Donald Trump alcanzó el número de delegados necesario para asegurar la nominación republicana para la presidencia. En ese contexto, Barack Obama habló sobre la campaña de las primarias presidenciales estadounidense durante una conferencia de prensa en Japón y dijo que los líderes mundiales están sorprendidos por el magnate inmobiliario Donald Trump, pues no saben hasta qué punto pueden tomarse en serio sus palabras. Asimismo, dijo que la larga lucha entre Hillary Clinton y Bernie Sanders están debilitando al partido y hacen que las campañas se tornen “gruñonas”.
Por Nancy Benac
Japón, 26 de mayo (AP) — Los líderes mundiales que están “inquietos” por el más que probable candidato presidencial republicano, Donald Trump, tienen buenas razones para sentirse así, dijo el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que acusó al aspirante de ignorancia sobre cuestiones internacionales.
Expresando su opinión sobre la carrera demócrata para sucederle, Obama también restó importancia a las preocupaciones sobre que la larga lucha entre Hillary Clinton y Bernie Sanders en las primarias esté debilitando al partido, y señaló que sus crecientes ataques cruzados son parte inevitable porque las campañas se tornan “gruñonas”.
Obama habló sobre la campaña de primarias presidenciales estadounidense durante una conferencia de prensa en Japón, donde asiste a una cumbre del G-7, y dijo que los líderes mundiales están sorprendidos por el magnate inmobiliario y no saben hasta qué punto tomarse en serio sus palabras.
“Les inquieta, y con buen motivo”, comentó el Presidente. “Porque muchas de las propuestas que ha hecho muestran o bien ignorancia sobre asuntos internacionales o una actitud arrogante, o un interés en obtener tuits y titulares”.
Obama señaló que esa estrategia contrasta con una campaña que aborde desde la reflexión qué hace falta para mantener a Estados Unidos a salvo y próspero, y “mantener al mundo en un rumbo firme”.
En su rueda de prensa, Obama rechazó las peticiones de que Sanders y Clinton se apresuren a resolver las primarias para que los demócratas puedan unirse en el apoyo a un candidato, y alegó que a diferencia de los republicanos, los aspirantes demócratas de este año no son tan diferentes ideológicamente hablando. El presidente comparó la dura campaña en curso con la que él libró con Clinton en 2008.
“Durante las primarias, la gente se vuelve gruñona con los demás. Aparece el partidario de alguien y hay un cierto resentimiento acumulado”, dijo Obama.
Obama instó a los dos aspirantes demócratas a “intentar atenerse a los problemas”, y añadió que el mal humor a menudo deriva de las frustraciones de los votantes cuando la campaña se ve dominada por conversaciones sobre “personalidades y carácter”.
“ES BUENO QUE LÍDERES ESTÉN INQUIETOS”: TRUMP
Donald Trump señaló que es “bueno” que los líderes mundiales estén “inquietos” por sus controvertidos comentarios en política exterior, en respuesta a las declaraciones del Presidente estadounidense.
“Eso es bueno. Cuando inquietas a alguien, eso es bueno”, dijo Trump en una conferencia de prensa en Bismarck, Dakota del Norte.
“Muchos de los países del mundo han estado abusando de nosotros absolutamente, aprovechándose de nosotros. Si están inquietos de una manera amigable, eso es una buena cosa, no mala”, agregó.
Además, recalcó que “Obama ha hecho un trabajo horrible”.
ALCANZA LA NOMINACIÓN
Donald Trump alcanzó el número de delegados necesario para asegurar la nominación republicana para la presidencia. Su triunfo completa un ascenso sorpresivo que ha puesto de cabeza el panorama político y sienta las bases para una campaña otoñal aún más encarnizada.
Trump se puso en la cima del conteo de delegados de The Associated Press por un pequeño número de delegados sin consolidar que dijeron el jueves a la AP que lo apoyarán en la convención.
Se requieren 1,237 delegados para ganar la nominación presidencial republicana. Trump ha alcanzado 1,238. Con 303 delegados en juego el 7 de junio, Trump fácilmente aumentará su total, evitando una convención impugnada este verano.
Trump es un político neófito que durante años entregó el comentario cáustico al margen, pero nunca se postuló para un cargo.
“REVOLTOSOS”, EN LAS PROTESTAS
Un día después de que estallara un disturbio afuera de la sede de un acto de campaña del precandidato presidencial republicano Donald Trump, funcionarios de Albuquerque llegaron a la conclusión que la violencia tuvo menos relación con una protesta política que con un grupo revoltoso determinado a utilizar el evento para sembrar desorden.
Algunos participantes admitieron abiertamente que salieron a causar interferencia. Muchos entre la multitud fueron vistos con tatuajes de pandilla y en un momento determinado cantaron ante partidarios de Trump que ellos controlaban las calles.
“Me desperté con una resaca y otras cosas”, dijo Chelsea Rae Gray, de 24 años y dedicada a la música. “Y entonces dije, ‘a ver en qué tipo de caos nos podemos meter”’. Agregó que fue a la protesta vestida con pijama y robó algunas camisetas de la campaña de Trump a unos vendedores durante la confusión.
“Luego las quemé”, dijo.
Cuadrillas de limpieza pasaron el miércoles retirando vidrio roto y escombros quemados en la ciudad más grande del estado con mayor cantidad de hispanos en la nación. El alcalde y la policía estaban evaluando el daño que se extendió varias manzanas cerca de la histórica Ruta 66.
La violencia se desató cerca del sitio donde ocurrieron hace dos años tumultuosas protestas contra la policía, detonadas por acusaciones de excesivo uso de la fuerza por parte de agentes.
La manifestación del martes se convirtió rápidamente de una oposición política pacífica a un caos. Algunos policías y sus caballos resultaron heridos en enfrentamientos con manifestantes, quienes patearon patrullas y rompieron ventanas con piedras, dijeron las autoridades.
“Fue un disturbio que fue resultado de una turba que trataba de ocasionar daño a propiedad pública y lesiones a ciudadanos inocentes que ejercían su derecho constitucional a realizar una reunión pacífica”, dijo Dan Lewis, concejal de la ciudad.
La protesta, organizada originalmente por grupos intercesores conocidos por emplear tácticas no violentas, comenzó con los manifestantes reuniéndose al otro lado de la calle frente al Centro de Convenciones de Albuquerque, donde realizaba su acto de campaña Trump. Algunos activistas llevaron a sus hijos, quienes ondeaban carteles en contra de Trump ante partidarios del precandidato republicano que llegaban a escucharlo. Otros activistas ondeaban banderas mexicanas y estadounidenses. Uno cargaba una piñata.
Justo cuando iniciaba el discurso de Trump, algunos manifestantes lanzaron botellas de agua a partidarios del empresario, golpeando incluso a Dereck Scott, un hombre de 37 años en una silla de ruedas. “Tengo derecho a apoyar a quien yo quiera”, dijo Scott, cuya cabeza estaba roja donde fue golpeado; no requirió atención médica.