Las votaciones del próximo 7 de junio en la capital del país, donde se elegirán los 16 jefes delegaciones y la totalidad de los diputados locales, serán la prueba de fuego para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), agrupación que tiene en la Ciudad de México a su principal bastión, y donde cuenta con la mayoría de escaños en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y en sus demarcaciones políticas. Aunque en los comicios de este año no está en juego la Jefatura de Gobierno, lo que ocurra dará un atisbo de cómo se apuntalan los grupos políticos hacia la elección del 2018.
Politólogos consultados por SinEmbargo destacan que en esta contienda lo que está sobre la mesa es la hegemonía del PRD ante la aparición de un nuevo actor dentro de las izquierdas: el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Imposible no referirse a su líder, Andrés Manuel López Obrador (ex Jefe de Gobierno del DF en el periodo 2000-2006), y recordar que fue precisamente ese cargo el que lo catapultó a la candidatura presidencial en 2006.
Pero el peso que podría tener Morena en la elección de este año podría no estar basado sólo en su líder, sino también por sus militantes –muchos provenientes de las filas del PRD, el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano– que buscarán ganar espacios en la ALDF y en las delegaciones. El nuevo partido ha colocado a personajes clave en candidaturas también estratégicas, por lo que es previsible que sea en esos terrenos donde se libre la batalla entre ambas fuerzas.
El riesgo mayor será para el PRD. Enfrentará, además, a otros dos contendientes políticos que buscarán afianzarse: el PAN, que intentará recuperar las jefaturas delegaciones que perdió en 2012, y el PRI, que ha declarado su intención de ganar terreno en la capital del país. Otros elementos que tendrá que sortear el Sol Azteca son sus pugnas internas y la desaprobación ciudadana al actual Jefe de Gobierno y los delegados, que podrían significarle al partido un “voto de castigo” ciudadano.
El PRD tiene al menos tres problemas: uno, el fracaso de la administración mancerista; dos, su propio descrédito; tres, que Morena va de cero, y lo que sume será ganancia...
Por Mayela Sánchez, Shaila Rosagel, Linaloe R. Flores y David Huerta Martínez
Ciudad de México, 27 de enero (SinEmbargo).– Las elecciones del próximo 7 de junio, en las que se definirá la composición de la Cámara de Diputados para el próximo periodo legislativo y distintos cargos públicos en 17 estados, serán las primeras organizadas por el renovado Instituto Nacional Electoral (INE), las primeras en las que participarán tres nuevos partidos políticos y las primeras, también, que incorporarán candidaturas independientes.
En el caso del Distrito Federal, donde se elegirá a los 16 nuevos jefes delegaciones y 66 Diputados locales, habría que agregar a este listado de novedades una más: será la primera vez que el gobernante Partido de la Revolución Democrática (PRD), considerado de izquierda, entrará en una disputa, de poder a poder, con otra fuerza política también considerada de izquierda: el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Aunque se trata de una elección intermedia –en las que tiende a haber una menor participación ciudadana– y ocurre en un contexto de desgaste de la clase política, crisis de representatividad de los partidos políticos y hartazgo ciudadano, politólogos consultados por SinEmbargo consideran que lo relevante de este proceso electoral será ver la pugna por el poder en el principal bastión de la izquierda política en el país.
Como una “lucha por la hegemonía de la izquierda en la ciudad”, lo describe y sintetiza Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.
En esa pugna, varios son los elementos a considerar: la fuerza del PRD, su actuación como partido gobernante, la incidencia que podría tener Morena y el rol que jugarán los otros partidos políticos en la contienda electoral.
“No sabemos lo que pueda ocurrir: con un PRD ahora tan desprestigiado, con todo lo que está pasando en el país; con un PRI [Partido Revolucionario Institucional] que no repunta y que está también muy desprestigiado; y un PAN [Partido Acción Nacional] que está muy dividido, pues sin duda que hay un espacio muy importante para que Morena pueda crecer”, sopesó Alberto Aziz Nassif, especialista en temas electorales del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Lo cierto es que para el PRD el Distrito Federal es su principal bastión político, de modo que lo que está en juego no es sólo la mayoría en la Asamblea Legislativa y en las delegaciones, que por ahora mantiene, sino el reacomodo de fuerzas políticas de cara a la elección de 2018, en la que se disputarán tanto la Presidencia de la República como la Jefatura de Gobierno.
