El hallazgo indica algo del estilo de vida de los romanos antiguos, de cómo construían sus edificios, en lo que se llama la Era Media del Imperio Romano.
Por Frances D'Emilio
Roma, 26 de junio (AP).- Excavando el pavimento para poder construir un nuevo sistema de trenes subterráneos de Roma, los obreros se toparon con las ruinas chamuscadas de un edificio del siglo III y los restos óseos de un perro que probablemente pereció en el mismo siniestro que consumió a la estructura.
El hallazgo tuvo lugar el 23 de mayo cuando los obreros cavaban un boquete de 10 metros profundidad cerca de las antiguas Murallas Aurelianas a fin de construir la Línea C del Metro de Roma, dijeron el lunes los expertos.
"Fue una escena parecida a lo que pasó con Pompeya", dijo el Ministerio de Cultura de Italia, que comparó el hallazgo con el de los restos de la aldea destruida por el volcán Vesubio en el año 79.
"El fuego paralizó toda la vida en este ambiente y ello nos permite imaginar cómo era esa vida en un momento preciso", dijo Francesco Prosperetti, a cargo de los hallazgos arqueológicos de Roma.
Algunos expertos opinan que las ruinas eran de la vivienda de algún aristócrata, al pie de la cercana Colina Celiana, o quizás de un cuartel militar que ya se había descubierto en otra excavación para la construcción del metro.
Una de las razones por las que Roma tiene un sistema de trenes subterráneos tan pequeño es que cualquier construcción bajo la superficie inevitablemente se topa con alguna reliquia de las civilizaciones que prosperaron en el lugar.
En este hallazgo en particular se descubrió la pata de alguna mesa o banquillo, otra pata más gruesa _quizás de algún baúl_, una mesa pequeña, una mesa más grande, un pasamanos de madera, fragmentos de paredes y partes de un mosaico blanco y negro que cubría el piso.
El hallazgo indica algo del estilo de vida de los romanos antiguos, de cómo construían sus edificios, en lo que se llama la Era Media del Imperio Romano.
Los arqueólogos señalaron que el fuego endureció los artefactos, preservándolos con una solidez y pulcritud rara vez vista.
"Para estos momentos, el descubrimiento de un techo de madera calcinado representa un evento singular en la historia de Roma", dijo el ministerio.