“Colosio, el asesinato”, una película sobre Peña Nieto. Un texto de Heriberto Yépez

26/06/2012 - 10:05 am

Por Heriberto Yépez

Miguel Rodarte

Según Colosio, el asesinato de Carlos Bolado a Colosio lo mató el PRI.

No es una película sobre 1994 sino sobre 2012, año en que aún Carlos Salinas es innombrable en el cine nacional como presunto autor intelectual del asesinato de Colosio.

Esta es la tesis del film. Aunque Bolado decida no nombrarlo o mostrarlo. Salinas sólo aparece de espadas, unos segundos.

El personaje que dirige complot es “El Doctor”, asesor del presidente, actuado por Daniel Giménez Cacho (en alusión a José Córdova Montoya, a modo de siniestro neo-José Yves Limantour salinista).

Usando al Doctor como villano, la cinta protege y teme al presidente.

Colosio es un registro sobre las transacciones del cine de denuncia y el miedo a la represión.

Otro condición social que le da forma a esta obra es la pérdida de información en la población. Del guión llama la atención que con cierta frecuencia los actores forzan diálogos.

Esos malos tramos de guionismo documentan el temor de que el espectador no tenga información para entender la trama, y hay que hacer que los personajes expliquen casi todo, a veces de modo muy artificioso.

La película es una puesta en escena para deshacer otra puesta en escena.

Es arte, es decir, vía ficción dice una verdad otrora impronunciable.

Colosio es cine político contra la política-ficción de Salinas. Para denunciarle prescinden de él y otros nombres (Ruiz Massieu, Raúl Salinas, Gutiérrez Barrios, etc.) e incluso de acción; casi toda la trama es conversada.

Al final la película salva su excesiva verbalidad y reconstrucción de hechos, y se vuelve una película de plena acción.

El protagonista detective (Jose María Yazpik) es una encarnación nuestra desde 1994: aquel que construye la “verdad” a partir de incoherencias de la versión oficial y los vericuetos que refutan la tesis del asesino solitario.

Lomas Taurinas es intercambiado por una teoría de conspiración que busca explicar redes de poder y magnicidio. Y que augura que hacerlo conduce a la muerte.

El director ya declaró que si gana el PRI quizá tendrá que salir del país.

Bolado no oculta que quiere convencer a los asistentes a no votar por el PRI.

Pero no quiere que su película lo diga explícitamente, aunque sea su propósito.

Y como la omisión de nombres es la ley del film, entendemos otro componente de la desaparición de Salinas: sugerir muy sutilmente la figura ausente-presente de Peña Nieto.

Aunque el director no lo diga (o incluso no lo sepa conscientemente), Peña Nieto aparece en la película.

El “hermano del Licenciado” (presunto Mario Ruiz Massieu interpretado por Miguel Rodarte) es presentado como un político guapo, corrupto e ignorante —le reclama a su hermano gastar mucho en libros— a quien al final le cae del cielo un gran puesto.

El “hermano del Licenciado” bonito, bobo y ganón es Peña Nieto.

La película, en suma, dice lo que calla. Y lo que calla es un claro mensaje:

No votes por Peña Nieto; ese personaje inculto está involucrado en una gran red delictiva, corruptela y dinero sucio.

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