PRIMERA DE DOS PARTES
Ciudad de México, 26 de agosto (SinEmbargo).– ¿Quién es Vicente Fox Quesada? Es el hombre que nació hace 71 años; que estudió en la Universidad Iberoamericana y tardó 35 años en titularse en Administración de Empresas. Es el ex gerente de Coca Cola que entró a la política inspirado en el ex candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia, Manuel J. Clouthier, “Maquío”, y también porque estaba agobiado por sus problemas económicos.
Es el ex Diputado federal panista que se burló de las orejas del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari, y para imitarlas se puso unas boletas electorales a la altura de las suyas, que hacían alusión al fraude electoral con el que se supone ganó el priísta la elección de 1988.
Fox es el que le gritaba a su compañero de partido Carlos Medina Plascencia cuando este era Alcalde de León, Guanajuato y le manoteaba, según recuerda Ernesto Ruffo. Es el que en 1991 contendió a la gubernatura de Guanajuato y exigió se le reconociera su triunfo y obtuvo en respuesta la imposición de un mandatario estatal interino, Medina Plascencia.
Es el que ganó, por fin, la elección por la gubernatura en 1995 y de ahí, desde ese cargo público, construyó su candidatura a la Presidencia de la República. Es el que años después parecía irreconocible para algunos periodistas, que lo conocieron desde el fraude de Guanajuato, ranchero y barbón, y que no lo veían con tamaños ni preparación para contender por la presidencia. Es el mismo que impuso su candidatura al PAN.
El que se refería a los priistas como “víboras prietas y tepocatas”, a las que prometía aplastaría con sus botas vaqueras y sacaría de Los Pinos. Es el mismo que prometió que de llegar a la Presidencia todos los mexicanos tendrían su changarro y su vochito y que habría un crecimiento de 7% al año de la economía mexicana. Es el mismo que para descalificar al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Francisco Labastida Ochoa lo llamó “chaparrito, mariquita y mandilón”.
Fox es el que ganó la elección presidencial el 2 de julio de 2000 y sí, sacó al PRI de los Pinos, el mero día de su cumpleaños. Es el que triunfó apoyado en una estructura financiera, Amigos de Fox, de dudosos métodos legales para reunir recursos. Es el mismo que el día de su toma de posesión acudió antes de recibir la banda presidencial a la Basílica de Guadalupe a dar gracias, y luego antes de tomar protesta como Presidente besó un crucifijo, sin pudor alguno aunque se fuera a convertir en el jefe de un Estado laico.
Es el que desde campaña y en la Presidencia prometió resolver el conflicto del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 15 minutos y no resolvió nada. Es el mismo que entre sus primeras medidas luego de tomar posesión como titular del Ejecutivo ordenó comprar toallas con valor de cuatro mil pesos.
Es el mismo que se casó en 2001 con su ex coordinadora de agenda durante su campaña presidencial, Marta Sahagún, y que en octubre de ese año visitó al Papa Juan Pablo II mientras ella esperaba en otro salón, por disposición papal ya que Sahagún era una mujer divorciada. Fue la visita donde Fox como Presidente de México se postró ante el líder católico y le besó su anillo.
Es el mismo sobre quien se rumoraba tenía episodios depresivos y para combatirlos tomaba Prozac. Es también quien le abrió la puerta de Los Pinos a la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, hoy apresada por lavado de dinero, a cambio de que ella como coordinadora de los diputados federales priístas le ayudara a cabildear su reforma fiscal que acabó en el bote de la basura, y cuyo liderazgo entonces iba en declive pero a quien el guanajuatense dio oxígeno.
El mismo que dejó de regañar y deponer a los gobernadores, que de entonces a la fecha se han convertido en virreyes de sus estados. Se trata de la misma persona que dijo que junto con Marta Sahagún formaban la pareja presidencial aunque a ella nadie la hubiera elegido.
