RIO DE JANEIRO, 22 ago (Xinhua) — Ubicado en el estado brasileño de Pará (norte de Brasil y en plena selva Amazónica), el municipio de Monte Alegre se ha convertido en visita obligatoria para todos los amantes de la arqueología.
En el lugar se aprecian las pinturas rupestres y restos de cerámicas con más de 11 mil años de antigüedad que se encontraron en la zona.
El descubrimiento de las pinturas llevó a las autoridades regionales a crear en 2001 el Parque Estatal de Monte Alegre, con el fin de proteger las pinturas que hasta el momento se consideran las más antiguas en América.
Las pinturas encontradas se encuentran repartidas entre paredes de roca, cuevas y grutas, en 19 sitios de la región. Estos se agrupan en tres sierras distintas: la llamada Ereré, la de Paituna y la de Bode o Aroxi.
Ereré, que significa “otra vez adiós”, y Paituna “lago de las aguas negras”, son dos sierras cercanas, a 300 metros y 200 metros de altura, respectivamente.
Las pinturas encontradas, que representan cacerías y hogueras, están en los puntos más altos de ambas sierras, en paredes muy inclinadas y muy difíciles de subir.
El primer registro de las pinturas data de 1848, cuando el naturalista inglés Alfred Wallace las encontró y dijo que parecían ser muy recientes porque eran muy nítidas. Muy posteriormente se comprobó que las pinturas tenían más de 11 mil años.
El hecho sorprendente de que se encuentren en plena selva amazónica, y se explica porque en aquella época, el ambiente amazónico no era tan tropical como el actual y existían grandes zonas de sabana seca.
En ese entonces, el río Amazonas en aquella época tenía un nivel más bajo que el actual, lo que permitiría la existencia de pequeñas poblaciones aisladas de recolectores.
Varios antropólogos creen que el primer hombre del continente americano era brasileño y residía en el conjunto de cuevas de Monte Alegre.
A inicios de los años 90, la estadounidense Anna Roosevelt dirigió un equipo internacional que excavó en la Caverna de la Piedra Pintada, el más grande de los sitios arqueológicos de Monte Alegre y en el que nadie había entrado antes.
El equipo recogió 14 puntas de lanzas y flechas en piedra lascada esculpidas por la tribu de la Piedra Pintada, así como restos carbonizados de alimentos y muestras de deshechos humanos.
Tras ser analizados con carbono 14 (el método empleado por los arqueólogos para determinar la edad de materiales prehistóricos), se comprobó que los objetos tenían 11 mil 200 años.
Ello sitúa, en el peor de los casos, a los antiguos habitantes de Monte Alegre en contemporáneos de los habitantes de Clovis (estado de Nuevo México, EU), considerados hasta el descubrimiento de Monte Alegre como la civilización prehistórica de más antigüedad de todo el continente americano.
La divulgación de los restos arqueológicos de Monte Alegre también tiene su lago negativo. Tras ser conocido mundialmente, el flujo de turistas aumentó, de forma descontrolada, con lo que muchas de las pinturas que estaban intactas hasta hace pocos años, ya parecen dañadas.
El propio gobierno regional, que estimula el turismo en la región, no tiene ninguna política de preservación o de cualquier estructura de soporte adecuado para la actividad.