Mireya y Víctor se casaron en diciembre del 2015. Pero el pasado 25 de febrero, él la asesinó en el municipio de Acatlán de Osorio, Puebla. Las primeras versiones apuntan a que el hombre la habría asesinado para robarle a su hijo o por celos.
El presunto responsable se encuentra prófugo y sólo se tiene una fotografía publicada en diferentes medios locales y redes sociales.
Antes de escapar, el hombre abandonó a su hijo con sus padres y cuando en redes sociales se viralizó la búsqueda del menor la familia prefiero entregarlo y cooperar con la investigación.
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Por Magarely Hernández
Ciudad de México, 27 de febrero, (SinEmbargo).- Víctor Escamilla se volvió alcohólico meses antes de asesinar a su esposa, Mireya Sarabia, la madrugada del pasado 25 de febrero en el municipio de Acatlán de Osorio; los amigos de la víctima negaron que el problema fuera por celos o por pelear la custodia de su hijo de dos años, pues “aparentemente todo estaba bien” entre la pareja.
Mireya Sarabia es la víctima del feminicidio número 20 ocurrido en Puebla en lo que va del año, y aunque las primeras versiones apuntan a que Víctor la asesinó para robarle a su hijo —que está a punto de cumplir dos años— o por celos, familiares y amigos de la víctima negaron que sea así, pues ambos vivían juntos.
Víctor Escamilla hasta el momento continúa prófugo; de él no se tiene más información que su fotografía publicada en diferentes medios locales y redes sociales. En su perfil de Facebook, él mismo se autodefinía como “un hijo de la chingada”, como señalaba su descripción.
Mireya y Víctor se casaron en diciembre del 2015 y de acuerdo a Angélica Méndez, una amiga cercana de “Mirey”, como era llamada la víctima, jamás supo que tuvieran planes de divorciarse.
“Ella decía que todo iba bien, o aparentemente. Que yo supiera, nunca tuvieron planes de divorciarse. No fue por nada de eso que dicen del niño, que se lo quiso robar. El niño estaba con ellos cuando pasó lo que pasó y entonces al verla muerte, se fue con el niño, lo dejó encargado y él e escapó”, relató Angélica en entrevista a PÁGINA NEGRA.
Angélica describió a “su mejor amiga”, como una mujer noble, amorosa, muy apegada a su hogar y a su familia:
“A mí siempre me trató con amor, era muy responsable y trabajadora, no se vale lo que le hicieron”, dijo.
Para Mireya, lo más importante era su hijo Damián, un pequeño que está a punto de cumplir dos años, y que tras lo ocurrido fue encontrado por la Fiscalía General del Estado (FGE) en casa de la familia de Víctor.
Antes de escapar, el hombre abandonó a su hijo con sus padres y cuando en redes sociales se viralizó la búsqueda del menor la familia prefiero entregarlo y cooperar con la investigación.
De acuerdo a las versiones de amigos cercanos a la familia de la joven mujer, existe confusión y dolor por su feminicidio. Aún desconocen lo sucedido en la casa marcada con el número 6 de la calle Joaquín Osorio en Acatlán. Los familiares de “Mirey” también insisten que Víctor abusaba ya del alcohol.
“Sabemos que él tenía problemas con el alcohol pero ella nunca nos decía lo que pasaba, decía que todo estaba bien, lo cierto es que solo Dios y ellos saben qué fue lo que pasó realmente”, dijo Angélica.
Aunque hasta el momento las autoridades no han confirmado si Víctor se encontraba bajo los influjos del alcohol y cuál fue la causa de la muerte de Mireya, sus familiares y amigos desmintieron que el asesinato fuera porque Víctor le quiso robar el bebé ni tampoco aceptaron la versión de que fuera un tema de celos, pues aseguran que Mirey “era una persona intachable”.
“Estamos muy enojados y llenos de impotencia, no se vale lo que le hicieron, no puedo creer lo que pasó”, finalizó Angélica.
Al respecto, en entrevista el fiscal de Puebla, Víctor Carrancá Bourget confirmó que Damián fue recuperado ileso y que se están integrando todos los elementos para investigar el asesinato como feminicidio.