Se trata del mismo que alentó las aspiraciones presidenciales de su esposa y que en contraparte buscó torpedear la candidatura del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
Se trata del mismo que regañó a su Secretario de Energía, Felipe Calderón, por usar su cargo para hacerse promoción con miras a buscar la Presidencia, aunque él haya hecho lo mismo desde su gobierno de Guanajuato. Es la misma persona en cuya administración escapó de la cárcel el mayor narcotraficante mexicano de todos los tiempos, Joaquín “El Chapo” Guzmán, y quien desde entonces no ha sido reapresado.
Es el mismo gobernante que fracasó en su intentona de convertir Atenco en un gran aeropuerto internacional y a cuyos ejidatarios su gobierno les ofreció pagarles una miseria por sus tierras que serían transformadas en un gran negocio. Es también quien permitió abusos de los hijos de su esposa, y que ella aceptara donaciones como joyas y vestidos a cambio de cabildeos para empresarios, según se ha escrito en distintos libros.
Es el mismo que apenas y volteaba a ver a su partido, Acción Nacional, el mismo que a regañadientes pero lo apoyó para alcanzar la presidencia. Se trata del mismo Presidente de México que puso en riesgo la elección presidencial de 2006 con su intervencionismo, de acuerdo con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Es el mismo gobernante que fue incapaz de presentar su sexto y último informe y cuyos últimos tres meses de gobierno fueron un caos.
Es el que siendo ex Presidente intentó quedarse con un vehículo Jeep rojo Furia que le había regalado un empresario cuando era Presidente, que Fox nunca reportó en su declaración patrimonial y que luego de revelarse que no tenía derecho a adueñárselo, lo devolvió de mala gana.
Es el mismo que no guardó la antigua máxima para los ex presidentes priístas, al fin él era panista, la de quedarse callados.
Se trata de quien resentido, como muchos otros, se dedicó a criticar la estrategia militar de Felipe Calderón contra el narcotráfico, olvidando el crecimiento registrado que este fenómeno tuvo en su gobierno.
Es el mismo que aunque critique al PAN ofrece cursos de marketing electoral para militantes de ese partido en su rancho, desvencijado antes de que llegara a la Presidencia y ahora hasta con lago artificial. Es el mismo que durante el proceso electoral del año pasado le dio la espalda a su partido y pidió votar por el candidato a la Presidencia del PRI, Enrique Peña Nieto. Es el mismo que como empresario que vendía brócoli congelado, ahora busca legalizar la marihuana.
Es el Presidente que provoca las burlas por ello y porque cree, de verdad, que ha sido el mejor Presidente de la historia, mejor que Benito Juárez.
GROSERO, OCURRENTE, PROTAGÓNICO…
Durante su campaña a la presidencia, era común ver a Vicente Fox sonriendo a todos los que saludaba en sus mítines, tomándose fotos con niños a los que solía cargar y con quienes lucía radiante y a quien ellos abrazaban como si conocieran de toda la vida.
Pero apenas terminaba sus eventos, se subía a su camioneta y despotricaba contra quien le hacía su agenda, que en muchas ocasiones era su ahora esposa Marta Sahagún.
Fox explotaba y a gritos soltaba sus “¿quién chingados me agendó este evento con esta gente?”, sobre todo cuando los eventos reunían a pocas personas o los líderes que lo recibían tenían poca relevancia.
Se transformaba. Costaba trabajo creer que la persona sonriente, carismática, cercana que era el candidato, como persona maltratara a Marta, dijera que eran eventos sin importancia, pero sobre todo que parecieran no importarle.
Lino Korrodi cuenta como maltrataba a Marta en la campaña, y cómo cuando se casó su hija en el salón de fiestas Casino de Chihuahua, agendaron un evento en el estado norteño, para aprovechar la estancia y acudir a la boda.
Siendo amigos desde la juventud, Korrodi lo invitó y de paso hizo lo mismo con Marta. Cuando llegaron al salón, luego de un acto de campaña, al subir las escaleras, Fox se percató que su vocera también iba (había llegado en otra camioneta) y le preguntó “¿Tú que haces aquí?”.
Korrodi se adelantó al momento incómodo que la grosería del guanajuatense significaba para Marta, y le explicó: “Yo la invité”.
Fox dijo entonces, aliviado: “ah bueno, entonces tú la atiendes”.
Ese era Fox.
