LOS QUE NO PROBARÁN BOCADO

23/12/2011 - 12:00 am

De todas las del año, la cena de Noche Buena es la más cara. Y los mexicanos son poco proclives a sustituir los ingredientes en la mesa. Como en otras navidades, esta noche no escatimarán en nada.

A pesar de la crisis y que los precios aumentaron con respecto al año pasado, la cena en las familias mexicanas típicas se efectuará con los platos que se han vuelto tradicionales, según las diversas regiones del país: pavo, romeritos, ensalada de Nochebuena o tamales, pozole, piernas o lomos. Este es el rostro de la Navidad 2011: apenas con una leve mejora en los bolsillos, a costa del aguinaldo, pero con gran disposición para una cena generosa.

De acuerdo con el sondeo que realiza cada año la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), este 24 diciembre las cenas incluirán en primer lugar al pavo, en segundo a la pierna y en tercero a los romeritos. Nadie mencionó al pozole para la cena navideña como un platillo que bien puede incluirse para abaratar el costo del festejo. La bebida más consumida será la sidra y, después, el tequila. Por todo, los mexicanos gastarán en promedio 737 pesos. En comparación con el año pasado, un 37.7% de los entrevistados dijo que el gasto será mayor, mientras que para 36.1% será igual. Un 23% expuso que será menor.

Este ejercicio, la Profeco lo realiza en una muestra de 181 personas de ingresos bajo, medio y alto en el Distrito Federal.

Alejandro Celis Albarrán, director de Estudios sobre el Consumo de la Profeco explica que en otras celebraciones, los mexicanos muestran más proclividad al ahorro mediante el abaratamiento de los costos de sus comidas; por ejemplo en Año Nuevo hay quien considera al pozole. En Navidad, las familias suelen respetar la tradición de cenar con exquisitez.

 

Los aumentos

Este 2011, el precio del pavo registrará un aumento de 6% con respecto a 2010, algo mínimo según la Sección de Productores de Guajolote de la Unión Nacional de Avicultores (UNA) si se considera que los costos de producción, en especial la de los granos, han aumentado en 25% desde 2008.

El costo de la sidra va de 52 a 98 pesos en los almacenes de denominación conocida. No se observa incremento en esta oferta que incluye producción nacional e internacional; en este último caso, sobre todo de España.

En México, el mayor potencial de esta bebida se ubica en Hidalgo, Puebla y Chihuahua. La zona de Huejotzingo, en Puebla, concentra a las empresas sidreras más emblemáticas.

Ese municipio cuenta con unas 120 hectáreas cultivables para pera y manzana. El 40% de la cosecha de este año se perdió debido al mal clima, pero la sidra para 2011 no tuvo afectaciones: el néctar está en barricas desde hace tres años con el fin de lograr su fermentación.

 

Algo íntimo

La cena de Noche Buena es un festejo más íntimo que la de Año Nuevo y se efectúa en la familia nuclear. No se extiende en las ramas genealógicas, por lo que son menos los invitados a la mesa.

La reunión ocurre en casas adornadas. Series de iluminación, nacimientos  y árboles son los principales aditamentos en el ambiente. El costo de adornar las casas, esta vez, será de 627 pesos. El 85% de los entrevistados en el sondeo respondió que invirtió en ello. Profeco no preguntó si recurrieron al reciclaje, pero ninguno de los entrevistados lo precisó.

 

La economía, punto flaco

La economía ha mejorado, pero no en forma determinante. No obstante, hay buen ánimo de compra para la Navidad, particularmente alentada por el pago de los aguinaldos en quienes son asalariados formales. “En lo individual (el mexicano) se percibe mejor y está dispuesto a gastar más”, expone Alejandro Celis Albarrán, director de Estudios sobre el Consumo de la Profeco, al referirse a los años pasados en los que la crisis financiera mundial –que no ha terminado–golpeó con toda su fuerza.

El crecimiento que mostró la economía mexicana en el primer semestre del año se reflejó en una relativa recuperación de las condiciones en el mercado laboral, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

El porcentaje de la población ocupada que no percibe ingresos por su trabajo o que gana hasta dos salarios mínimos disminuyó en los primeros seis meses de 2011, respecto al mismo periodo de 2010, mientras que el de aquellos cuya remuneración es superior a cinco salarios mínimos, aumentó.

El INEGI reportó que, incluso, el salario mínimo real aumentó 0.70% en la primera mitad del año.

 

Muchos no tendrán acceso a la cena

La recesión económica iniciada en Estados Unidos a finales de 2007 impactó de forma frontal en México al sumar 3.2 millones de personas a las filas de la pobreza, de acuerdo con el más reciente estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

De esta forma, el número de personas en situación de pobreza en México subió de 48.8 millones a 52 millones entre 2008 y 2010, lo que significa que 46.2% de la población se encuentra en esa situación, contra 44.5% de 2008.

El 46.2% de la población pobre se concentra, particularmente, en Veracruz, Guanajuato, Chihuahua, Oaxaca y Baja California.

Además, la pobreza extrema, la que tiene tres o más carencias sociales, pasó de 10.6% a 10.4% de la población total, con lo que se mantiene en el nivel de 11.7 millones de personas; mientras que el número de personas vulnerables por ingreso pasó de 4.9 millones en 2008 a 6.5 millones en 2010.

Otro indicador de ese estudio es el porcentaje de personas con carencia por acceso a la alimentación, que pasó de 21.7% (23.8 millones de personas) a 24.9% (28 millones) entre 2008 y 2010.

Es decir, 28 millones de mexicanos se encuentran en crisis alimentaria y esta Navidad no tendrán acceso a una cena. Es la última cifra que brindó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social sobre las personas con la alimentación más precaria.

Esto permite dimensionar la magnitud de los desafíos que aún enfrenta el Estado mexicano para erradicar las enormes diferencias económicas en el país, especialmente en aquellas regiones y grupos sociales más desfavorecidos y rezagados. Mientras esa desigualdad continúe y la mayoría de los mexicanos no puedan tener una cena digna en Navidad y una buena alimentación durante todo el año, poco o nada hay por festejar.

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