La primera nunca la ha conseguido, pero la segunda no la ha perdido desde 1997, cuando se eligió por primera vez al Jefe de Gobierno capitalino.
El PRD se encuentra actualmente en una etapa de crisis interna provocada, entre otras cosas, por su actuación frente al caso de los normalistas atacados y desaparecidos forzadamente por policías municipales en Iguala el 26 de septiembre pasado, consideran los académicos. Tanto el municipio donde ocurrieron los hechos –considerados como la más grave crisis de derechos humanos del sexenio– como el estado, Guerrero, eran gobernados por el PRD.
El ataque a los normalistas destapó la presunta colusión del entonces Alcalde de Iguala, José Luis AbarcaVelázquez, con el narcotráfico, y apuntó también a la responsabilidad del gobierno estatal, encabezado entonces por el ex priista Ángel Aguirre Rivero. La tardía y errónea respuesta del PRD pese a la responsabilidad de los servidores públicos emanados de sus filas, podría pesar en el apoyo que reciba del electorado, considera Acuña Murillo.
Por otro lado, el PRD también enfrenta un debilitamiento de su estructura, apunta Telésforo Nava Vázquez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Xochimilco y experto en la izquierda mexicana.
En noviembre del año pasado, el partido tuvo la renuncia de sus filas de su fundador y líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. No ha sido el único en abandonar al partido del Sol Azteca: al menos 28 militantes han renunciado en los últimos tres meses, según declaró el pasado viernes el dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete Ruiz.
El último de ellos fue el Senador Alejandro Encinas, quien anunció su renuncia el jueves 22 de enero. Además de Cárdenas y Encinas, han renunciado al PRD otros cuatro de sus fundadores: Alfonso Ramírez Cuéllar, Martí Batres Guadarrama (actual dirigente de Morena), Lucas de la Garza y Juan Vergel Pacheco.
Con ese panorama para el PRD, es previsible que los otros partidos políticos traten de aprovecharse de su situación de crisis y debilidad, estimó Nava Vázquez. "Es evidente y se ve que quien puede aprovechar esta coyuntura es Morena”, dije el académico.
Las razones para hacer esa valoración son varias: ambos partidos provienen de la misma base política y social; ambos se consideran partidos de izquierda, por lo que se disputarán al mismo electorado; y el hecho de que el Distrito Federal es un bastión político importante, quizá el más, de Andrés Manuel López Obrador, ex Jefe de Gobierno, ex perredista, ex candidato presidencial y ahora líder de Morena.
LA PELEA POR LAS DELEGACIONES
El peso que Morena podría tener en las elecciones de este año en la capital del país no será únicamente gracias a López Obrador, sino también al papel de sus integrantes –algunos de ellos provenientes del PRD– y a las candidaturas estratégicas en las que se les ha colocado, coinciden los analistas políticos entrevistados.
De modo que es previsible, dicen, que sea en esos espacios donde se libre la verdadera batalla entre ambos partidos.
“Si observamos algunas de las decisiones que se han anunciado por parte de Morena, vemos cómo sus cuadros más cercanos, tal vez más importantes, tanto a López Obrador como dentro del Comité Nacional [de Morena] se van a ir a la pelea por las delegaciones, en lugar de irse cómodamente a una curul en el Congreso. Las piezas importantes del equipo más cercano de López Obrador van a estar peleando posiciones en las delegaciones, creen que a partir de ese conjunto de cargos de elección popular se pueda fortalecer este nuevo partido”, señaló Aziz Nassif.
La Delegación Iztapalapa será clave en esa pugna, consideran los especialistas.
Se trata de la delegación más densamente poblada y, por lo tanto, con la mayor cantidad de electores en la capital del país, con más de dos millones de habitantes.
Nava Vázquez recordó que la apetecible Iztapalapa estuvo mucho tiempo controlada por los hermanos René Arce Círigo y Víctor Hugo Círigo, quienes fueron delegados cuando aún militaban en el PRD.
Ahora, los hermanos trabajan para el Partido Nueva Alianza (Panal), ligado a la ex líder magisterial Elba Esther Gordillo Morales y que buscaría aliarse con el PRI y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para arrebatarle posiciones al PRD a nivel local.