EL REBELDE
Darío Mendoza recuerda el último día en Los Pinos, el 30 de noviembre de 2006. Había acompañado a Fox desde que era Gobernador de Guanajuato, como su redactor de discursos, y en la Presidencia en el área de análisis, luego de que en marzo de 2001, a cuatro meses de llegar a la convertirse en Presidente, decidió mandarlo a otra área y ya no usarlo para los discursos, a pesar de los años que habían trabajado juntos. Era uno de los rasgos de Fox, olvidar a quienes se la habían jugado por él. Mendoza siguió en Los Pinos, pero ya no tan cerca.
En la comida de despedida, la última del sexenio foxista, en su turno para hablar Mendoza les pidió a Fox y a Marta Sahagún que en cuanto dejaran la Presidencia se quedaran callados y entonces pasarían a la historia.
La reacción de la entonces pareja presidencial y de los demás comensales fueron unas sonrisas falsas y unos tibios aplausos, más de compromiso.
“Obviamente no lo hicieron”, observa.
Pero a él le quedó la satisfacción de decirles parte de lo que pensaba.
Darío Mendoza trabajó con Carlos Medina Plascencia como redactor de discursos, con quien el contenido de los mensajes era cuadrado, más plano, más de acuerdo con el perfil de ingeniero.
Cuando Fox llegó a la gubernatura de Guanajuato tuvo la oportunidad de comenzar a hacer discursos con frases más coloquiales, más del estilo ranchero del guanajuatense.
Mendoza lo acompañó durante los cuatro años que estuvo en la gubernatura, y posteriormente durante la campaña.
Cuando Fox ganó la elección presidencial, lo hizo acompañado de un hombre que vivía prácticamente pegado al candidato, Felipe Zavala, su secretario particular que lo acompañaba desde Guanajuato.
Pero cuando Fox ganó la elección y llegó a la presidencia, se deshizo de él y Zavala quedó fuera del proyecto.
Un rasgo muy típico de Fox, deshacerse de las personas cuando ya no le sirven. Por eso es un solitario, afirma Mendoza. Él mismo dejó de redactarle los discursos cuando llegó a la Presidencia y a los cuatro meses de iniciada la Presidencia fue transferido al área de análisis.
Mendoza señala que por eso Fox está solo, él hace las puntadas, el responde a las críticas, él defiende sus ideas.
“Si te das cuenta no hay foxismo”, dice en entrevista para SinEmbargo. “No hay grupo”, añade. “Algunos se lo adjudican, como Jorge Castañeda o Rubén Aguilar, pero Fox camina solo”, observa. Incluso, no duda que sus ocurrencias, como la de declarar que fue mejor Presidente que Benito Juárez, la planeó sin comentársela a su esposa.
Mendoza destaca otro rasgo de Fox que considera además de muy mexicano: no se hace cargo de sus responsabilidades. Aplica su propia frase usada durante el conflicto entre Canal 40 y TV Azteca, cuando guaruras de la televisora del Ajusco usaron la fuerza para desalojar las instalaciones del Cerro del Chiquihuite a la gente de Javier Moreno Valle, copropietaria del Canal junto con TV Azteca.
La respuesta de Fox ante este conflicto y su posible papel para resolverlo fue “¿Y yo por qué?”, que se volvió un clásico entre sus dichos.
Mendoza afirma que a Fox no le gustaba la responsabilidad ni que se la achacaran. En 2003 cuando el PAN descendió en las preferencias electorales de los comicios federales Fox no aceptó tener culpa alguna del desplome electoral. “A mí no me votaron”, supo que dijo.
El ex integrante del área de Análisis no duda en que detrás del empoderamiento de la esposa de Fox, Marta Sahagún, estaba la intención del entonces Presidente de usarla para que a ella le echaran la culpa de las decisiones presidenciales.
Cree que de hecho él le pedía a Marta que no se podían hacer ciertas cosas, y cuando los colaboradores se quejaban de lo que Marta les había dicho, él le echaba la culpa a ella, cuando lo más probable es que la decisión la hubiera tomado él, pero era incapaz de dar la cara.
