La empresa TransCanada, ganadora de la licitación del gasoducto marino Texas-Tuxpan en México, mantiene un proceso de impugnación en Estados Unidos por el proyecto Keystone XL. Quienes rechazan la construcción del oleoducto lo hacen por razones ambientales: mencionan los riesgos de derrames en la ruta, la contaminación que produce trabajar con arenas bituminosas, el impacto sobre el calentamiento global y los posibles efectos sobre fuentes de agua e irrigación. No obstante, la Comisión Federal de Electricidad de México le otorgó la licitación de un contrato de 2 mil 727 millones de dólares.
Ciudad de México, 25 de julio (SinEmbargo).– TransCanada Corporation, la empresa ganadora de la licitación del gasoducto marino Texas-Tuxpan en México, mantiene un proceso de impugnación en Estados Unidos por un proyecto de oleoducto que tendría un impacto negativo en el medio ambiente.
El propio Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó la cancelación del proyecto y obligó a que fuera rediseñado. Pero TransCanada sigue litigando en tribunales debido a la presión que ejercieron ciudadanos, activistas y organizaciones civiles.
En México, sin embargo, no tuvo complicación alguna para amarrar un proyecto similar. El pasado 13 de junio, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) otorgó el gasoducto marino Texas-Tuxpan a Infraestructura Energética Nova (IEnova), en asociación con TransCanada Corporation, con un contrato de 2 mil 727 millones de dólares, menor a la estimada por la dependencia que era de 3 mil 100 millones de dólares. El director de CFE era Enrique Ochoa Reza, actual presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Ambas empresas serán responsables de la total implementación del proyecto, incluyendo la obtención de los permisos, la adquisición de los terrenos y derechos reales, la ingeniería, procura, construcción, financiamiento, operación y mantenimiento.
El proyecto estará respaldado por un contrato a 25 años para transportar 2 mil 600 millones de pies cúbicos por día de gas natural con la empresa estatal de energía eléctrica mexicana.
TransCanada espera invertir unos mil 300 millones de dólares en la sociedad para construir el ducto de 42 pulgadas de diámetro y 800 kilómetros de longitud, que estaría en operación a finales de 2018.
En un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), TransCanada dijo que desarrollará, operará y poseerá un 60 por ciento del proyecto, y el restante 40 por ciento estará en manos de IEnova, subsidiaria de Sempra Energy.
La empresa TransCanada es propietaria del oleoducto Keystone XL que actualmente mantiene un proceso de impugnación en los tribunales federales de Estados Unidos.
Diferentes grupos ecologistas, ciudadanos y políticos de ese país han expresado su preocupación por los posibles efectos negativos del proyecto. Los principales problemas son el riesgo de derrames de petróleo a lo largo de la tubería porque atravesaría terrenos muy sensibles. Se teme que un posible derrame contamine los suministros de agua y dañe a las aves migratorias que habitan cerca de esa zona y a otros animales.
EL POLÉMICO PROYECTO
En enero de 2012, el Presidente Barack Obama rechazó la solicitud en medio de protestas sobre el impacto de la tubería en la región de Sandhills en Nebraska por lo que TransCanada cambió la ruta propuesta original de Keystone XL para minimizar la “perturbación de la tierra, los recursos hídricos y las zonas especiales”. La nueva ruta fue aprobada por el anterior Gobernador de Nebraska, Dave Heineman, en enero de 2013.
El 18 de abril de 2014, el Gobierno de Obama anunció una extensión de la revisión del polémico oleoducto. El 9 de enero de 2015, el Tribunal Supremo de Nebraska despejó el camino para la construcción de Keystone XL, y ese mismo día, el Congreso votó a favor de la tubería.
El 29 de enero de 2015, el oleoducto Keystone XL fue aprobado por el Senado de Estados Unidos, pero el 24 de febrero el proyecto de ley fue vetado y regresó a la acción del Congreso.
El 2 de noviembre de 2015, TransCanada pidió a la administración de Obama no suspender su solicitud de permiso para la Keystone XL, sin embargo, el día 6 el Presidente de Estados Unidos rechazó la construcción del oleoducto Keystone XL que transportaría petróleo desde la región canadiense de Alberta hasta el estado estadounidense de Nebraska.
“El Departamento de Estado ha decidido que el oleoducto Keystone XL no cumple con los intereses nacionales de Estados Unidos. Yo coincido con esa decisión”, sostuvo Obama durante una breve comparecencia.
