceso electoral en México […] es de 5 dólares con 90 centavos por elector, de acuerdo con aceproject.org. El de Chile, 1.20 dólares. Estados Unidos y los países de Europa gastan entre 1 y 3 dólares en sus procesos electorales. Tenemos una democracia mala, pero extraordinariamente cara. No ha generado credibilidad, ni honestidad. Es un simple extraordinario desperdicio de recursos”.

La disputa para determinar quién fue el partido que propuso originalmente devolver el dinero destinado para el proceso electoral no se detiene, entre el Partido Revolucionario Institucional, Morena y los integrantes del “Frente Ciudadano” se disputan la originalidad de la propuesta, pero lo importante aquí, es que se deberían de preocupar por en verdad devolverlo y que en realidad es una exigencia de la ciudadanía no una propuesta que venga de algún partido político, y en El Universal, el periodista Ricardo Rocha, escribe que: “tal vez como nunca este país tiene la oportunidad y también la obligación de reconstruirse. En lo físico, hablamos de unos tres mil edificios dañados en la Ciudad de México y tal vez diez mil viviendas en Oaxaca, Chiapas, Morelos y Puebla. A ver: como han dicho nuestros grandes científicos, la mitad de nuestro mapa no sólo es propenso a los sismos, sino que es territorio de alta sismicidad. […]. Por eso, después del sacudimiento terrible del pasado 19 de septiembre ahora empieza una etapa mucho menos notoria pero más notable. Seamos realistas: los más de 300 muertos dolieron profundamente. Pero los miles que perdieron sus techos, su patrimonio y los objetos entrañables de toda la vida deberían seguirnos doliendo a todos. […]. Por lo pronto los partidos y la repudiada clase política intentan lavarse la cara con la devolución de la totalidad o buena parte de los millones de pesos que reciben vía el Instituto Nacional Electoral en beneficio de los damnificados. Lo que ha generado ya un intenso debate sobre la paternidad de la iniciativa y todo tipo de suspicacias sobre los porcentajes y sus efectos en las elecciones de 2018. Por ejemplo: el Partido Revolucionario Institucional propone regresar 100 por ciento de su financiamiento en lo que resta de este año […] pero de inmediato surge la sospecha de que el actual gobierno federal priísta lo compensaría por otras vías; además de que una medida así fue originalmente propuesta por López Obrador y su partido Morena recién llegado a la contienda. […]. Se olvidan de que se trata de dineros públicos provenientes del bolsillo de todos los mexicanos a través de impuestos. Y que este esquema ha sido un fracaso histórico. Porque nada ha impedido que todos los partidos […] hagan sus célebres pases de charola entre los picudos durante opíparas cenas discretas e indiscretas. O que los chorros de dinero del crimen organizado fluyan a partidos y campañas para imponer a sus candidatos a alcaldes, diputados y hasta gobernadores. Ojo: para mí lo sustancial es que la gran lección de solidaridad humanitaria que nos dan los miles de voluntarios se traduzca en una auténtica solidaridad institucional: —Que todos los partidos junto con el Instituto Nacional Electoral anuncien una renuncia porcentual pareja a los millones que les aportamos todos los mexicanos para su operación, sus sueldazos y sus campañas. —Y que los tres niveles de gobiernos afectados nos digan cuál será el costo de la reconstrucción —se habla de 20 mil millones de pesos— y que esos recursos saldrán de rubros prescindibles: el gasto escandaloso de los gobiernos, la caja negra del ramo 23 y el dinero que se han robado los gobernadores de todos los partidos. Para empezar”.