Fox era feliz siendo candidato, soltando sus ocurrencias, pero no tomando decisiones. Por eso cuando pasó el proceso electoral de 2006 se sintió más libre y le dijo a una televisora estadounidense que ya podía hacer lo que quería.
“Ya hoy hablo libre; ya hablo cualquier tontería, ya no importa ya. Total, ya me voy”. Dijo. Así era Fox.
Pero también hay un lado frío, ve por su parte la periodista Olga Wornat, autora de dos libros sobre la presidencia de Fox: “La jefa” y “Crónicas malditas”.
De ahí que no haya foxismo, de ahí la dureza con la que actuó contra la periodista argentina, demandada por Sahagún, e insultada repetidamente por Fox, luego de la publicación del libro.
“Carece de códigos, no tiene amigos, sus hijos tienen problemas de relación con él –según le contaron– y lo único que le importa es salir en los medios y que se genere polémica. Mala o buena, no importa. Lo único que importa es que hablen de él. Un pobre hombre...”, comparte Wornat con SinEmbargo.
Mendoza señala que él se decepcionó de la presidencia de Fox cuando en 2004 falleció en un accidente aéreo el Secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta.
Fue la confirmación de su desapego por los amigos.
En lugar de ir a fondo en las investigaciones, aclarar la muerte de su amigo, había la sospecha de que podía tratarse de un atentado, cerró la información, dice aún con coraje Mendoza.
EL INGRATO
“Fox no ha sido generoso con sus amigos al acceder al poder si consideramos que en parte es, gracias a ellos, que está donde está.
“La concepción de Fox sobre la amistad consiste en buscar su beneficio sin atender a la subsiguiente correspondencia”, escribió Lino Korrodi en su libro “Me la jugué”.
El libro expone su versión sobre lo que fue Amigos de Fox y busca demostrar que la estructura financiera que apoyó la candidatura presidencial de Fox en 2000 era legal y en todo caso tanto él como la dirigencia del PAN estaban enterados de su funcionamiento.
Pero Fox dejó morir solo a su amigo, como se dice coloquialmente.
“Fox permitió y no tengo duda que él empujó muchas de las cosas para la persecución que iban en contra mía y de mi familia y algunos Amigos de fox, porque incluso ha tenido la brutalidad él de hablar mal de mí”, dice Korrodi, quien trabajó en Coca Cola bajo las órdenes de Fox, pero luego se convirtió en empresario y ayudó en algunas ocasiones al guanajuatense a salir del hoyo económico.
A 10 años de la publicación del libro, Korrodi reconoce que los defectos que enlista los tuvo enfrente mucho tiempo, ya que él y Fox fueron amigos desde que eran jóvenes, pero ahora se han profundizado. Percibe que Fox antes tenía más valores.
–¿Tenía valores?
Fox era un cuate terriblemente egoísta. Te estoy dando la explicación después de. En ese momento veías su convivencia en familia, su mamá, su papá, te ibas a convivir con ellos, era un cuate de mucha plática, de trato, aunque el papá le decía delante de mí y de José Luis González (otro Amigo de Fox)): ‘oye, así como estás de grandote eres bien tonto’. Porque él lo conocía más que nosotros, quiero suponer eso, pero esa forma de ser de Fox, empático, de jalar a la gente, de liderazgo obviamente decíamos ‘este cuate tiene valores, está convencido, vivió desde chiquito en el rancho, convivió con la pobreza, lo que te está diciendo es congruente con que va a acabar con la pobreza’. Mi reflexión, no porque esté enojado con él, yo ya perdoné a Marta y a toda la bola de mugrosos que le hicieron daño a Amigos de Fox, simplemente porque es la personalidad que finalmente empiezas a ver ante una realidad distinta, diferente, empiezas a tener claridad del verdadero Fox que había escondido y que él no sacaba y escondía para manejar, transmitir narcisistamente”, dice el ex amigo de Fox.
Narcisismo, protagonismo, ganas de estar en los medios, y la contraparte, la envidia porque otro ocupe las primeras planas.
