Xiomara Correa dibuja la surrealista historia de amor que surge entre una chica y un caballo.
"Me han llamado zoofílica y yonqui, pero a mí me da igual (...). Cuando empiezas a dibujar y no tienes ningún tipo de censura, te liberas", explica en una entrevista con Eldiario.es
Madrid/Ciudad de México, 25 de abril (ElDiario.es/SinEmbargo).- La portada produce extrañeza, las primeras páginas pueden llegar a incomodar, pero en la página 20 es imposible dejar de leer. Mi novio Caballo es un cómic protagonizado por una pareja formada por una treintañera y un caballo porque, de acuerdo con su creadora Xiomara Correa, fue lo "más bestia" que se le ocurrió.
Escenas de sexo entre Chavala y Caballo, fiestas descontroladas en yates y pisos de amigos, drogas de todos los colores... ¿qué es lo que inspiró a la autora? "Me encanta el sentido del humor, las gilipolleces supinas, cuando empiezas a dibujar y no tienes ningún tipo de censura, te liberas. Liberas tu gilipollez total", explica Correa, que tiene 34 años y es de Vigo, una ciudad al noroeste de España. "A partir de ahí, empecé a pensar en una historia y con una pareja. Entonces pensé en un caballo porque era lo más bestia que se me ocurrió", argumenta.
La obra relata la historia de una pareja desde que se conoce en un concierto de Amy Winehouse, hasta que deciden irse a vivir juntos. Las amigas de ella alucinan porque ha terminado con un caballo; la familia de él también se muestra contrariada porque ha terminado con una humana.
La artista reconoce que hablar de semen, historias de amor entre humanos y animales, e incluso sobre relaciones de pareja estables no es lo más fácil del mundo. "Me han llamado zoofílica y yonqui, pero a mí me da igual. Estamos hablando de una fábula, de una fantasía. A ver si fuera un encargo... pero esto me lo pido yo a mí misma", dice Correa. Además de dibujar, se dedica a la producción de artes gráficas y, antes de conseguir su primera publicación, autoeditaba sus cómics y los vendía en bares y librerías.
"Empecé haciendo viñetas y subiéndolas a internet. Cuando tenía muchas empecé a montarlas en pliegos grapados y los comencé a llevar a un bar de Vigo", el bar era al que acudía cada fin de semana y sus principales lectores eran sus propios amigos. "Cuando tuve muchos pliegos, me hice una autoedición que empecé a vender también en la universidad y allí donde me dejaban, básicamente", añade.
Lo único que le importa, en cuanto a la temática de este cómic de 160 páginas y editado por Reservoir Books, es "no ser soez o vulgar". "Me da absolutamente igual lo políticamente correcto", defiende varias veces durante la entrevista. "Lo empecé porque la gente que me conocía se partía el culo, después vi que la gente que no me conocía también se partía el culo. Y la verdad es que todos somos así [como muestra en su fábula] y lo políticamente correcto lo dejo para el trabajo".
Pero, ¿qué podemos aprender de esta fábula? Xiomara lo tiene bastante claro: es una lección de vida cotidiana, de lo que nos puede pasar a todos cuando te acercas a la treintena. "Todos los personajes están basados en la vida real. Por ejemplo, está el Majete o el Enano Punki, son personajes que todos podemos ser. Está hecho para que la gente se identifique, se enganche y para que toda la historia tenga cierto mimetismo con la realidad", asegura.
Si el protagonista no fuera un caballo, "no haría nada de gracia", dice. "Lo podría comprobar en Facebook. Ver a un caballo en una cama con sábanas rosas es muy básico y da risa. De lo contrario, sería una historia normal", y si algo diferencia a la obra de Xiomara es que no es normal. "El cómic es punk, desde luego. Siempre lo he sido y siempre lo seré. Aunque vaya con camisa, soy una punk", explica con orgullo.
"Mis dibujos son bastante simples... no quiero fardar de nada. Creo que la historia es lo que cuenta, lo más divertido. Puedes ser un virtuoso, pero ser muy aburrido y que nadie te entienda", afirma Xiomara.
Todavía no tiene claro si habrá segunda parte de Mi novio Caballo, pero ya tiene entre manos una novela gráfica que se llamará Vida Real sobre una relación de pareja que no es estable y donde no habrá caballos.