Un despido tenebroso, un “cobro de factura”: la salida de Carlos Albert de la cadena ESPN

27/05/2012 - 12:00 am

Tras el despido de Carlos Albert de la cadena estadunidense ESPN hay un mar de fondo. Aunque se manejó que la empresa lo cesó por enviar un mensaje de Twitter contrario a sus intereses comerciales, en realidad, afirma el comentarista, se trató de un “cobro de factura” por parte del Consejo de Dueños que durante su última reunión organizó un boicot contra medios y periodistas que les resultan incómodos, pues señalan las conductas abusivas y atrabiliarias en que incurren como dueños y señores del futbol en México.

Por Raúl Ochoa

Carlos Albert Llorente es un comentarista de futbol con un estilo ácido, duro, mordaz, aderezado con adjetivos y capaz de producir la ira de quienes son objeto de sus críticas.

Desde su etapa de jugador en los sesenta ha vivido a contracorriente. En 1970, su intento de formar un sindicato de futbolistas terminó con su expulsión del futbol profesional.

Incursionó en el periodismo deportivo y en 1995 recibió su primer golpe al ser despedido de TV Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, quien para entonces buscaba hacerse de un espacio en el balompié local.

En 2000 llegó a la dirección del Instituto del Deporte del Distrito Federal. En enero de 2001 fue destituido e inhabilitado por 10 años para ocupar un cargo público por la Dirección de Responsabilidades y Sanciones. El castigo se debió a que se detectaron irregularidades en trabajos de remodelación de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, así como en la organización del XVI Maratón de la Ciudad de México. El exfuncionario promovió un juicio de nulidad que ganó en diciembre de 2003 con lo que se anuló su deshabilitación.

Con su imagen dañada se incorporó al proyecto original de Canal 40; sin embargo, el conflicto entre esta televisora y TV Azteca derivó en una huelga que lo dejó nuevamente sin trabajo.

El jueves 17, Albert hizo público su despido de la cadena ESPN, poderosa empresa de la industria del entretenimiento mundial subsidiaria de The Walt Disney Company, con sede en Bristol, Connecticut.

El comentarista fue acusado por ESPN de promover mediante su cuenta de Twitter un boicot contra el juego de la liguilla del torneo Clausura 2012 entre el Morelia –propiedad de TV Azteca– y Tigres de la Universidad de Nuevo León. Albert sugirió a sus seguidores de la red que en vez de ver ese partido atendieran el debate entre los candidatos a la Presidencia.

Se produjo tal polémica que incluso el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, escribió en la red social en un tono desafiante: “Si quieren debate véanlo por Televisa; si no, vean el futbol por Azteca. Yo les paso los raiting al día siguiente”.

“Carlos, tus twitts pidiendo audiencia para el debate y que no vieran el futbol han enfurecido a mucha gente dentro y fuera de la empresa. Por lo pronto te pido que no te presentes a trabajar el próximo domingo, a reserva de que nos comuniquemos contigo el lunes”. Fue clarísimo el mensaje del “jefe de mi jefe”, reveló Albert en un texto publicado el jueves 17 en el periódico La Afición con el título “Mi salida de ESPN”.

La orden, afirma Albert, fue promovida directamente por el área de comercialización de la cadena estadunidense. Asegura que el caso fue turnado a la matriz de la empresa y ahí se tomó la decisión de manera unilateral.

En entrevista con Proceso, el comentarista sostiene que su cese coincide con la llegada del futbol profesional nacional a las pantallas de ESPN, pues hace un año esta compañía le compró a TV Azteca los derechos de transmisión de los equipos Santos y Cruz Azul.

De acuerdo con las políticas de esta cadena, Albert, como la mayoría de los comentaristas y trabajadores, firman contratos anuales sin goce de prestaciones. El convenio laboral entre el comentarista y la televisora rige hasta finales de septiembre próximo. Aunque ESPN le respetó el acuerdo con la totalidad del pago, lo forzó a firmar un contrato de confidencialidad que contiene una cláusula que le impide emplearse en cualquier televisora para desempeñar una actividad como la que realizaba, hasta el vencimiento de la fecha. Albert trabajó durante cinco años para la cadena estadunidense.

 

Presagios

Desde hace tres meses, el comentarista escribió en su columna de La Afición que en la reunión del Consejo de Dueños, los presidentes y propietarios de los equipos de la Primera División “consensuaron un boicot y un veto para ciertos medios de comunicación y varios periodistas del medio, concretamente al periódico Récord, Cancha –suplemento del diario Reforma–, a José Ramón Fernández, Héctor Huerta, John Sutcliffe, Carlos Albert, etcétera.