La idea y las propuestas de dejar a los partidos políticos sin financiamiento público cada día son menos, lo cual los mismos partidos políticos han aprovechado para pronunciarse públicamente para renunciar a dichos recursos, pero aun no hay claridad de cómo y cuándo va a ser la devolución de dichos recursos que van a poder servir para la recosntrucción de miles de viviendas que han sido dañadas por los fuertes sismos ocurridos en territorio mexicano, y en Milenio, el periodista Joaquín López Dóriga, escribe que: “el colapso del terremoto del día 19 provocó lo que nadie había logrado: que los partidos políticos coincidieran, […] en renunciar al financiamiento público que los sostiene y al dinero del erario para sus campañas, de lo que viven. Por años se repitieron las voces hasta hacerse casi una sola, faltaba la suya, para denunciar y reprobar el multimillonario costo de las elecciones más onerosas del mundo y las prerrogativas partidistas. Lo único en lo que han coincidido siempre, […] ha sido en aprobar por unanimidad sus presupuestos, sistema pervertido que ha financiado a partidos familiares y otras franquicias que cuestan miles de millones sin ninguna rentabilidad democrática. Pero el impacto del desastre, las dimensiones de la hecatombe, los cientos y cientos de miles de damnificados, la tarea titánica y de derecho elemental de atención y reconstrucción y el clamor popular, ha girado a esos dirigentes y cada quien con su fórmula ha planteado la renuncia al subsidio para destinarlo a poner de pie a una buena parte del país. Enrique Ochoa no solo ha renunciado a los 258 millones de pesos que le corresponden al Partido Revolucionario Institucional en el último trimestre de este año, y llamado a los demás partidos a hacer lo mismo, sino que ha propuesto la eliminación de las prerrogativas para las campañas de 2018, […]. El frente que liderea Ricardo Anaya, y que incluye a Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, coincide en renunciar a esos dineros, pero quiere ampliarlo a un plan de austeridad del gobierno federal, que tampoco está mal. Y Andrés Manuel López Obrador ya formó un patronato de sus notables para manejar unos 100 millones de pesos y no se ha pronunciado sobre el financiamiento de campañas. […]. ¿Que no se puede? Ya encontraremos la forma porque, como se dijo en estos días: no se está pidiendo que los partidos den SU dinero, estamos exigiendo que nuestro dinero no se lo den a los partidos. Y menos en estos momentos de emergencia nacional”.

A pesar del enojo de la sociedad mexicana con los políticos, estos siguen agarrándose a todo lo que pueden para evitar regresar el dinero que les ha sido otorgado, y lo más reciente que han dicho es que “no se puede reducir, eliminar de un plumazo, el financiamiento de un plumazo”, por lo que en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “reacios, senadores panistas y el independiente Alejandro Encinas turnaron a comisiones iniciativas para redestinar los recursos de los partidos a los damnificados por los recientes sismos. Apuntaron que en pleno año electoral no se puede cambiar la Constitución, debido al principio en derecho de no retroactividad, por lo que presentaron una propuesta alterna. “Hemos llegado a la conclusión de que hay una salida viable, de corto plazo, que nos permite darle salida a la demanda ciudadana sin caer en demagogia ni en populismos que solamente frustran la expectativa”, explicó el panista Roberto Gil Zuarth. ‘No podemos engañar a la gente, no se puede reducir, eliminar de un plumazo, el financiamiento público, porque tiene muchas implicaciones’. Desfachatez de cierta clase política…”.

En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “en política prometer no empobrece, la bronca es cumplir. Y si no que le pregunten a Ricardo Anaya cómo piensa hacer realidad sus grandiosas propuestas de austeridad gubernamental. Quienes saben de números, pero sobre todo de dinero, dicen que suena muy bien la idea del Frente Ciudadano, que integran Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, de recortar 60 mil millones de pesos al gasto del gobierno. El detalle está en que la cifra es correcta, pero no cuadra. Cosa de ver, dicen, que dicho monto equivale, ni más ni menos, a dos veces el presupuesto de la Secretaría de Marina; 75 por ciento del de la Defensa; la mitad de lo presupuestado para Salud; y 60 por ciento del gasto en Sedesol. Si esto se aplicara, habría que preguntarse cómo diablos se podrían llevar a cabo las políticas públicas en esos rubros. Otra de las ofertas del Frente Ciudadano es eliminar los viáticos gubernamentales y destinar ese dinero al apoyo de los damnificados. Muy bien, nomás que más del 80 por ciento de los viáticos presupuestados son para elementos del Ejército, la Marina, la Policía Federal, así como médicos y maestros. ¿Y quién atendería emergencias como la del sismo? Eso es algo que Anaya nomás no dice”.

