El portavoz de la Casa Blanca,Sean Spicer, reveló que para que México pague por el muro, valuado en 12 y 15 mil millones de dólares, Trump busca imponer un arancel de 20 por ciento a las importaciones mexicanas. El cruce de declaraciones ríspidas entre los mandatarios de México y EU, muchas a través de Twitter, rompen la diplomacia y el entendimiento que prevalecía entre las dos naciones desde hace más de dos décadas.
Por María Verza y Luis Alonso Lugo
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La tensión entre México y Estados Unidos crece a cada minuto con la cancelación del encuentro que los presidentes tenían previsto el 31 de enero y el cruce de declaraciones ríspidas, muchas a través de Twitter, que rompen la diplomacia y el entendimiento que prevalecía entre las dos naciones desde hace más de dos décadas.
“Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes”, tuiteó el jueves el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto horas después de que su homólogo estadounidense señalara que el encuentro no tenía sentido si México se negaba a costear la barrera fronteriza.
“Si México no está dispuesto a pagar el muro tan necesario, entonces sería mejor cancelar la próxima reunión”, tuiteó el republicano.
Más tarde, lejos de apaciguar las cosas, en una intervención ante legisladores republicanos en Filadelfia, quien llamó violadores y criminales a los mexicanos durante su campaña electoral, pidió respeto a su vecino del sur. “A menos que México trate a Estados Unidos justamente, con respeto, tal reunión sería inútil y quiero tomar otra ruta. No tengo opción”.
Trump aseguró que la cancelación del encuentro fue de mutuo acuerdo y que su gabinete trabaja en un proyecto de reforma fiscal que reducirá el déficit comercial, incrementará las exportaciones estadounidenses y generará ingresos desde México “que pagará por el muro si decidimos tomar esa ruta”.
Minutos más tarde, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo a periodistas a bordo del avión presidencial que Trump busca imponer un arancel de 20 por ciento a las importaciones mexicanas para financiar la construcción del muro.
Spicer agregó que Trump conversó sobre la idea con legisladores de alto rango y desea incluir la propuesta en el proyecto de reforma fiscal con la intención de generar un ingreso por 10 mil millones de dólares anuales procedentes de México y “financiar el muro fácilmente”.
Sin embargo, momentos más tarde dijo que la medida es tan solo una de varias opciones que se discuten para pagar el muro en la frontera sur, pues aún no toma una decisión final sobre la manera en que Estados Unidos recuperaría los gastos del muro fronterizo que propuso.
El cruce de declaraciones, que tienen las redes sociales como principal escenario, es algo inédito en las relaciones de ambos países, que durante las últimas dos décadas habían disfrutado de unas relaciones estratégicas a pesar de algunos altibajos.
“Hay un cambio en el entendimiento que había operado en últimos 22 años, en el que México figuraba como socio estratégico. Trump rompe eso de forma unilateral”, explica Isidro Morales, investigador experto en Norteamérica de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Según Morales, ahora Washington quiere imponer su agenda y su papel hegemónico y México ha pasado “de ser aliado a ser desafío”, con lo que deja de ser la puerta de entrada a Estados Unidos como era hasta ahora.
Sin embargo, al margen de la retórica, los analistas subrayan que el nivel de interdependencia económica de ambos países se mantiene aunque sea una relación desigual.
Tal vez por eso, después del cruce ríspido de mensajes presidenciales, el propio Peña Nieto escribió en otro tuit que “México reitera su voluntad de trabajar con los Estados Unidos para lograr acuerdos en favor de ambas naciones” y el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, señaló a la prensa que buscarán reprogramar la cita “en el futuro”.
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En las calles, mientras tanto, se ve con buenos ojos que no haya cita. “Basta de groserías y malos tratos, dice un refrán que a donde no te quieran que no vayas, así que mejor no ir”, afirmó Magda Hoffmann, una mexicana jubilada de la capital.
La tensión comenzó a subir el martes por la noche cuando en vísperas de la primera visita de miembros del gabinete de Peña Nieto a Washington, Trump anunció que aprobaría en esa jornada las polémicas medidas migratorias y la construcción de la barrera fronteriza.
Un día después, Peña Nieto endurecido su tono en un discurso televisado. “Lamento y repruebo la decisión de Estados Unidos de continuar la construcción de un muro que lejos de unirnos nos divide (…) México ofrece y exige respeto”.
Numerosos líderes políticos habían pedido al mandatario anular la cita desde antes de que Trump se pronunciara el miércoles sobre el tema pero, una vez más, los tuits del estadounidense se adelantaron a la cancelación oficial del encuentro.
“Yo creo que la diplomacia en general no se conduce por Twitter”, lamentó el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, en declaraciones a Radio Fórmula.
Trump insistió durante su campaña electoral en que México absorberá el costo de la obra pese a las reiteradas negativas de Peña Nieto. Sin embargo, el presidente mexicano reiteró el miércoles su país no costearía tal obra. “Lo he dicho una y otra vez: México no pagará ningún muro”, subrayó.
Trump afirmó también el jueves en Twitter que Estados Unidos tiene un déficit comercial con México de 60 mil millones de dólares y agregó que “ha sido un convenio beneficioso para una sola de las partes desde el inicio de TLCAN, con grandes cantidades de empleos y empresas desaparecidas”.
Trump prometió en su campaña renegociar el tratado comercial suscrito con México y Canadá alegando que perjudica a los trabajadores estadounidenses.
Los secretarios de Economía, Ildefonso Guajardo, y de Relaciones Exteriores, Luis Videragay cerraban el jueves en Washington una visita de dos días a la capital estadounidense, durante la cual han evitado a los medios de comunicación.
El periodista de AP Luis Alonso reportó desde Washington