En 2009, el grupo de López Obrador logró sacar a los hermanos de Iztapalapa mediante una maniobra que consistió en imponer al candidato Rafael Acosta Ángeles, conocido como “Juanito”, para que, una vez ganada la elección, éste cediera su lugar a Clara Brugada Molina, cercana a Lopez Obrador.
Como Delegada, Brugada Molina intensificó el trabajo político en la delegación que venía haciendo desde años atrás, recordó el académico de la UAM. Esa labor política, consideró, le podría ser favorable este año, en que nuevamente busca la jefatura delegacional pero ahora abanderada por Morena.
Así como la candidatura de Brugada revela la importancia que tiene Iztapalapa para Morena, los perredistas hacen lo propio y es previsible que coloquen a un contrincante también estratégico.
Apenas el pasado 19 de enero, el PRD local comenzó su proceso de precampañas, por lo que aún no se definen los candidatos a jefes delegaciones. Pero por Iztapalapa, de los cuatro precandidatos registrados, el nombre que más suena como quien podría ganar la candidatura es la Diputada local Dione Anguiano Flores, cercana al Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y al Secretario de Gobierno Héctor Serrano, considerado su operador político.
Anguiano es esposa de Alfredo Hernández Raigosa, titular de la Procuraduría Social del Distrito Federal, cargo que ella también ocupó.
“Tienen mucha fuerza, mucho apoyo, eso quiere decir mucho dinero, porque las elecciones las ganan a billetazos […] y van a tirar la casa por la ventana por Iztapalapa, como lo va a hacer López Obrador”, pronosticó Nava Vázquez.
Además de Anguiano, entre los precandidatos a la jefatura delegacional por Iztapalapa figuran la Diputada federal Aleida Alavez Ruiz, quien pertenece al grupo Izquierda Democrática Nacional (IDN), liderado por René Bejarano Martínez, y Carlos Augusto Morales, también cercano al Secretario Héctor Serrano.
La selección de candidaturas en el PRD se definirá el próximo 21 de febrero. Será entonces cuando se sepa quién enfrentará a la candidata de Morena. Entonces se verá también cómo se medirán las fuerzas entre ambos partidos de izquierda, pues como apuntó Nava Vázquez, “quien controle la elección en Iztapalapa ya tiene una parte importante, por ejemplo, para el 2018. No fue gratuito que en aquella ocasión en que se la quitaron a los Arce, Ebrard y AMLO echaron todo para ganarla y la ganaron. Iztapalapa es muy importante para ellos”.
Otra delegación que los especialistas consideran que será clave para la disputa entre el PRD y Morena es Cuauhtémoc.
Morena ha dispuesto como su candidato a Ricardo Monreal Ávila, ex Gobernador de Zacatecas, actual Diputado federal y coordinador de la bancada morenista en la Cámara baja (integrada por 15 legisladores del PRD, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano).
Por parte del PRD se registraron cinco precandidatos, entre ellos el Diputado federal José Luis Muñoz Soria y el Diputado local Agustín Torres Pérez, ambos ex jefes delegacionales de esa demarcación y ambos de la corriente IDN. El Delegado con licencia de Cuauhtémoc, Alejandro Fernández Ramírez, también pertenece al grupo bejaranista.
Por esa delegación también pelean Diana Sánchez Barrios, hija de la líder de comerciantes Alejandra Barrios, la actriz María Rojo y la Diputada local Lucila Estela Hernández.
Sobre Monreal, el investigador Nava Vázquez destaca que tiene mucha experiencia política, lo que lo hace hábil para saber “cómo operar programas sociales, la compra de votos y acarrear votos”.
Pero además de su capacidad operativa, la candidatura de Monreal a una jefatura delegacional, cuando ya ha sido Gobernador y legislador federal, podría leerse como paso previo a una eventual postulación a la Jefatura de Gobierno, consideró Acuña Murillo.
Otra candidatura de Morena que Nava Vázquez ve como estratégica en la disputa por espacios en el Distrito Federal es la de Tlalpan. La candidata de Morena es Claudia Sheinbaum Pardo, ex Secretaria del Medio Ambiente durante la gestión de López Obrador como Jefe de Gobierno.
