El desarrollo de las conexiones neuronales se da durante los primeros años de vida, por ello, es fundamental que la interacción de bebés y niños con adultos sea adecuada, para que los procesos sinápticos, y además la salud emocional e incluso física, sean de mayor calidad.
Ciudad de México, 27 de mayo (LaOpinión/SinEmbargo).-La interacción y respuesta de los padres y otros adultos a los bebés y niños pequeños es fundamental en el desarrollo temprano de las conexiones neuronales del cerebro de los menores.
Desde los pequeños balbuceos y gesticulaciones, a los juegos que a muchos pueden parecerles infantiles o insignificantes, estas tempranas interacciones del bebé con sus padres y otros adultos ayudan construir y fortalecer las sinapsis o conexiones entre neuronas.
Según información del Center on the Developing Child de la Universidad de Harvard, cuando las respuestas de los adultos no son confiables, apropiadas, o simplemente no existe ningún tipo de estímulo hacia el niño, el desarrollo de la arquitectura cerebral puede interrumpirse. Al no recibir estimulación positiva, la salud mental, emocional e incluso física de un niño puede dañarse, y la respuesta física al estrés se activa, inundando al cerebro con hormonas de estrés potencialmente dañinas.
ESTRÉS TÓXICO
Los niños que crecen en situaciones de pobreza, o son víctimas de abuso reiterado desarrollan estrés que puede ser tóxico para sus cerebros. El estrés crónico es la activación ininterrumpida del sistema de respuesta a percibidas situaciones de peligro.
Dicho estrés tóxico daña la arquitectura cerebral en desarrollo, y puede resultar en problemas de conducta, aprendizaje y de salud mental en los niños, por el resto de sus vidas.
RECURSOS
La diferencia entre el vocabulario de un niño cuyos padres le hablan, le leen y lo motivan intelectualmente desde que es un bebé, y de un niño cuyas acciones son ignoradas y quien no recibe el mismo tipo de estímulo intelectual pueden notarse ya desde los 18 y 24 meses de edad. Estas diferencias en el vocabulario duran el resto de la vida del individuo.
Compartimos algunas ideas para motivar el desarrollo cognitivo de los más pequeños:
Cada oportunidad, por más pequeña que parezca, cuenta. Si ves que algo llama la atención del niño, motívalo a explorarlo juntos.
Ofréceles consuelo y confort cuando lo necesitan, reconociendo y validando sus sentimientos, ya sea con abrazos o palabras suaves. Si una situación estresa al pequeño, demuéstrale que te preocupan sus sentimientos y que lo comprendes. No menosprecies o desestimes sus miedos y preocupaciones.
Vocabulario. Reconoce y promueve la curiosidad y los intereses del niño. Las conexiones del lenguaje en el cerebro son fundamentales para el desarrollo mental. Promueve y valora sus intereses, incluso cuando no los compartas. Leéles desde temprana edad. Y recuerda que la mejor manera de promover la lectura, es a través del ejemplo.
Incluso cuando tu bebé no puede hablar, nómbrale cada objeto, persona o actividad. Habla con tus hijos desde un principio. Por ejemplo, si el niño señala un juguete, alimento o una parte de su cuerpo, enséñale como se llama. “Estas son tus manitas”, “¿Quieres tomar agua o jugo?”, etc.