Keystone XL, cuya construcción fue propuesta por primera vez hace 8 años, tendría una extensión de mil 900 kilómetros.
Obama fundamentó su decisión con el argumento de que el proyecto no iba a contribuir a reducir los precios de la gasolina en Estados Unidos, ni crearía empleos estables en ese país ni ayudaría a reducir su dependencia de fuentes energéticas foráneas.
Keystone XL estaba pensado para transportar unos 830 mil barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido. Habría unido cadenas ya existentes de oleoductos entre los países y eventualmente llegaría al Golfo de México.
TransCanada Corporation, la empresa canadiense que impulsaba el proyecto y que ganó la licitación para construir un gasoducto marino en México, ratificó que seguía plenamente comprometida con la construcción del oleoducto y anunció que revisaría todas sus opciones incluyendo la posibilidad de solicitar un nuevo permiso ante las autoridades estadounidenses.
ARGUMENTOS EN CONTRA
Quienes rechazan la construcción del oleoducto Keystone XL lo hacen mayoritariamente por razones ambientales.
Mencionan los riesgos de derrames en la ruta, la contaminación que produce trabajar con arenas bituminosas, el impacto sobre el calentamiento global y los posibles efectos sobre fuentes de agua e irrigación.
También argumentan que no ayudaría a Estados Unidos a alejarse de la energía fósil y sus efectos contaminantes.
En abril de 2014, un grupo de diez ganadores del Premio Nobel de la Paz se sumó a los opositores del proyecto, al pedirle en una carta abierta al Presidente Obama que no aprobara su construcción.
Entre los firmantes se encontraban el ex Presidente estadounidense Jimmy Carter, la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú y el activista argentino Adolfo Pérez Esquivel.
También ha habido oposición entre algunos rancheros por el uso de la propiedad privada para el oleoducto.
FONDOS DE PENSIÓN QUIEREN NEGOCIO
Grupos que incluyen fondos de pensión canadiense están planeando ofertar esta semana una participación minoritaria en el negocio de tubería mexicana de TransCanada –líder en infraestructura energética– por un valor de 2 mil millones de dólares, de acuerdo con fuentes consultadas por Bloomberg.
“Canada Pension Plan Investment Board, Public Sector Pension Investment Board and Borealis Infrastructure Corp. han formado un consorcio para hacer una oferta por la participación de al menos 49.9 por ciento del negocio”, expone el texto de la agencia.
Caisse de Depot et Placement du Quebec’s y CKD Infraestructura Mexico también se están preparando para la participación, añadieron las fuentes que solicitaron el anonimato.
Al menos otras tres empresas están explorando las ofertas.
“Estamos en el proceso de buscar inversores pasivos para realizar una participación minoritaria en el negocio de gas natural en México”, dijo un vocero de TransCanada. “No estaremos dando otros datos o respondiendo a especulaciones hasta que el trato sea anunciado”, añadió por correo electrónico.
Representantes de CPPIB, Borealis, PSP y Caisse declinaron hacer comentarios, especificó Bloomberg.
México representa una oportunidad única para los fondos de pensión canadiense, que tienen una larga trayectoria de inversión en infraestructura en el mundo.
Canada Pension y Ontario Teachers’ Pension Plan hicieron equipo con un socio local en junio para hacer su primera inversión en infraestructura mexicana.
TransCanada, con sede en Calgary, busca vender su participación minoritaria en la tubería de México para ayudar a financiar la millonaria compra de Columbia Pipeline Group Inc., anunciada en marzo. La compañía también está tratando de vender una cartera de plantas de energía comerciante en Estados Unidos para ayudar a financiar la transacción.
La compañía da a México acceso al gas natural para plantas de generación de energía eléctrica.
La red de gasoductos de gas natural de TransCanada se extiende por más de 68 mil kilómetros conectándose virtualmente con todas las cuencas de gas más importantes en América del Norte. En total, TransCanada transporta aproximadamente el 20 por ciento del gas natural que se consume en América del Norte cada día.
Además de proveer servicios de transporte de gas natural, TransCanada es uno de los más grandes proveedores de servicios relacionados al almacenamiento de gas natural con más de 400 mil millones de pies cúbicos de capacidad.
En México actualmente tiene tres sistemas de gasoductos.