Peña aprovecha a Graco
En La Jornada, el periodista Julio Hernández López, habla del actuar de los personajes políticos ante la desesperación que hay entre los damnificados a causa de los temblores, tal es el caso del Gobernador de Morelos, Graco Ramírez, que diversas ocasiones en las últimas horas ha sudo acusado de esconder el apoyo recolectado por la ciudadanía en las bodegas del DIF estatal, situación que en cada aparición en las zonas de desastre solamente recibe rechazo, y esta situación la aprovechó el Presidente Peña, que en días recientes visitó Morelos y no recibió el mismo trato que le dieron al Gobernador Graco, por lo que escribe que: “bajo la fundada suposición de que el contraste lo dejaría a salvo, Enrique Peña Nieto escogió la compañía de Graco Ramírez, Gobernador de Morelos, para hacer una visita de campo, a una semana del sismo cuyas consecuencias económicas, sociales, políticas y electorales aún son imprevisibles. El ocupante de Los Pinos, como el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, no han puesto pie, en términos políticos, en una capital del país que ha vivido episodios altamente significativos de organización y solidaridad sociales, sin apoyo de los gobiernos e incluso en contra de ellos. Peña y Mancera han dado conferencias de prensa y han hecho apariciones bajo control, pero no se han atrevido a someterse al crudo escrutinio de las masas críticas y movilizadas. Es probable que esté muy presente en el ánimo de los representantes populares lo sucedido con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, abucheado e incluso receptor de algún manotazo sin mayores consecuencias, o con el jefe delegacional en Xochimilco, Avelino Méndez, pateado, empujado y perseguido. En todo caso, Peña se da baños de pueblo, al amparo del rigor del Estado Mayor Presidencial, en poblaciones de otras entidades, como sucedió ayer en Morelos, donde el Gobernador Ramírez fue convertido en imán de los dardos populares, con mentadas de madre, abucheo y gritos de ratero que sólo le permitieron intentar un remedo de discurso en 35 segundos. En el contraste buscado, Peña resultó ileso”.

Mientras que en El Universal, se menciona que en el equipo de trabajo del Gobernador Graco, están molestos con los medios por el manejo de la imagen del Gobernador, que ha sido acusado en las últimas horas, por lo que su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “sus operadores y hasta el propio Gobernador de Morelos se han quejado de la cobertura periodística por el manejo errático de la administración estatal de las aportaciones de la sociedad civil a los damnificados por el terremoto del 19-S. Graco Ramírez ha negado una y otra vez que acaparó la ayuda con fines políticos. Pero en una visita a Tlayacapan pobladores dieron muestras del rechazo hacia el mandatario del estado: ‘Fuera Graco, fuera Graco’, ‘lárgate, haz tu trabajo’, ‘suelta la ayuda’, ‘¿dónde está la ayuda?’. En medio de insultos, Ramírez destacaba que en siete días de contingencia era la segunda vez que el presidente Enrique Peña Nieto visitaba la entidad. En contraste, el jefe del Ejecutivo federal salió bien librado de suelo morelense. El problema, nos comentan, es que una parte de la población de Morelos está enardecida con sus autoridades, y el primer círculo de don Graco no se quiere percatar de la situación”.

Terremotos y Fuerzas armadas
La ayuda en días recientes en las calles de la Ciudad de México se ha podido ver de gran manera, desde el momento en que ocurrieron los derrumbes hasta el día de hoy la sociedad civil no ha dejado de ayudar en todas las zonas en que se ha requerido, aunque también hay que reconocer la labor de las fuerzas armadas del país, que han colaborado de excelente manera, tanto militares, marinos, elementos de Protección Civil, Topos y perros rescatistas hay aportado su esfuerzo para poder salvar y recupera a muchas personas de entre los escombros, y hoy en el Excélsior, su director, el periodista Pascal Beltrán del Río, escribe que: “como ya he relatado aquí, participé como voluntario en cuadrillas de rescate luego de los terremotos de 1985. Aquella vez, como ahora, la sociedad civil salió a las calles para ayudar a los capitalinos en desgracia. La diferencia es que hace 32 años los ciudadanos de a pie actuamos sin coordinación por parte de la autoridad. Ésta tardó mucho en aparecer. Cuando finalmente lo hizo, fue para tratar de quitar la impresión de que había sido rebasada por la sociedad. […]. Esta vez las cosas han sido distintas. Hay personas que por motivación política o no sé por qué, quieren crear la impresión de que la autoridad no ha atendido la emergencia. Yo no lo veo así. Sin duda hubo algo de desorganización en las primeras horas de la tragedia, pero eso fue, sobre todo, por la gran cantidad de civiles que llegaron en apoyo de sus semejantes. Yo hablo de lo que atestigüé en 1985 y de lo que he visto en estos últimos días. A diferencia de entonces, esta vez la sociedad, las organizaciones de rescatistas […] y las fuerzas de seguridad […] convergieron en las calles y han actuado juntas. Es muy pernicioso el discurso que busca dividir. Todos merecen el reconocimiento de la sociedad por su participación en las labores de rescate: los jóvenes, que han salido en un gran número y, al hacerlo, han desmentido el cliché de que son seres hedonistas a quienes no les importan sus prójimos; a los rescatistas nacionales y extranjeros, y las Fuerzas Armadas, entre otros. […]. Como cualquier institución y grupo humano, las Fuerzas Armadas tienen elementos buenos y malos. Pero en estos días, nuestros soldados y marinos han demostrado no sólo amor a México, sino también una alta capacidad para ayudar. Más de cien personas han sido rescatadas de los escombros con la participación del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. Y así como fui testigo de que en 1985 los soldados nos quitaron a muchos de los sitios de derrumbe, en esta ocasión he podido ver […] a los militares trabajando hombro con hombro con los civiles, de forma eficaz y organizada. Por eso, al soldado que lloró en Jojutla cuando encontró los cuerpos de una madre y su hija; a los marinos que entrenaron a Frida y otros perros rescatistas, y a los pilotos que han volado peligrosas misiones para llevar víveres, así como al resto de los militares que se la juegan por México, yo les doy las gracias”.

