Economía

En la tarde del último día de una semana atroz, Slim inyecta aire y desmonta a “Trump, el monstruo"

27/01/2017 - 8:30 pm

La noche del jueves inició la expectativa: el empresario Carlos Slim Helú daría una conferencia de prensa. La convocatoria fue por sí un hecho noticioso: es, que se sepa, el único mexicano que se ha visto cara a cara con Donald Trump desde el fatídico 8 de noviembre, cuando ganó la elección. Ese mismo jueves, en la noche –según lo dijo horas después–, Slim escribió algunas reflexiones sobre la situación actual de México, sus amenazas y su destino frente a “un complejo problema de negociación”.

Así llegó al evento: con ojos rojos por haber dormido hasta tarde, según confesó; con la hoja de papel escrita por ambos lados. Y con un libro: Great Again: How to Fix Our Crippled America, escrito por Trump en noviembre de 2015. El libro estaba marcado por separadores. El ingeniero, como le llaman, había hecho su tarea.

Slim rió y bromeó durante dos horas en la conferencia de prensa a la que convocó con pocas horas de anticipación. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).- Este fue el viernes de una semana que muchos querrán dejar en el olvido y que es histórica por el número de embates que México sufrió en tan poco tiempo por parte de otro país: el Estados Unidos de Donald Trump.

En ese contexto, el empresario Carlos Slim Helú –el único mexicano que ha visto a Trump cara a cara, hasta donde se sabe, desde que ganó– convocó con pocas horas de anticipación a una conferencia de prensa. A pesar de la premura, más de 100 medios nacionales e internacionales formaron una larga fila afuera de las oficinas del Grupo Financiero Inbursa. “Esto ya ni en Presidencia”, comentaron en la fila los que habían sido convocados por una vía poco usual pero muy de los tiempos: WhatsApp. El jueves por la noche, muy noche, cuando Slim escribía, algunos especulaban: ¿Para qué el llamado? ¿Se destapa a la Presidencia o es un posicionamiento frente a Trump?

En realidad, no fue ni una cosa ni otra. Slim mismo rechazó cualquier aspiración política (“hago más como empresario que como político) e incluso ponerse serio como para hacer un “posicionamiento”: ni consejos para Trump, ni consejos para Enrique Peña Nieto.

Slim Helú llegó puntual, acompañado de su hijo Carlos Slim Domit y su yerno Arturo Elías Ayub. Sonrió y saludó a quienes estaban sentados en los asientos reservados. Iba con un folder amarillo en el brazo. Luego de sentarse, acomodó en la mesa un libro y una hoja de papel con letras escritas a mano. Ahí estaban sus apuntes y el libro era uno de autoría de Donald Trump, publicado en noviembre de 2015 y titulado Great Again: How to Fix Our Crippled America.

Su mensaje duró una hora y desde el inicio dejó claro que todo lo hecho por Trump hasta ahora y lo que planeaba hacer en el futuro, no guardaba sorpresa alguna porque todo estaba escrito en ese libro. Y sólo bastaba leer.

Aunque no tienen la misma estatura pero ambos son empresarios, Slim reconoció desde esa posición que Trump no es el monstruo, sino un gran negociador. Que no es “Terminator, sino Negotiator”.

Y luego citó al Presidente de Estados Unidos, no de ese libro que traía en sus manos sino de otro, escrito en 1987: “El arte de negociar”.

“Me gusta provocar a mis adversarios para ver cómo reaccionan; si son débiles los aplasto y sin fuertes, negocio”.

Eso escribió Trump hace tres décadas. Parece explicar algunas de las cosas que pasan hoy en la relación México-Estados Unidos.

Durante los 70 minutos que habló sin interrupciones desnudó al personaje que hoy protagoniza pesadillas y desemboca catástrofes.

“El Presidente Trump en su libro, insisto no le estoy haciendo propaganda, pero dice todo. Todo lo importante y no hay sorpresas, no hay secretos […]. Trump es un gran negociador y ahí están sus libros que explican cómo negocia, cómo actúa. Tiene otro libro que dice cómo lo puede hacer. Hay que tener conocimiento detallado de ello para que no nos sorprendamos.No nos espantemos ni pensemos que las cosas van a ser necesariamente para mal”, dijo.

Pero Slim, un empresario metido en el futuro –las telecomunicaciones–, hizo énfasis una y otra vez en que Trump es un hombre, más bien, anticuado.

Uno que quiere regresar a las glorias industriales de un Estados Unidos que pertenece a la primera mitad del siglo XX; uno que quiere rescatar fábricas viejas y oxidadas, pero a las que debe modernizar para que, quizás, ya no lleguen los obreros, sino las máquinas.

En algún momento matizó que comprendía, “por la edad”, a ese Trump anticuado y su deseo por regresar a ese glorioso pasado.

“Ese regreso al pasado, que ha iniciado este gobierno de una manera acelerada y hasta precipitada, está enfrentando las crisis de cambio civilizatorio hacia atrás, pero tendrá que darse cuenta […]. Es claro que en donde más empleos dará es en servicios y lo que tendrá que hacer es una reconversión urbana de esas fábricas viejas que tanto le preocupan de la antigua zona industrial, porque aunque no quiera tendrán que estar robotizadas esas para que puedan seguir operando, ya que la mano de obra que tendrá será menor y encarecerá las cosas”, señaló.