De ahí nació el conflicto con Andrés Manuel López Obrador, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien como Fox irradiaba carisma, considera Mendoza. Mientras Fox se ganó a la opinión pública con su antipriísmo, del cual ya no queda nada, con su imagen popular, botas, hebilla con su nombre, su simpatía y bonhomía, el tabasqueño se la echó a la bolsa con su gallito que lo despertaba para informar de sus actividades y sus políticas a las 6 de la mañana, con lo que dijera su dedito, acto con el que fijaba la agenda política con sus programas calificados de “populistas”, como el apoyo económico a personas de la tercera edad, que ahora distintos gobiernos copian sin pudor.
Para Mendoza, la animadversión de Fox por López Obrador no era sino una muestra de que su egocentrismo estaba dañado. ¿Cómo podía ser más popular López Obrador?
Fox se empeñó en sembrar de obstáculos el camino a la candidatura presidencial que el Jefe de Gobierno tenía contemplado. Por eso intentó desaforarlo, apoyado con el PAN.
Korrodi recuerda cómo empresarios amigos suyos le decían que dejara ese enfrentamiento de lado, y en una de las veces que le reclamó por su proceder por el caso Amigos de Fox, tuvo la oportunidad de planteárselo.
“La opinión de los empresarios es que le estaba engordando el caldo a López Obrador. ‘Dile a tus amigos empresarios que me van a dar la razón y me van a agradecer que lo meta a la cárcel’ cosa que no pudo tampoco”, rememora Korrodi.
LA SALUD MENTAL
La presión del poder puede resultar una loza difícil de soportar. Es común ver políticos encumbrados siendo unos neuróticos, y cuando dejan sus cargos, transformarse en personas amables.
La salud mental del ex Presidente Fox nunca quedó clara, lo que no significa que tenga o no un padecimiento. Simplemente la información al respecto quedó clasificada.
Así lo recuerda el especialista en materia de acceso a la información, e integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ernesto Villanueva.
El investigador está seguro que el guanajuatense tomaba antidepresivos cuando era titular del Poder Ejecutivo. Pero la información se la pasaron personas que tuvieron acceso a reuniones donde Fox reconocía que tomaba Prozac. Los datos oficiales al respecto nunca se los dio la Presidencia de la República, que negó proporcionarselos bajo el argumento de que era “reservada”. No supo cuántas tomaba, si estaba diagnosticado o no.
“No hubo un diagnóstico o parte médico que nos dijera qué tomaba, cuántas tomaba. No es lo mismo que me tome un Prozac que me tome cinco. Ahí es un asunto de cantidad y de las razones por las que estaba pasando esto. Sin duda el ejercicio del poder es una situación estresante, desgastante que genera una situación de tensión grave y permanente, pero se supone que quien se mete debe saber que va a pagar un costo personal en este tipo de cuestiones. Es la responsabilidad de todo el país”.
–¿Usted solicitó la información?
“La declararon reservada por considerar que era confidencial, un absurdo desde el punto de vista jurídico, es un dato personal, confidencial, por tanto está clasificado como información confidencial y no tiene plazo y es permanente, fue la decisión que por cierto el IFAI confirmó porque estábamos en un proceso de conocimiento de lo que es el tema del acceso y las razones. Sin mayor argumento eso fue lo que dijeron para negarme la información, no la declararon inexistente, simplemente la clasificaron como confidencial para asegurarse que nadie pudiera conocer este tipo de datos”, lamenta Villanueva, cuya postura es que los ciudadanos tienen derecho a conocer la salud de quienes los gobiernan.
La periodista argentina Olga Wornat revela en su libro “Crónicas malditas” que más que antidepresivos, Fox estaba entoloachado por Marta Sahagún. De acuerdo con el imaginario popular, el toloache sirve para enamorar a otra persona y dominarlo.
“Lo del toloache era vox populi en Los Pinos. Marta lo consultaba con sus brujas y ellas le aconsejaron darle ese brebaje, que la verdad, no sé qué tan eficiente sea.
“Es parte del folklore de aquellos años. Y Marta lo hacía para lograr que él se casara con ella y ‘tenerlo bajo su control’, comparte Wornat con SinEmbargo.