Terremoto: su impacto en la política
Los partidos políticos en los últimos tiempos han estado bajo la mirada de la sociedad por temas diversos, entre los que destaca la corrupción y desatención a damnificados a causa de desastres naturales, y justamente después de los huracanes y temblores que han azotado al país en fechas recientes, los partidos han de tener sumo cuidado atender todas las exigencias de los ciudadanos, si no se quieren ver todavía más castigados en las próximas elecciones que se van a celebrar el siguiente año en el país, por lo que en El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: “el mapa político también se sacudió con el sismo, que pone en entredicho a muchos partidos en algunos de sus territorios más importantes y les enfrenta a retos cuyo resultado muy seguramente estará en la mente de los electores el próximo año: 1.— Para el Partido Revolucionario Institucional, es clave el manejo de la crisis nacional por el lado del gobierno federal, más las zonas de desastre de Oaxaca y el Estado de México. ¿Cómo lo evaluarán los ciudadanos? Desde el suministro de ayuda a los afectados hasta la administración de los fondos extraordinarios y la ejecución de los planes de reconstrucción. […]. ¿Podrán hacer algo que no quede salpicado con un escándalo de corrupción? Deberán ser especialmente cuidadosos porque el miedo se volvió tristeza, y ya va en frustración y enojo. 2.— Morena estará a prueba en una de sus grandes reservas de votos: la Ciudad de México. En particular, en la delegación Tlalpan, cuya titular, Claudia Sheinbaum será la compañera de fórmula de López Obrador en 2018. Pero también en Cuauhtémoc, Xochimilco y Tláhuac. En Tlalpan por el explosivo caso del Colegio Rébsamen y las denuncias de irregularidades en su construcción y operación. En Cuauhtémoc hubo muchos derrumbes, en los que también se revisarán permisos e inspecciones delegacionales. Xochimilco también está caliente por la poca ayuda: su delegado tuvo que salir corriendo ante los reclamos de vecinos. Y en Tláhuac, que traía abierto el escándalo de El Ojos, ahora también hay quejas por desatención a damnificados. 3.— Para el Partido de la Revolución Democrática, la capital y Morelos. La respuesta del gobierno de la Ciudad de México está siendo observada por los capitalinos, que saben exigir. Tendrá que aplicarse para volver a la normalidad, ir a fondo en investigaciones por los derrumbes y resolver la situación de miles de familias que se quedaron sin casa en zonas de clase media, que demandan un plan distinto a los tradicionales de ayuda en zonas rurales y populares. […]. 4.— El Partido Acción Nacional tiene el gobierno de Puebla, un estado muy golpeado por el sismo, y la delegación Benito Juárez, que fue la que registró más derrumbes de edificios nuevos, es decir, presumiblemente construidos bajo la larga sucesión de mandatos panistas. 5.— Y finalmente, el Partido Verde en Chiapas, uno de los estados más pobres y más dañados por el sismo. Compartirá responsabilidad y riesgos con el gobierno federal en la ayuda y el manejo del dinero para la reconstrucción. Como sea, el sismo obliga a todos a ajustar las estrategias que tenían para 2018. Y aunque el año electoral ya empezó, se van a tener que enfocar en gobernar bien. Suena obvio, pero suele estar en segundo plano”.