TRUMP ES RETROCESO

Slim es un gran negociador, pero sus políticas son de retroceso, aseguró el empresario. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

El ingeniero Slim se dijo contento por ver la unión de México ante Trump para “apoyar la decisión del Presidente y las decisiones que tome respecto a la relación con Estados Unidos”. Y comparó esa unidad con lo visto en 1985 luego del temblor en la Ciudad de México, pero ahora, con más interés ante el desafío.

“A México en la desunión luego de la Independencia, se tuvieron las peores consecuencias: hubo nueve constituciones, seis guerras y cuatro perdidas de territorio. No cabe duda que unidos somos mas fuertes y en estas negociaciones da la impresión que hay más de nuestro lado. Tenemos que adoptar una posición de fuerza, sin enojos pero sin entregarnos. Es una negociación ardua, difícil, pero afortunadamente sabemos cuáles son sus intenciones”, comentó.

Fue cuando presumió su lectura de los últimos días en las que se podían ver varias post it rojas: Great Again: How to Fix Our Crippled America de Trump, libro en el que dice todo su programa como precandidato, candidato, presidente electo y presidente, sus argumentos y los cambios que quiere hacer.

Luego resumió el problema en un “complejo problema de negociación” y llamó a no atenerse a la coyuntura de un personaje que ha dicho que no tiene tiempo para ser políticamente cuidadoso.

Retomó las líneas escritas por él, en las que explica que es claro que las sociedades en el mundo han cambiado y que ahora se está ante una nueva sociedad que cambió de manera abrupta en los últimos 25 años. Ahí reconoció en Trump a un hombre inteligente pero que está buscando regresar a la época industrial gloriosa, pero que funcionó antes y no lo hará más actualmente.

Slim explicó que está la tendencia a conservar esos nuevos paradigmas y de no hacer los cambios, que Trump sí es un gran cambio en la forma de hacer política y gobernar y en hacer ajustes, pero que en la nueva sociedad de servicios, en los que la tecnología ha cambiado de manera exponencial.

Mencionó que hay países que sí se han involucrado con tino, como Singapur y Corea, que dieron gran impulso a la educación, a las telecomunicaciones, es el líder en muchas ramas y también está China, que se ha movido de una sociedad agrícola y rural, a una sociedad industrial y tecnológica y cada año saca a 20 o 30 millones de personas de la pobreza.

“Aquí, Trump realiza cambios que sorprenden […] y tiene claro que hay que transformar a Estados Unidos y algunos de sus proyectos sí van acorde a la nueva civilización, como sus programas de regulación, de inversión en infraestructura, de inversión con capital privado, el énfasis en la educación moderna, etcétera, pero entre sus transformaciones tiene un regreso al pasado, quizás, utopías regresivas. Un regreso al pasado, a la exitosa sociedad industrial del estado americano. El regreso a la industrialización, a la manufactura, de una manera general, sin que sea de manera selectiva, racional. Esperemos que se de cuenta que no es por ahí, porque está claro que si se van a producir todos los bienes manufacturados en Estados Unidos y se van a dar unos cuantos miles de empleos, pero el costo lo van a pagar 325 millones de consumidores americanos”, aseguró.

En el caso de los aranceles, explicó que México no los pagaría, sino los importadores y los consumidores. Agregó que Trump debe seleccionar los productos y servicios específicos que se lleve de México, que deben ser estratégicos, tecnológicos o de alto valor agregado, porque pensar en regresar al pasado glorioso de la industria americana que fue lo que la llevó a ser líder en el mundo en el Siglo XX, ya no funciona.

PERO NECESITA DE NOSOTROS

Slim enlistó algunos de los planes de Trump, como la reducción de impuestos, la inversión en infraestructura y crecimiento anual de 4 por ciento. A todo eso, aseguró, van a necesitar mexicanos. “Y eso no es para estar tranquilos, pero nos hace ver que las circunstancias son favorables”, agregó.

Pidió que se atienda a quienes no tengan papeles legales y que los que ya están trabajando puedan tener un estatus de doble nacionalidad, para que Trump pueda cumplir sus promesas.

“Lo que hacen los mexicanos es una gran labor. El emigrante es lo mejor. Se nos va lo mejor porque es gente que no tiene miedo de pasar todos los peligros que significa irse allá, solos. Que no tiene miedo al trabajo, que tiene una gran hambre de progreso y una gran energía, que por cierto es lo que mantiene fresco e innovador y con tanta vitalidad a Estados Unidos. Históricamente”, dijo al respecto.

También hizo un llamado a que Trump trabaje en reconocer la pluralidad, la diversidad, la libertad, los derechos humanos, la globalización, la productividad, el medio ambiente y la competencia.

“El que cierre la economía es un alto riesgo para Estados Unidos, porque le encarecerá los productos a los consumidores norteamericanos y va a frenar el desarrollo de las empresas y en unos pocos años tendrá problemas. Ojalá que dentro de esta hiperactividad, el Presidente Trump encuentre que estos paradigmas son importantes y no puede dejar de pensar en la pluralidad y en los derechos humanos […] Hay que actuar y la nueva política de Estados Unidos nos puede dar un cambio importante”.

Sobre la construcción del muro, sostuvo que la mejor barda son las inversiones, la actividad económica y oportunidades de empleo en México, ya que la gente se va porque no tiene oportunidades, no a turistear.

“Casi casi la barda la tendrán que hacer mexicanos. ¿Quién más lo va a hacer bien?”, dijo.

Slim recogió su libro y sus apuntes a mano y dejó en el lugar a los reporteros que, como era de esperar, tenían todavía muchas preguntas que hacerle a un hombre que ha sido trending topic dos veces al menos en este año, pero que no tiene cuenta de Twitter.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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