“Increíble, pero cierto. En lugar de dedicarse a mejorar sus porquerías y buscar la forma de salvar al futbol mexicano, que agoniza por sus malos manejos y arbitrariedades, unieron sus caminos para buscar la forma de callarnos ‘a como diera lugar’, utilizando todos sus recursos e influencias. Y de entrada nos quieren bautizar como los enemigos del futbol mexicano”.

El pasado 18 de febrero, la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) y los 18 equipos de la Primera División anunciaron el veto al diario Récord que abarcaría sus juegos y todas las actividades de los clubes, incluyendo los de las selecciones nacionales. Esta acción se dio en respuesta a una petición del club Chivas del Guadalajara. Una semana antes el equipo propiedad del empresario Jorge Vergara había vetado a ese periódico al considerarlo responsable de “publicaciones tendenciosas”.

Albert se dice víctima de este acuerdo al que considera como un addendum al “pacto de caballeros”. Incluso revela nombres y apellidos de los directivos que habrían planeado desde la Femexfut su salida de la cadena ESPN: “Víctor Mahbub, entonces presidente del patronato de los Pumas de la Universidad; Ricardo Henaine, propietario del Puebla; Alejandro Irarragorri, presidente del Santos, y Gustavo Guzmán, de TV Azteca”.

Y agrega: “Hay cosas que causan mucha extrañeza. Por ejemplo, cuando te enteras de que uno de los que con mayor insistencia pedían la cabeza de José Ramón Fernández y la mía era Víctor Mahbub, representante de la Universidad Nacional Autónoma de México. Lo entiendes de algunas personas, pero es inusitado que el representante de la UNAM acuda a una reunión privada para pedir que corran a periodistas deportivos.

“A final de cuentas me quitaron un trabajo, pero hay muchos periodistas a quienes les han quitado la vida. Me pregunto en dónde queda la libertad de expresión si a un periodista lo despiden porque en su cuenta de twitter sugiere que vean el debate en vez del futbol. Hay gente que opina de asuntos trascendentes, que pisa callos de los poderosos y al ver esto no puedo convertirme en un conformista, en un cómplice”.

Según Albert, todo se originó en la reunión del Consejo de Dueños:

“Relaciono las cosas porque ya nos habían informado que en esa junta de presidentes, cuando revisaban el proyecto de la nueva liga, pusieron sobre la mesa varios nombres, entre ellos el mío. Y apenas tres meses después, por la cuestión de un twitt, vino una reacción que para mi gusto fue desproporcionada”.

Aclara: “Tampoco fui el único de ESPN que subió al Twitter el tema en el mismo tenor –José Ramón Fernández entre ellos–, ni el único periodista de México que habló del asunto. Fue cuando empecé a atar cabos, a investigar y llegué a la conclusión de que era imposible pensar que me despidieron por haber escrito ese mensaje. Tiene que haber algo atrás, y lo de atrás es esa reunión de dueños en la que se mencionó mi nombre.

“Me siento víctima de la presión que la Femexfut y los dueños de los equipos ejercieron sobre los medios de comunicación para evitar cualquier crítica. En la federación no están acostumbrados a ésta, y si ya me habían puesto precio todo sucedió por eso. Se salieron con la suya. Así operan porque lo primero que hicieron fue el boicot a Récord. Ese es el verdadero problema, que sabemos con nombre y apellidos quiénes son las personas y las empresas que presionan a los medios de comunicación para coartar la libertad de expresión”.

Y manda un mensaje a sus ahora excompañeros de ESPN:

“Que sepan que estoy triste y muy preocupado por ellos, porque sé que hay otros en la lista. Que periodistas de otros medios y de otros giros paren oreja”.

 

Advertencias

El la entrevista con este semanario, Albert dice que no le han faltado propuestas de trabajo, pero aclara que no puede aceptarlas hasta en tanto no concluya formalmente su contrato con ESPN y eso será hasta finales de septiembre. Recuerda que a finales del año pasado o comienzos de este hubo una reunión con directivos de esta empresa procedentes de Estados Unidos, quienes advirtieron a los comentaristas que tuvieran cuidado  con el uso de las redes sociales.

“Fue una junta y todos opinamos sobre las directrices de la empresa; tampoco es un secreto. Lo comento en aras de darle a la empresa su parte de verdad. Nos dijeron que el Twitter de los comentaristas de ESPN se podría relacionar siempre con la empresa, que es la que nos da la imagen, y consideraban que debíamos ser muy cuidadosos en su uso”.

No obstante, asegura que “estaban buscando un pretexto, un motivo. Mi Twitter es personal, no dice ESPN, y así se los hice notar”.

–Si hace tres meses advirtió sobre la lista de posibles víctimas de la federación, ¿qué sucedió en realidad? ¿Hubo un descuido, alguna desatención de su parte, aunado al tema del Twitter? –se le pregunta.