Salvar al estado
En el Reforma, el académico, columnista y politólogo, Sergio Aguayo, escribe que: “el portento llegó de improviso. Los partidos salieron de su mutismo cínico, reaccionaron al sentir ciudadano y prometieron regresar parte de sus prerrogativas para ayudar en la reconstrucción. Si cumplen, será un paso enorme hacia la regeneración de la vida pública. Se adueñaron de la vida pública en un proceso detectable en las reformas a la Constitución. En 1917 los partidos ni siquiera aparecían; en 1977 se les distingue como ‘entidades de interés público’ y el Estado (en realidad el Presidente) promete darles un ‘mínimo de elementos’ materiales; en 1996 el mínimo se quintuplica argumentando que así se les blindaría de la corrupción privada. […]. Codiciosos, reforman la Constitución en 2007 y con 27 palabras aseguran la bonanza. Las prerrogativas se calcularán ‘multiplicando el número total de ciudadanos inscritos en el padrón electoral por el sesenta y cinco por ciento del salario mínimo diario vigente para el Distrito Federal’. En otras palabras, sus ingresos siempre crecerán porque población, padrón y salario mínimo se incrementan cada año. […]. El modelo ha sido ominoso para la salud democrática. Además de las carretadas de dinero público, colectan dinero de empresarios interesados en hacer negocio y de criminales organizados que buscan tener cabezas de playa en las instituciones. Su militancia se ha empobrecido porque poquísimos dan cuotas voluntarias para el sostenimiento de las organizaciones; a un partido se ingresa para ganar bien y hacer negocios. […]. El año electoral inició en medio de los temblores. Es por tanto natural el clamor exigiendo que parte del dinero público entregado a los partidos se utilice en la atención de las víctimas y en la reconstrucción de los daños. […]. Es un camino inédito e incierto pero indispensable. Es urgente reconstruir la democracia redefiniendo la manera como funcionan los partidos en la arquitectura institucional. Será igualmente necesario analizar la manera como han estado funcionando el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral. El ejercicio será difícil porque implicará cambios en la manera como ‘hacen política’ […]. Vivimos una convergencia poco común entre sociedad y Estado en torno a prioridades que trascienden ideologías, clases sociales y coyunturas. Hay consenso a favor de reestructurar el presupuesto de los partidos y están dadas las condiciones para pedir castigo a los responsables de edificios mal construidos. En el fondo, se insinúa un acuerdo en torno a la necesidad de salvar a un Estado hasta ahora empeñado en su autodestrucción”.

El sismo que viene/II
En una segunda entrega de su columna, en Milenio, el periodista Carlos Puig, habla sobre la posibilidad latente de que vuelva a existir un temblor con características similares a alguno de los ocurridos el los días pasados en territorio mexicano, por lo que propone crear más programas de ahorro en México, para que cuando llegue algún momento de atravesar por momentos de tragedia, existan los recursos económicos para poder brindar ayuda a los que más lo necesiten. y escribe que: “va a volver a temblar. Eso es irremediable. Tal vez algún día la ciencia pueda predecir cuándo se moverá la Tierra, pero hoy es imposible. Sabemos también que somos la única zona sísmica en el mundo que se asienta sobre fango, sobre lo que fueron lagos, y que eso potencia el efecto y la duración de los sismos sobre edificaciones. […]. Del 85 surgió nuestro sistema de protección civil y con él, el Fonden, el Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales. Eso asciende a 6 mil millones de pesos más los Bonos de Catástrofe emitidos el mes pasado por 150 millones de dólares. […]. El Fonden sirve, pero también es cierto que hay que ver hasta dónde alcanza dada la magnitud del gasto entre huracanes, tormentas y sismos de este año. Por el inventario que hasta ahora conocemos de vivienda dañada en varios estados y Ciudad de México, el esfuerzo de reconstrucción será largo y muy costoso. […]. Cuando una zona se declara como de riesgo, tal y como lo es Ciudad de México, en especial la zona encima del lago, con los sismos, sus habitantes tienen acceso a este seguro muy barato para la reconstrucción o reparación. Todos aquellos que tienen hipoteca están obligados a pagarlo […] No solo eso, para estar en el programa federal se obliga a la zona declarada en riesgo, aplicar mejores protocolos de construcción y seguridad verificada también por la Federación. En Ciudad de México, el catastro, y por ende el pago del predial, ha avanzado mucho en los últimos años. […]. Hoy solo 8 por ciento de las casas del país están aseguradas contra sismo. Si tuvieran un seguro, los habitantes que hoy ven grietas en sus casas, muros dañados, estarían más tranquilos de su futuro económico. Y el dinero del Fonden se podría dedicar a los que más lo necesitan. Solo una idea para el sismo que viene”.

Comparecencia de Meade
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, encabezada por el panista Marko Cortés, estimó una duración de no menos de seis horas para la comparecencia que el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, sostendrá el próximo 5 de octubre ante el pleno. Se prevé que los cuestionamientos estén centrados en la necesidad de integrar el multicitado fondo de reconstrucción para atender las afectaciones por los sismos, lo cual introduce una presión adicional en el de por sí complejo entorno financiero internacional”.

 

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video