Entre los siete precandidatos registrados en el PRD para esa delegación figuran el Diputado local Carlos Hernández Mirón, ex pupilo de Bejarano pero actualmente parte del grupo Movimiento de Equidad Social de Izquierda (MESI), liderado por Anguiano y Hernández Raigosa. En noviembre de 2014, el diario Reforma reveló grabaciones en las que el legislador negociaba plazas para allegados suyos con el Secretario de Gobierno Héctor Serrano.
A decir del académico de la UAM, las candidaturas a jefes delegacionales de Morena son “heterogéneas”, pues mientras en algunas delegaciones clave colocó a personajes estratégicos (como Brugada y Monreal), en otras el partido sólo buscara “hacer decorosamente una campaña [electoral]”, con candidatos más bien “débiles”.
Ejemplo de ello, expuso, son las delegaciones Xochimilco y Milpa Alta. En la primera, el candidato de Morena es el Diputado Avelino Méndez Rangel, quien tendrá que enfrentarse a alguno de los 12 precandidatos perredistas; aunque Xochimilco es un bastión bejaranista, entre los que buscan la candidatura están la diputada Ana Julia Hernández Pérez y Faustino Soto Ramos, ambos de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN).
En Milpa Alta, la morenista María Guadalupe Chavira de la Rosa tendrá que disputar el cargo con alguno de los cinco precandidatos perredistas, en una demarcación disputada entre la corriente Nueva Izquierda (NI), también llamada de "Los Chuchos” por el liderazgo de los ex dirigentes perredistas Jesús Ortega y Jesús Zambrano, y el grupo del ex Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard.
A la batalla entre Morena y el PRD se sumarán también las pugnas internas entre las corrientes perredistas por el control de las delegaciones. Destacan los casos de Iztacalco y Gustavo A. Madero, donde entre los precandidatos se encuentran las parejas de los actuales jefes delegacionales.
En Iztacalco, la Delegada con licencia Elizabeth Mateos Herández (quien dejó el cargo para buscar una diputación local) podría pasarle la batuta a su esposo, Carlos Estrada. Mateos pertenece a la corriente Unidad y Renovación, del ex Secretario de Transportes y Vialidad, Armando Quintero. El ex funcionario también se registró como precandidato a esa jefatura delegacional.
En Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo, ex Delegado y pareja de la actual delegada, Nora Arias Contreras, busca regresar al cargo. La pareja pertenece a la corriente Fuerza Democrática, ligada a Ebrard. El año pasado sostuvieron una pelea con la Diputada local Yuriri Ayala Zuñiga, de la corriente IDN, cuyo esposo, Eric Abel Hernández Mercado, busca ahora ser el candidato del PRD para esa delegación.
En Coyoacán, bastión de "Los Chuchos”, el Delegado con licencia Mauricio Toledo Gutiérrez buscaría dejar el cargo a Valentín Maldonado. Entre los cuatro precandidatos a jefe delegacional figura la bejaranista Ariadna Maldonado.
En Azcapotzalco, delegación controlada por el bejaranista Sergio Palacios Trejo, la disputa por la candidatura será entre miembros de esa corriente, pues se encuentran registrados el cuñado de Bejarano, Antonio Padierna Luna, y Laura Velázquez Alzua, esposa de Enrique Vargas, secretario del PRD-DF e integrante de IDN.
Con la separación de la jefa delegacional en Magdalena Contreras, Leticia Quezada Contreras, en octubre del año pasado, los bejaranistas perdieron a uno de sus bastiones en la capital del país. Quezada formó su propia corriente, Movimiento de Izquierdas por la Libertad, que se sumó a la alianza con otras corrientes para apoyar a Carlos Navarrete como dirigente nacional del partido.
Acuña Murillo advierte que al desprestigio por el que de por sí atraviesa el PRD no le conviene que sus pugnas internas abonen a la percepción negativa del partido.
“El PRD tiene que ser más cauto que nunca porque tiene muchos puntos en contra, ya suma muchos puntos negativos, y de manera tradicional es un partido de cuotas, y en esa cuestión de las tribus que están a la rebatinga por los recursos y por las candidaturas, si su proceso para la designación de los candidatos no es lo suficientemente transparente y comienzan los golpes desde adentro también va a incidir en la percepción que la ciudadanía se está formando en torno al PRD”, considera.
