"México se enorgullece de los jóvenes que participaron y triunfaron en el Campeonato Internacional de Cálculo Aritmético Mental. Su logro demuestra que el talento mexicano no tiene límite de edad", escribió Peña Nieto en Twitter.
"Significa mucho para nosotros la felicitación de Peña Nieto, pero me gustaría que este tipo de programa sea cada vez más accesible a otros niveles educativos. Aloha tiene un potencial increíble, ves cómo puede transformar un niño para hacer operaciones tan rápidas", respondió uno de los padres.
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Por Martí Quintana
México, 27 de julio (EFE).- Setenta operaciones aritméticas resueltas en cinco minutos, un ábaco y una sorprendente rapidez mental llevaron a cinco niños mexicanos a ganar a mediados de julio un concurso internacional de matemáticas en Malasia.
"9 menos 5 menos 3, y 1. ¡Ya!", pregunta Susana, una de las maestras de las escuela Aloha Mental Arithmetic de Toluca, capital del Estado de México.
"¡2!", gritan Leonardo Torres y Alejandro Flores al unísono, dos de los chiquillos ganadores en este torneo organizado por Aloha con más de 500 niños de los 37 países donde tiene presencia, ganándose el halago hasta del mismísimo presidente mexicano.
"México se enorgullece de los jóvenes que participaron y triunfaron en el Campeonato Internacional de Cálculo Aritmético Mental. Su logro demuestra que el talento mexicano no tiene límite de edad", celebró Enrique Peña Nieto por Twitter.
México se enorgullece de los jóvenes mexicanos que participaron y triunfaron en el Campeonato Internacional de Cálculo Aritmético Mental.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) 18 de julio de 2017
"Estamos muy orgullosos. Le digo gracias al Presidente. Gracias por apoyarme", dice a Efe Leo, de cinco años, desde un pupitre y al lado de su compañero Alex, de seis.
Llevan ocho minutos sentados y parece que la silla les quema. Se ríen, muestran la copa y las medallas orgullosos, corretean por el aula en cuanto pueden, prestan atención cuando quieren y dan respuestas cortas, sinceras y contundentes. Lo propio de la edad.
"Perdí el ábaco en Malasia", reconoce Alex, que obtuvo el premio Champion en este torneo internacional.
Pero la hiperactividad cambia cuando se les pone delante un ábaco Soroban, típico del Japón, y la maestra les lanza al voleo una serie de operaciones matemáticas, que calculan con y sin el instrumento, a una velocidad pasmosa.
"Enseñamos a los niños a utilizar el ábaco para realizar este tipo de operaciones, y con práctica y constancia logran visualizarlos y empiezan a hacer las operaciones de manera mental", señaló a Efe Bibiana Bojalil, directora de Expansión de Aloha México.
Con Alejandro y Leonardo viajaron Gustavo García, de Tamaulipas, Sergio Chapa, de Chihuahua, y Gabriel Chavelas, de Toluca, que se hicieron con premios Grand Champion, los más importantes.
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Los cinco ganaron premios en niveles básicos. Por la edad, las operaciones matemáticas fueron siempre sumas y restas con unidades, pero con este programa pronto se aprende a calcular decenas, centenas, y a hacer desde multiplicaciones a raíces cuadradas.
"Se desarrollan habilidades como la concentración, la memoria, la atención, la visualización, la imaginación y la creatividad", explica Bojalil, quien destaca que con el ábaco se potencian los dos hemisferios del cerebro y se logra que los niños vean las matemáticas "como un juego".
"Me gusta hacer cálculos mentales", afirma Leonardo, cuya cabeza sobresale palmo y medio de la mesa, y aconseja "practica" para todos aquellos niños y no tan niños que siguen teniendo problemas con los números.
Él, sin ir más lejos, estudia un par de horas presenciales en la academia Aloha, y luego en casa repasa entre cinco y diez minutos diarios.
Alex y Leonardo, que para llegar a Kuala Lumpur debieron clasificarse en un concurso estatal y otro nacional, ya sueñan en futuros campeonatos.
Aunque hasta dentro de unos meses no se conocerá la próxima sede, sueña en grande. Barajan posibilidades entre Japón e Italia, y prefieren el segundo porque es "muy bonito".
"Significa mucho para nosotros la felicitación de Peña Nieto, pero me gustaría que este tipo de programa sea cada vez más accesible a otros niveles educativos. Aloha tiene un potencial increíble, ves cómo puede transformar un niño para hacer operaciones tan rápidas", cuenta César Flores, padre de Alejandro.
Les espera un día de entrevistas, y los nervios y las ganas de jugar les pueden. Es el precio de la fama, aunque pronto volverá todo a la normalidad y Alex y Leo ya planean su futuro.
El primero quiere ser piloto de aviones, y el segundo, piloto de carreras. Las matemáticas les serán imprescindibles.