El empresario Carlos Ahumada en su libro “Derecho de réplica”, escrito en respuesta a su detención por el caso de los videoescándalos que mostraban a René Bejarano, ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador, recibiendo fajos de billetes de parte del propio Ahumada, relata que tuvo la oportunidad de ver una vez a Fox.
Lo vio el 4 de agosto de 2003, acompañado de la entonces presidenta del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rosario Robles (hoy Secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de Enrique Peña Nieto), quien fue a casa de Rodolfo Elizondo (entonces Secretario de Turismo con Fox) para avisarle que renunciaría al PRD y a pedirle ayuda financiera para pagar unas deudas del partido.
Ahumada dice que vio a Fox cinco minutos, por lo que cita a Robles para describir al guanajuatense.
“Tengo entendido que Rosario efectivamente le comentó que renunciaría a la presidencia del PRD y le pidió ayuda con el problema económico. El Presidente Fox le dijo que sí, pero Rosario salió de esa reunión bastante desanimada. Me comentó que el Presidente estaba como ido, siempre con una pastilla en la boca, como que no le hablaba pero parecía que no estaba ahí en la reunión. Yo mismo había notado algo parecido en los pocos minutos que lo vi”, dice Ahumada en la página 163 de su libro.
La hija de Maquío, la ex Diputada federal panista Tatiana Clouthier sí llegó a verlo en ocasiones desorientad.
“No sé si toloache o no, sí puedo decir que en algunos contextos decía cosas que no hilaban o no venían al caso".
Korrodi dice que esa doble personalidad de Fox se fue asomando conforme a los años. Él no recuerda haber visto que Fox tomara algo, pero sí era claro que podía ser amable por conveniencia, y que también era despectivo con la gente que no le interesaba en cosa de segundos y eso incluía a marta antes de que hicieran oficial su relación.
Era una persona fría y a veces parecía fuera de la realidad.
Lo mismo detectó Wornat cuando pudo verlo en Los Pinos mientras preparaba sus libros.
“Tiene abruptos cambios de humor. Podía pasarse sin hablar durante días y luego regresaba a la realidad como si nada (testimonio de su ex esposa Lilian de la Concha)”, cita Wornat.
(Lilian de la Concha fue buscada por SinEmbargo para conocer su versión, que se negó a dar “por sus hijos” que así se lo pidieron).
“Lo vi dos veces en Los Pinos cuando fui a entrevistar a Marta y me impresionó por su frialdad y su lejanía de la realidad. Como si tuviera una doble personalidad, un falso self, como dicen los gringos”, continúa Wornat.
–¿Cómo lo recuerda?
Exactamente lo mismo: frío como un tempano. Con una gran capacidad para evadir los problemas personales y de gobierno. Sin empatía. Hablé con la gente que colaboró íntimamente con ellos hasta el final, y a los que ni siquiera les agradeció el trabajo realizado.
EL HISTRIÓNICO
Darío Mendoza no recuerda a Fox tomar antidepresivos, pero no descarta que luego de su operación por la caída de un caballo, ocurrida en 2001, comenzara a tomar algo. Lo que sí reconoce es que es una persona histriónica.
Un histrionismo que le costó la posibilidad de volverse a casar por la Iglesia Católica.
Casado por lo civil en segundas nupcias con Marta Sahagún el 2 de julio de 2001, el ex Presidente intentó casarse por lo religioso y para ello pidió la anulación al Vaticano de su boda religiosa con su primera esposa Lilian de La Concha, que le fue concedida en 2007, pero se le impidió volver a casarse por lo religioso. La Sacra Rota Romana, órgano encargado del asunto determinó que Fox presentaba “un grave trastorno de personalidad”, de acuerdo con información publicada por Reporte Índigo en 2007.
“A primera vista es fácil darse cuenta de la tensión existente entre la persona interior, del actor y los deberes por él realizados, tanto en los negocios como en la vida política y social, donde llegó a ocupar el gobierno supremo de la República, lo cual sin lugar a dudas pudo afectar desde dentro, incluso gravemente, su manera de ser y de actuar”, de acuerdo con el documento citado por la publicación.
Irónicamente, Fox pedía la anulación alegando que quien padecía trastornos era su ex mujer.