Si bien las pugnas internas no son un problema exclusivo del PRD y a cualquier partido político que las tenga le restan fuerza electoral, en el PRD ocurren de forma más acentuada, por lo que es previsible que eso le vaya a restar votos en las elecciones de junio, agregó Aziz Nassif.
PAN Y PRI, ¿LAS OTRAS AMENAZAS?
El investigador de CIESAS prevé que ante la incredulidad y el encono que, en general, tiene la sociedad hacia los partidos políticos en este momento, la estrategia del PRD para afianzarse en su principal bastión será mediante mecanismos clientelares con sus bases de apoyo.
Desde 2013, el PRD advertía los riesgos que podrían enfrentar en estas elecciones en la capital del país. En junio de ese año, el secretario de Alianzas del PRD, Armando Contreras Luna, dijo a SinEmbargo que las condiciones para el partido eran difíciles y anticipaba que si en las elecciones de 2015 el partido de López Obrador y los perredistas iban cada uno por su cuenta, perderían los dos.
“No sería Morena el que capitalizara esas votaciones. Si nosotros llegamos a perder, perderíamos con la oposición, no con la izquierda”, advirtió entonces.
Contreras Luna adelantaba que en los comicios intermedios podrían estar en peligro para su partido las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Milpa Alta, Benito Juárez y Cuajimalpa, éstas dos últimas las únicas no gobernadas por el PRD.
Para Aziz Nassif, los dos principales partidos de oposición para el perredismo local, el PRI y el PAN, no tienen el peso suficiente para representarle una amenaza mayúscula como la que, en cambio, sí podría ser Morena, dada la afinidad que tiene con el electorado del PRD.
El experto en temas electorales ofreció su diagnóstico sobre ambos partidos. Del PRI dije que “sigue teniendo problemas importantes para presentar una estructura partidista suficientemente competitiva para aspirar a ganar”, mas considera que “sí puede aspirar a ganar algunas delegaciones y algunos puestos en la Asamblea [Legislativa], pero creo que por los datos que existen hasta ahorita, va a seguir siendo un partido que tiene un déficit importante en su estructuración”.
Al PAN lo ve muy parecido. “Tampoco presenta ninguna propuesta que pueda llevarlo a mejorar sus condiciones electorales en el Distrito Federal […] Seguirá con los bastiones que tiene, en la Benito Juárez, y va disputar con cierta fuerza Miguel Hidalgo, quizá algo en Ciuajimalpa, pero no más que eso. Va a seguir siendo un partido muy acotado a ciertas zonas de la ciudad”, pronosticó.
Sin embargo, el PAN se ha declarado listo para dar la batalla electoral en el Distrito Federal, reconquistar las jefaturas delegacionales que una vez tuvo y que dejó en manos del PRD y del PRI, y ganar delegaciones que nunca ha gobernado, como son Coyoacán y Tlalpan.
En entrevista con SinEmbargo, el presidente del PAN local, Mauricio Tabe Echartea, aseguró que su partido llega al proceso electoral de este año “mejor preparado y organizados, con procesos ordenados en la selección de nuestros candidatos, también con una plataforma electoral bien construida que da respuesta a muchos problemas de la ciudad”.
Pero el PAN podría necesitar mucho más para poder ser competitivo en términos electorales en la Ciudad de México.
Eduardo Bueno León, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la UIA, consideró difícil que Acción Nacional crezca en delegaciones que requieren una estrategia electoral de mayor acercamiento con la ciudadanía, de “barrio por barrio y colonia por colonia”.
A decir del politólogo y sociólogo, Mariana Gómez del Campo, Senadora del PAN y sobrina de Margarita Zavala Gómez del Campo y Felipe Calderón Hinojosa, es quien tiene el control político del blanquiazul en la capital del país y lo ha sabido ejercer, pero eso no es suficiente para enfrentar campañas electorales que requieren mucho trabajo de campo; es decir, un acercamiento directo con la ciudadanía.
“Acción Nacional no ha logrado posicionarse en esos grupos, no ha logrado penetrar en esos grupos, mucho menos con la gestión de Mariana Gómez del Campo”, expone Bueno León, quien califica a la Senadora como una líder de facto, que intenta resolverlo todo mediáticamente o desde su oficina. “Y en el Distrito Federal la política se hace barrio por barrio, colonia por colonia, con estructuras múltiples y cruzadas entre delegaciones y colonias y donde el trabajo de campo es fundamental y muy intenso”, advirtió.
