TOR es el portal más popular para acceder a la red profunda (deep web) de manera anónima. Por la manera en que está configurado es muy difícil rastrear el origen de los usuarias por lo que se ha convertido en la coartada por excelencia de pederastas y compradores de armas.
Ciudad de México, 23 de julio (EFE).-El profesor de Cisco y especialista en seguridad informática, Martin Vega, explicó a EFEfuturo que a través de la red TOR (por sus siglas en ingles, The Onion Router), miles de personas acceden diariamente a un mundo oscuro clandestino de información.
TOR es uno de los principales portales para acceder a esta “red profunda“, que contiene información que no puede ser encontrada por los motores de búsqueda comunes como Google o Yahoo.
LA INTERNET PROFUNDA
“En la red TOR puedes encontrar desde la colección completa de libros de Harry Potter hasta pornografía infantil o redes de mercenarios. He visto gente que la usa para subir poesía como si fuera un simple blog o personas que dicen ser periodistas o científicos que la usan para subir ‘investigaciones censuradas'”, manifestó Vega.
“Este no es un mundo para los de corazón débil. Puedes encontrar sobre armas; para comprar o para construirlas de forma casera, todos los tipos de pornografía imaginables, ventas de drogas, archivos gubernamentales. El tipo de cosas que normalmente no aparecen en los motores de búsqueda”, subrayó.
TOR, UNA PUERTA A LA INTERNET PROFUNDA
TOR es básicamente una red de información, dentro de internet, que permite enviar y recibir información de manera codificada, lo que hace casi imposible definir el origen de los datos ni las identidades de los usuarios.
“En este tipo de redes puedes encontrar hackers y gente que está metida en la internet profunda. Estamos hablando desde redes criminales, agencias policiales o de espionaje gubernamental y simples usuarios civiles que navegan igual como lo hacen en la internet que todos conocemos, pero acceden a información muy diferente”, advirtió el especialista en informática.
EL OSCURO MUNDO DE TOR
Vega detalló que TOR funciona con un concepto de encaminamiento de cebolla, es decir, que cada persona no se conecta directamente a la dirección web a la que quiere llegar.
En la internet normal, dijo, si alguien entra a una página como Youtube, su computadora se conecta a un servidor con una dirección fija a este sitio. El servidor de la página reconoce la dirección IP del visitante y así quedan conectados.
“TOR usa un concepto totalmente diferente, el encaminamiento de cebolla. No se conecta directamente a la dirección a la que quiere llegar, sino que se conecta a través de varios nodos para llegar a la dirección deseada. Además la señal va codificada por lo que se hace muy difícil rastrear el origen”, apuntó.
Vega indicó que para acceder a TOR se necesita un navegador especial porque las direcciones de los sitios no tienen los conocidos dominios .com o .net, sino que usan la terminación .onion.
“Ese programa especial da acceso a la red, pero para navegar se necesitan los links y eso es lo difícil porque no existe un buscador como Google, donde uno simplemente escribe palabras claves para encontrar lo que quiere”, acotó.
Los enlaces para los diversos sitios se pueden encontrar en foros en la internet normal, donde los usuarios de TOR comentan acerca de sus actividades.
En la internet profunda se utiliza además el dinero electrónico o “bitcoins” que tiene su propio tipo de cambio y se cotiza a un valor superior del dólar o al euro.
De acuerdo con Vega, para comprar o vender “bitcoins” se usan servicios parecidos a los de Paypal, y esas transacciones están igualmente codificadas.
“Así es como se hacen transacciones en TOR, por ejemplo, se puede entrar a un link donde se vende droga y las personas negocian y ponen sus precios en ‘bitcoins’, comentó.
La forma en que opera esta red dificulta que las autoridades de los países puedan identificar a quienes suben contenido ilícito, y convierte a la internet profunda en una especie de “espacio libre” para actividades que serían censuradas y perseguidas en la internet normal.