–No lo considero un descuido porque jamás pensé que ese comentario pudiera molestar a nadie. ¿Qué es un pequeñito twitt pidiéndole a la gente que viera el debate? TV Azteca tiene un millón de problemas más serios que resolver como para ocuparse de un tema en la red social. Finalmente nos enteramos de que la transmisión de futbol perdió, pero qué mella le iba a causar un twitt. Es como si le hubiera sacado la lengua a un compañero y de pronto me cae la guillotina”.

Incluso afirma que si le hubieran advertido que no escribiera ese twitt lo hubiera hecho. “Me parece tan salvaje la respuesta, tan desproporcionada, que me indigna, me da tristeza y sentimiento. Por un lado tengo sentimiento y cariño a la empresa, pero cuando te corren por eso no lo puedes entender”.

–¿Contempla la posibilidad de demandar?

–No. Mi relación con la empresa la rompieron sus directivos de forma unilateral, pero me cumplieron mi contrato. Es cierto que hay un agravio a mi imagen, pero me siento entero para seguir trabajando y no me quiero ir al extremo de una demanda, porque al final del camino lo que voy a ganar serían dos pesos más de lo que me dieron. No deseo parecer ardido ni molesto. Quiero manejar este asunto con clase, con la verdad hacia la gente que merece saber por qué dejé la empresa. Esta es mi versión; obviamente la compañía tiene todo el derecho del mundo de difundir la suya.

–¿Se convirtió en un comentarista incómodo para TV Azteca?

–Por supuesto. Me corrieron de TV Azteca como condición de la federación para que la televisora comprara un equipo de futbol. La segunda vez que perdí el trabajo fue cuando se pelearon TV Azteca y Canal 40, lo cual desembocó en una huelga de trabajadores. Me quedé sin empleo y sin pago durante año y medio. Y ahora este despido. Mi interpretación es que salí por eso. Me dijeron: “Carlos, te vas del canal porque tocaste intereses de socios comerciales al haber puesto en tu cuenta de Twitter que se boicoteara el futbol”. Lastimé un interés comercial, pero no se vale que corran a un periodista porque alguien se queja por motivos que no tienen nada qué ver con aspectos de índole editorial.

–¿Qué piensa de Ricardo Salinas Pliego?

–Es una persona cuya misión en la vida es hacer dinero y para ello no se toca el corazón, pase lo que pase. Y si para eso necesita pisar, recontrapisar y ridiculizar, él va adelante. Gasta millones y millones de dólares en juicios. Lo suyo son las demandas y contrademandas. Él sabe a qué abogados contratar y tiene una gran facilidad para rodearse de demandas a favor y en contra.

–¿José Ramón Fernández, quien también se expresó en Twitter sobre el debate de los candidatos presidencias, pudo quedar desempleado?

–Es una de las situaciones que me genera dudas, porque si fuimos varios los comentaristas que utilizamos Twitter y que expresamos que no se viera el futbol, sino el debate, ¿por qué nada más me corrieron a mí? Me acuerdo que lo dijo José Ramón, y no sólo en la red social, sino en entrevistas que le hicieron.

Joserra lanzó este mensaje en las redes sociales el martes 1: “Como dice Jorge Valdano: ‘el futbol es lo más importante de lo menos importante’… votemos pues por la democracia y veamos el debate”.

Un video que circula en las redes sociales muestra a Albert en una ríspida discusión con el exfutbolista Daniel Brailovski –aquél que huyó del país tras el terremoto de 1985– en pleno programa al aire de ESPN Radio Fórmula. Las palabras subieron de tono. Albert le reclama a su compañero el aparente desinterés mostrado: “aunque bosteces, Daniel. Me parece que es una falta de educación que si te estoy hablando bosteces.”

De acuerdo con fuentes de ESPN consultadas este incidente –que ocurrió el martes 20 de febrero de 2009– derivó en la primera amonestación de la empresa para los involucrados.

Este semanario solicitó a la cadena estadunidense que definiera su postura y el pasado miércoles 23 Cristina Martínez, encargada de relaciones públicas en México se comunicó con el reportero. Negó que su empresa se sometiera a exigencias de TV Azteca y precisó:

“Todas son especulaciones, dimes y diretes. Simplemente ambos decidieron tomar caminos separados, proyectos distintos, y por eso lado no queremos ahondar más allá, porque no hay más. Esa es nuestra postura respecto al tema. Estamos muy contentos de haber trabajado con él, que es un gran periodista y mientras trabajó con nosotros se desempeñó de forma excepcional. No hay más trasfondo. La situación fue tal cual: caminos distintos, proyectos distintos. Y es una relación que llegó a su fin, simplemente”.

–Apro

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