Tabe Echartea defiendió a su partido al señalar que es una oposición constructiva y propositiva, que va más allá de ser una piedra en el zapato para el Jefe de Gobierno o que pretenda defender intereses particulares. Y considera que la división de los partidos de izquierda y la “decepción” ciudadana ante un modelo de gobierno que lleva casi 18 años, y en donde han ocurrido escándalos de corrupción y aumentos de impuestos, son los elementos que podrían darle fuerza al PAN para competir en varias delegaciones y distritos electorales.
“Por ejemplo, estamos muy claros en refrendar Benito Juárez; vamos a ganar Miguel Hidalgo, no hay duda; Cuajimalpa; hay muchas posibilidades en Coyoacán, Azcapotzalco, Álvaro Obregón y Tlalpan, allí hemos ya recibido mucha aceptación de los ciudadanos”, sostuvo.
Por otra parte, la Delegación Cuajimalpa, único bastión gobernado por el PRI, es el microcosmos de la forma en que gobierna ese partido en la capital.
La demarcación estuvo bajo control del PRD hasta que en 2009, la ganó el PAN y en 2012, la ganó el tricolor en alianza con el PVEM, con Adrián Ruvalcaba como candidato.
El especialista en temas políticos Gustavo López Montiel, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de México (ITESM), auguró ahí un choque de trenes porque si bien el tricolor desea mantener esa delegación, para el PRD es la oportunidad estratégica de conformar un bloque blindado, dado que en su poder se encuentran las delegaciones Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Tlalpan.
“Más allá de sus batallas perdidas, el PRI inició una tradición de malquerencia en la capital. No es un organismo al que se le busque en la solución de problemas cotidianos. Pero esas características también las tiene el PAN, con sus escándalos en la delegación Benito Juárez, una de las dos que gobierna. Y si el PRD es favorito, vive su propia crisis interna. Esta oportunidad, entonces, es de Morena, porque la Ciudad de México continuará como el bastión de la oposición”, vislumbra Acuña Murillo, de la Universidad Iberoamericana.
VOTO DE CASTIGO Y EL EFECTO MANCERA
El presidente del PAN-DF, segunda fuerza política en la capital del país, consideró que el enemigo a vencer en el proceso electoral no es ni el PRD, que ha controlado el Distrito Federal los últimos 18 años, ni el recientemente creado Morena. A pregunta expresa, Tabe responde que será el abstencionismo, provocado en gran medida por la indignación ciudadana al ver la corrupción de los actuales funcionarios públicos en delegaciones gobernadas por la izquierda.
La valoración del político es compartida por los especialistas consultados, aunque ellos no limitan el problema a las delegaciones gobernadas por el PRD, aunque son la mayoría, ni a actos de corrupción. Sus gestiones poco transparentes y sin rendición de cuentas, las quejas ciudadanas contra ellos, y el uso que hacen de sus cargos para beneficio personal también podrían pesar en los electores en las votaciones.
Los ejemplos sobran: el Delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, acusado de extorsión; el de Iztapalapa, Jesús Valencia Guzmán, involucrado en un posible conflicto de interés que fue descubierto cuando en diciembre pasado chocó una lujosa camioneta, propiedad de la empresa Amexire, contratista de la delegación que gobierna; la de Iztacalco, Elizabeth Mateos, acusada de exigirle a sus colaboradores el 10 por ciento de sus ingresos, bajo amenaza de ser destituidos si se negaban.
En la lista también están el Delegado de Benito Juárez, Jorge Romero Herrera, acusado de permitir la proliferación de construcciones ilegales y de vendedores ambulantes en la demarcación, además de haber estado involucrado en un escándalo cuando dos de sus colaboradores y amigos fueron detenidos en Brasil por presuntamente haber agredido sexualmente a una mujer y haber lesionado a su pareja; el de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, acusado ante el Tribunal Electoral del Distrito Federal por realizar actos anticipados de campaña; los de Cuauhtémoc, Alejandro Fernández, y Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, involucrados en escándalos por la realización de fiestas privadas en monumentos históricos…
El pasado 18 de enero, en un hecho inédito, 12 de los 14 delegados perredistas renunciaron a sus cargos para buscar candidaturas a diputaciones locales. Un día antes había renunciado el Delegado de Iztapalapa, quien es investigado por la Contraloría capitalina, y también lo hizo la delegada de Tláhuac, Angelina Méndez, aunque ella aseguró que no busca contender por otro cargo.