La sentencia no impidió que en 2009 Fox escenificara su boda religiosa con Marta Sahagún. Contrajeron matrimonio el 9 de julio en el rancho San Cristóbal, en Guanajuato, propiedad del ex Presidente. Fue encabezada por el sacerdote Alejandro Latapí, de Los Legionarios de Cristo, orden religiosa actualmente en crisis luego de los escándalos de abusos sexuales protagonizados por su fundador, el mexicano Marcial Maciel.
Lo curioso es que de acuerdo con el Sistema Informativo de la Arquidiocésis de México, los matrimonios celebrados fuera de alguna parroquia carecen de validez.
Ese es Fox.
SIEMPRE POLÉMICO
Fox no pierde vigencia ante los medios. Sus frases y propuestas roban atención.
Este año, primero dio a conocer que está a favor de la legalización de la producción legal de mariguana para consumo humano. Sorprendió porque durante su sexenio no se le conoció simpatía alguna por esta propuesta.
Después en entrevista con el periodista Fernando del Collado dijo que se llevaba de calle a todos los presidentes, incluido Benito Juárez.
Para quienes lo conocen, sólo hay protagonismo detrás de esa propuesta y esa aseveración.
En ese sentido, sabe meterse con temas que son sensibles a la opinión pública, observa Darío Mendoza, quien dice que a Fox le gusta soltar frases sobre esos asuntos, como Juárez, que sabe es una especie de símbolo para los mexicanos
Mendoza tampoco está de acuerdo con quienes critican a Fox por sus torpezas, él más bien ve que estas son planeadas.
Descarta que detrás de cada paso, cada frase esté Marta Sahagún. Fox se distinguió por tener detectados los problemas que distraían, que provocan y sabe que incluso uno de ellos es su esposa.
“Es un gran distractor, como cuando las acusaciones en contra de los Hijos de Marta estaban más fuertes, y él se sacó de la manga la demanda contra la revista Proceso”, dice Mendoza.
“Esto que está haciendo, está desesperado de cómo llamar la atención, está desesperado porque pierde presencia mediática, va a perder poder y si pierde poder corre el riesgo de que alguien lo empiece a demandar o denunciar y tenga una bronca donde no tenga contrapesos para defenderse”, interpreta por su parte Korrodi.
Para Tatiana Clouthier, quien sentía profunda admiración por él, Fox aún no termina de comprender que su Presidencia acabó en 2006.
“No se ha dado cuenta que la Presidencia acabó, que dura seis años y que vuelve a ser mortal, se quedó atorado. Su oficina la hizo como réplica de la de Los Pinos. Vicente no se dio cuenta que se acabó y que emocionalmente es un trastorno”.
En cuanto a la propuesta de la mariguana pide poner atención, porque considera que en realidad hay más personas u organismos que junto con él tienen intereses en el tema.
El ex legislador panista Juan José Rodríguez Prats, aunque reconoce méritos en Fox, si ve cierta nostalgia del guanajuatense por el poder.
“Sobre la mariguana, no me agrada que se meta en estos temas, esta en cierta resaca de lo que era como en Presidencia de estar en temas en los que pueda aportar algo y con eso tener acto en presencia”, observa.
EN FRASES
En Guanajuato gobernará Fox y no el PAN”
Sacaré al PRI de los Pinos, los aplastaré como víboras prietas y tepocatas”
Mi estimado Señor Labastida: A mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes lo mañosos, lo malos para gobernar y lo corruptos no se les va a quitar nunca”
El PAN necesita mandar de vacaciones a la Doctrina y concentrarse en la organización y en la eficacia para ganar elecciones”
Resolveré Chiapas en 15 minutos”
¿Y yo por qué?”
Pemex es igual a la Vírgen de Guadalupe, son símbolos que para los mexicanos deben manejarse con mucho cuidado”
Los migrantes mexicanos hacen trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer”
El 75 por ciento de los mexicanos tienen una lavadora y no de dos patas o de dos piernas, una lavadora metálica”
Ya hoy hablo libre; ya hablo cualquier tontería, ya no importa ya. Total, ya me voy”
Mi parte racional me dice que sólo un milagro hará que el PAN no pierda la presidencia”