México, 24 Ene. (Notimex).- El proceso de rehabilitación de Teposcolula, la capilla abierta más grande de México, ubicada en la Mixteca Alta, Oaxaca, ha sido registrado en un documental, que transmitirá el sábado próximo Canal 22.
Se trata del documental «Teposcolula, una capilla abierta a las nubes», en el que se aborda además la historia e importancia que tuvo el recinto en los ámbitos religioso, político y económico, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La capilla, rescatada por especialistas del INAH, se ubica dentro del conjunto conventual de San Pedro y San Pablo Teposcolula, localizado en la Mixteca Alta, en Oaxaca, y por sus dimensiones, volumetría e iluminación es considerada la obra arquitectónica más importante construida en el siglo XVI, en México.
A lo largo de 53 minutos, los televidentes podrán conocer los trabajos implementados en las cubiertas del templo cerrado y el claustro del ex convento, así como de la restauración de valiosas obras religiosas que aún conserva el conjunto, como su retablo barroco, esculturas y pinturas de los siglos XVII y XVIII.
El largometraje, realizado por Ana Cecilia Martorell y dirigido por Alfonos Basaldúa, recoge los testimonios del arquitecto Juan Urquiaga Blanco, encargado de la ejecución del proyecto de atención arquitectónica del inmueble histórico y del arquitecto Enrique Lastra de Wit, responsable de la rehabilitación de la capilla abierta.
En «Teposcolula, una capilla abierta a las nubes» destaca la crónica de la restitución de la bóveda de la ermita abierta de Teposcolula, la cual había colapsado a causa de sismos desde finales del siglo XIX.
El arquitecto Juan Urquiaga explicó que en Teposcolula, además de la capilla abierta, se hizo la consolidación de las bóvedas de la cubierta y trabajos de rehabilitación estructural en el templo cerrado.
Mencionó que para restaurar la ermita abierta, fue necesario corregir el daño estructural de columnas y arcos que sostienen la bóveda para protegerla de futuros daños por sismos, utilizando métodos de construcción y materiales usados en la época colonial.
La cantera original se ubicó en un cerro a varios kilómetros del poblado actual, de donde cinco siglos antes se extrajeron las canteras rosas y grises que se utilizaron para construir la capilla abierta, también conocida como «Capilla de indios».
En el programa se refiere cómo, el arquitecto Lastra de Wit, por medio de cálculos geométricos, pudo reconstruir la traza original de base hexagonal con que fue diseñada la bóveda.
La capilla abierta de Teposcolula, que mide 15 metros de altura por 43 de largo y 11 de fondo, destaca por sus cinco arcos de medio punto, dos enormes contrafuertes cuadrados que sobresalen exentos del gran ábside, terminados en arcos y su bóveda central de tracería de influencia gótica, decorada con nervaduras en forma de flor de lis, y con rosetones en forma de estrella.
El espacio arquitectónico es testimonio de la enorme empresa evangelizadora, emprendida por los frailes dominicos en el siglo XVI, quienes se empeñaron en hacer que los indígenas mixtecos abandonaran sus antiguas creencias y sacrificios, escenificando fastuosos ritos eclesiásticos al aire libre.
En la parte opuesta del atrio, aún se conserva, totalmente restaurada por la Fundación Harp Helú, la Casa de la Cacica, palacio indígena del siglo XVI que sintetiza la arquitectura prehispánica con el estilo novohispano.
Es de mencionar que el ex convento de Teposcolula se creó entre 1552 y 1582, y que forma parte de la Ruta de los Conventos Dominicos en Oaxaca, junto con Yanhuitlán y Coixtlahuaca. Los tres representan la filosofía y preceptos que los dominicos buscaron plasmar desde la época de la evangelización.