El actuar de los delegados perredistas, que de este modo dejaron inconclusa su gestión, fue criticada por los sectores empresarial y eclesiástico católico, quienes los llamaron “chapulines” e instaron a los ciudadanos a no votar por ellos.
El presidente del PRD-DF, Raúl Flores, salió en defensa de los suyos y rechazó las críticas a su decisión de dejar su cargo público para intentar conseguir otro. Alegó que se trataba de un derecho político y espetó: “No tenemos por qué limitarnos”.
Para los especialistas entrevistados, esta forma de actuar de los servidores públicos ha provocado un desencanto y hartazgo de los capitalinos. Dos elementos importantes a considerar, señala Acuña Murillo, es que se trata de los ciudadanos más críticos del país y que, al ser la mayoría de los funcionarios cuestionados integrantes del PRD, la consecuencia previsible es que ese hartazgo le juegue en contra a ese partido en las urnas, con un “voto de castigo”.
A ello, dice la académica, se suma el desencanto que ha generado la gestión del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien después de haber llegado al poder con una votación inédita, ha visto caer sus niveles de aceptación entre los ciudadanos a los que gobierna en apenas dos años.
Varios factores explican esa debacle, expone Aziz Nacif. “Hay como una suerte de percepción cada vez más fuerte de que Mancera es un Jefe de Gobierno que no la está haciendo, que no ha dado resultados, que no ha resuelto los problemas que se le han acumulado, lo que tiene que ver con esta cuestión de la seguridad, con la Línea 12 que no lo ha sacado adelante, que no ha mostrado un perfil de gobierno para seguirlo apoyando, y que se ha vinculado demasiado al gobierno federal”.
A todo ello, se suma también la respuesta “represiva” que el gobierno capitalino ha tenido frente a las protestas sociales, añade acuña Murillo.
Los problemas en la gestión de Mancera le podrían resultar negativos al PRD –partido que lo llevó al poder aunque él no sea militante– no sólo por la desaprobación ciudadana, sino por cómo los otros partidos capitalicen los errores del Jefe de Gobierno.
Los panistas, por ejemplo, consideran que Mancera ha demostrado “una profunda incapacidad para dar solución a los problemas de la gente”.
Aunque el presidente local del PAN asegura que no celebra la desaprobación que tiene el Jefe de Gobierno entre los ciudadanos, los panistas han sacado raja política de sus criticadas decisiones, como los aumentos a las tarifas en el transporte público (principalmente el incremento de tres a cinco pesos en el precio del boleto sin presentar mejoras en el servicio), así como la imposición del llamado “Doble Hoy No Circula”.
No solo eso. Los errores heredados desde la administración de Ebrard Casaubón, evidenciados principalmente en las fallas en la Línea 12 del Metro, también han resultado un bono político importante para los panistas en la capital.
Desde la Asamblea Legislativa, donde es la segunda fuerza política con 13 diputados, el PAN ha cuestionado la administración de Mancera, por ejemplo, en su ineficiencia para disminuir la comisión de delitos en la capital del país. En el marco de su segundo informe de labores, Mancera fue criticado por los panistas por haber aceptado que el Gobierno federal usara como “estacionamiento” la Plaza de la Constitución el pasado 2 de septiembre en el marco del Informe de Enrique Peña Nieto.
Frente a este panorama, el investigador Aziz Nassif considera que si el pronóstico se cumple y Morena consigue arrebatar espacios al PRD, “Mancera va a tener que gobernar con otra correlación de fuerzas, con otra composición de delegados y asambleístas”.
Una consecuencia mayor para el perredismo local, augura, será “una disputa muchísimo más fuerte entre las posibles candidaturas por la Jefatura de Gobierno. Ciertamente creo que ya no tendrá el PRD un triunfo fácil ni una competencia sencilla como para volver a ganar en el 2018”.