«Es un gran futbolista», enfatizó la portavoz en nombre de Merkel, gran aficionada al fútbol y quien a menudo se ha dejado fotografiar con Özil, incluido en sus puntuales visitas al vestuario de la selección.
Berlín, 23 de julio (EFE).- La Canciller alemana, Angela Merkel, expresó hoy su «respeto» por la decisión del germano-turco Mesur Özil de retirarse de la selección nacional, así como la alta estima que le merece como futbolista, sin entrar en valoraciones sobre sus acusaciones de racismo a la Federación Alemana de Fútbol (DFB).
«La Canciller federal respeta la decisión Mesut Özil, al que tiene en alta consideración como futbolista», aseguró la viceportavoz del Gobierno, Ulrike Demmer, en una comparecencia de rutina ante los medios y en medio del revuelo causado por el anuncio del centrocampista.
La fuente gubernamental recordó asimismo el papel del deporte como factor integrador en la sociedad alemana e insistió en que Alemania es un «país abierto», que acoge a la población de origen inmigrante.
«Es un gran futbolista», enfatizó la portavoz en nombre de Merkel, gran aficionada al fútbol y quien a menudo se ha dejado fotografiar con Özil, incluido en sus puntuales visitas al vestuario de la selección.
La retirada de Özil entre fuertes acusaciones a la cúpula de la DFB ha desatado una tormenta política y futbolística en el país.
«Es una señal alarmante que un gran futbolista como Özil no se sienta querido en su país ni representado por la DFB», escribió la ministra de Justicia, Katarina Barley en su cuenta en Twitter.
Özil comunicó ayer su retirada de la selección con una declaración enviada en tres partes a través de Twitter, donde afirmaba que para el presidente de la DFB, Reinhard Grindel, un jugador de origen inmigrante como él solo es aceptado cuando se gana, pero no cuando se pierde.
El centrocampista, de 29 años y durante años pieza clave en la selección, acusaba a la federación de no aceptarlo como alemán, pese a haber ganado en 2014 la Copa del Mundo para el país donde nació.
«Tengo dos corazones, uno alemán y otro turco. Nací y fui educado en Alemania. ¿Por qué hay gente que sigue sin aceptar que soy alemán», preguntaba el centrocampista, exjugador en Alemania del Schalke y el Werder Bremen, de ahí pasó al Real Madrid y actualmente en el Arsenal de Londres.
Özil se pronunció así por primera vez al revuelo causado hace un mes y medio por una fotografía en que aparecía junto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuestión que desató entonces una fuerte controversia en Alemania por entenderse como un apoyo a la campaña de éste por la reelección.
El jugador explicó ahora que decidió hacerse esa foto porque no hacerlo se hubiera interpretado como «una falta de respeto» hacia sus «raíces turcas», para añadir que «volvería» a hacerlo.
«Para mí, hacerme una foto con el presidente Erdogan no tiene nada que ver con la política o con las elecciones, sino con el respeto hacia el máximo cargo del país de mi familia», explica.
La controversia en torno a la foto acompañó a Özil todo el Mundial y persistió tras la eliminación prematura de la selección alemana, que defendía el título, en la fase de grupos de Rusia.
La dimisión del centrocampista ha desatado, en paralelo, una lluvia de crítica a la cúpula federativa, fuertemente cuestionada ya por el mal papel de Alemania en Rusia.
Unos días atrás, el presidente del Consejo Directivo del Bayern Múnich, Karl-Heinz Rummenigge, arremetió ya contra Grindel, al que calificó de incompetente.
Hoy, el ex portavoz de la DFB, Harald Stenger, sostuvo que Grindel es «el peor presidente federativo de la historia», en declaraciones a la televisión pública ZDF y consideró que era el momento de relevarlo, independientemente del caso Özil.