Las importaciones de gasolinas, diésel y Gas Licuado de Petróleo (LP) aumentaron 160.2 por ciento en los últimos 18 años al tiempo que disminuyó la refinación de crudo, reveló un estudio elaborado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
De 2000 a 2018, la producción petrolera cayó un 37.3 por ciento, debido a que las refinerías operan por debajo de su capacidad por el número de paros no programados.
Sobre la construcción de dos nuevas refinerías en el Gobierno del Próximo Presidente Andrés Manuel López Obrador, el CIEP recomendó: mayores tasas de extracción de crudo, mejoras administrativas que permitan reducir la falta de suministro de hidrógeno a las refinerías, y capital suficiente.
Ciudad de México, 23 de julio (SinEmbargo).- En los últimos 18 años, las importaciones de gasolinas, diésel y Gas Licuado de Petróleo (LP) aumentaron 160.2 por ciento al tiempo que disminuyó la refinación de crudo, de acuerdo con un estudio elaborado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP),
Según explicó el investigador Alejandro Limón Portillo, autor del estudio “Factores que inciden en la industria de refinación en México”, de 2000 a 2018, la producción petrolera cayó un 37.3 por ciento, debido a que las refinerías operan por debajo de su capacidad por el número de paros no programados.
Los paros no programados se dan cuando la producción se detiene por falta de suministro de hidrógeno, agua, vapor o electricidad, así como por fallas en los equipos y retrasos en mantenimiento. El índice de paros no programados de Petróleos Mexicanos (Pemex), de 2000 a 2018, fue de 31.9, mientras que la referencia internacional es de 4.5.
En el mismo periodo, la refinería que tuvo el mayor promedio de eficiencia fue la de Tula, operando al 87 por ciento del total de su capacidad, mientras que la de menor eficiencia fue la de Madero, con una tasa promedio de 65 por ciento en los últimos 18 años, destacó el estudio del CIEP.
Durante 2017, el el Sistema Nacional de Refinación (SNR) operó, en conjunto, al 49.6 por ciento del total de su capacidad, por debajo del promedio del resto mundo (83.5 por ciento), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (87.8 por ciento) y de otras zonas geográficas.
De acuerdo con Alejandro Limón, coordinador del área de energía y finanzas públicas del CIEP, otra de las razones por las que ha disminuido la producción de crudo, es que el presupuesto destinado a Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI), unidad encargada de la refinación del crudo, ha crecido en los últimos 16 años a una tasa anual promedio de 0.7 por ciento. Debido a esto, el volumen de importaciones de petrolíferos ha crecido hasta llegar a ser, en 2018, 160.2 por ciento mayor que lo importado en el año 2000.
EL RETO DE AMLO PARA CONSTRUIR NUEVAS REFINERÍAS
Una de las propuestas de política pública de la siguiente administración es la construcción de dos refinerías nuevas, con capacidad de procesar 300 millones de barriles diarios cada una, y la recuperación de eficiencia del SNR.
En el caso en que este último, según el proyecto del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, alcanzará a operar al nivel de promedio internacional (83.5 por ciento), y que dichas refinerías nuevas operen también bajo esos mismos estándares.
Con ese plan se tendría una producción nacional de un millón 849 mil 5 millones de barriles diarios, cantidad suficiente para satisfacer la demanda nacional y tendría, incluso, un excedente de 12.2 por ciento.
Sin embargo, advirtió el CIEP, es preciso tener en cuenta que las fuerzas del mercado son dinámicas; es decir, que tanto oferta como demanda cambian con el tiempo.
Un ejemplo de esto, dijo, es que en el 2000 la importación de gas licuado y combustóleo representó el 66.0 por ciento del total de importación de petrolíferos, mientras que ese conjunto representa, para 2018, sólo el 6.2 por ciento del total.
El CIEP recomendó a la próxima administración federal contar con una serie de factores que permitan obtener: mayores tasas de extracción de crudo, mejoras administrativas que permitan reducir la falta de suministro de hidrógeno a las refinerías, y capital suficiente que permita la reconfiguración de las refinerías y su mantenimiento.