El abandono escolar y los empleos mal pagados son dos rasgos que han caracterizado a los jóvenes mexicanos en los últimos dos sexenios. De acuerdo con un reporte del Instituto Belisario Domínguez de la Cámara de Senadores, en el periodo 2015-2016, el 15.5 por ciento dejó la escuela por circunstancias socioeconómicas, familiares y personales, y las relacionadas con la escuela.
La posibilidad de acceso a la educación se distribuye desigualmente entre regiones: Chiapas, Michoacán, Guanajuato y Quintana Roo registraron las tasas de escolarización más bajas del país, menores al 30 por ciento.
En los últimos dos sexenios los ingresos mensuales de los jóvenes de 25 a 29 años se han ido reduciendo, sobre todo en aquellos con mayor estudio. Por ejemplo, el salario promedio mensual de las mujeres con licenciatura en el año 2005 era de 8 mil 151 pesos y para 2017 bajó a 5 mil 907 pesos. En el caso de los hombres, los que estudiaron una carrera universitaria era de 8 mil 911 pesos mensuales en 2005 y en 2017 pasó a 5 mil 766.
Ciudad de México, 22 de julio (SinEmbargo).– El abandono escolar y los empleos mal pagados son dos rasgos que caracterizan a los jóvenes en México, reveló un reporte del Instituto Belisario Domínguez (IBD) de la Cámara de Senadores.
“A pesar de que la matrícula de educación media y superior creció en 72.5 por ciento entre 2000 y 2015, persiste un grave fenómeno de abandono escolar en ambos niveles y de aguda desigualdad en la calidad de la oferta educativa”, precisó el informe “Oportunidades de educación y empleo para a juventud 2000-2017”.
De acuerdo con el informe, en el periodo 2015-2016, el 15.5 por ciento de los jóvenes en México abandonó la escuela por circunstancias socioeconómicas, familiares y personales, y las relacionadas con la escuela.
Datos de la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) arrojan que 2.02 millones de mujeres y hombres de 13 a 17 años de edad, que deberían estar inscritos en la educación secundaria o media, no asisten a la escuela.
Hay cuatro estados que tanto en 2000 como en 2015 registraron las tasas de escolarización más bajas del país (menores al 30 por ciento): Chiapas, Michoacán, Guanajuato y Quintana Roo. Después de ubicarse en el mismo rango en 2000, Zacatecas, Durango y Puebla lograron, quince años después, un crecimiento mayor a 10 puntos porcentuales. Guerrero y Oaxaca entraron en el rango de los porcentajes más bajos en 2015, al incrementarse solo 7 puntos en cada caso.
La Ciudad de México es un caso atípico, pues debido a la concentración de la población y de los servicios educativos, es la entidad con los mayores porcentajes de asistencia en el país: ahí acudían a la escuela 48 de cada 100 jóvenes en el año 2000 y 56 de cada 100 en 2015.
Entre 2000 y 2015 el número de jóvenes que concluyeron la media superior pasó de 577 mil 784 a un millón 225 mil 111, mientras que la matrícula de primer grado de educación superior pasó de 503 mil 909 a 893 mil 279, destacó el informe.
La posibilidad de acceso a la educación se distribuye desigualmente entre regiones y entre estratos socioeconómicos de la población: La matrícula de licenciatura se concentra en el centro del país y en algunas otras entidades; la Ciudad de México y el Estado de México tienen la cuarta parte de ella, y este indicador apenas se ha modificado desde el año 2000. Entre ese año y 2015 solo Jalisco, Puebla, Veracruz y Nuevo León tuvieron porcentajes superiores al 5 por ciento de la matrícula nacional.
Sin embargo, el documento detalló que el incremento en la cobertura no ha reducido la desigualdad de oportunidades de acceso a este nivel, puesto que los nuevos espacios han sido ocupados por jóvenes cuyas familias poseen mayores recursos socioeconómicos.
La proporción de estudiantes que habiendo concluido la educación media no continúa hacia la educación superior —ya sea porque no solicita su ingreso o porque es rechazada— ha sido creciente desde el año 2000.
“México se encuentra gravemente rezagado no solamente frente a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sino también respecto a los de América Latina”, indicó el documento del Instituto Belisario Domínguez.
Destacó que el reto para ampliar las oportunidades de educación superior es enorme: se tiene que dar cabida a todos los egresados se requeriría crear instituciones, distribuidas regionalmente, con capacidad, en conjunto, equivalente a la de la UNAM, que actualmente atiende casi 350 mil estudiantes.
Al respecto, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior señaló que para los siguientes quince años “se incrementará la demanda de ingreso a la educación superior como resultado de la obligatoriedad de la educación media superior y su universalización para 2021, la disminución del abandono escolar en ese nivel y el mejoramiento del índice de transición hacia la educación superior. Un escenario altamente deseable para 2030 es que México haya entrado de lleno a la fase de universalización, con una tasa bruta de cobertura del 65 por ciento y con una disminución notable de las brechas estatales”.
SUELDO DE PROFESIONISTAS CAE EN ÚLTIMOS DOS SEXENIOS
De acuerdo con el documento, a partir del año 2005 los ingresos mensuales de los jóvenes de 25 a 29 años se ha ido reduciendo, sobre todo en aquellos con mayor estudio.
Por ejemplo, el ingreso promedio mensual de las mujeres con licenciatura en el año 2005 era de 8 mil 151 pesos y para 2017 bajó a 5 mil 907 pesos. Para las que tenían alguna Maestría ascendía a 10 mil 816 pesos en 2005 y descendió a 9 mil 904 en el 2017. En el caso de quienes estudiaron un Doctorado, el salario promedio en 2005 era de 15 mil 395 pesos y cayó hasta los 8 mil 840 pesos el año pasado.
En el caso de los hombres, el reporte del Instituto Belisario Domínguez arrojó que el salario que ganaban los que estudiaron una carrera universitaria era de 8 mil 911 pesos mensuales en 2005 y en 2017 pasó a 5 mil 766. Para los que tenían Maestría su sueldo era de 17 mil 574 en 2005, cifra menor a los 10 mil 69 pesos que ganaban en 2017. Los que tenían un Doctorado su ingreso era de 16 mil 863 pesos en el 2005 y de 10 mil 163 en el 2017.