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Rubén Martín

23/06/2024 - 12:03 am

Oposición: reparto de culpas y falta de autocrítica

Veremos que hacen otros cuadros dirigentes, pero especialmente habrá que ver que hacen los votantes que ya no confían en estos dirigentes y en estos partidos. La oposición tiene qué reinventarse si quiere seguir existiendo.

Los líderes del PRI, PAN, PRD y Xóchitl Gálvez.
“En esta competencia por echar la culpa a los demás por la derrota, el menos peor parece ser el dirigente priista Alejandro ‘Alito’ Moreno”. Foto: Daniel Augusto, Cuartoscuro

Tras la aplastante derrota que sufrieron en las elecciones del pasado 2 de junio, especialmente en la contienda por la Presidencia de la república, al seno de la oposición ha comenzado un proceso de canibalismo en el que se están deslindando de responsabilidades y se han dedicado a repartir culpas. El caso más elocuente de este proceso fue el reclamo a gritos que el presidente panista le hizo a la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz por reconocer personalmente el triunfo a Claudia Sheinbaum la misma noche de la elección.

Fue la propia Xóchitl Gálvez quien dio a conocer este vergonzoso episodio en el que el dirigente nacional de Acción Nacional (PAN), le reclamó a gritos por llamar a su adversaria para reconocerle el triunfo. Pero en el carrusel de entrevistas que la candidata opositora concedió a distintos medios la segunda semana después de las elecciones, reveló que no fue la única ocasión que Marko Cortés le gritó durante la campaña. Lo hizo también al término del primer debate presidencial, al reclamarle que tuvo un mal desempeño en esa confrontación televisada.

Poco a poco la excandidata opositora y los dirigentes de los tres partidos que la apoyaron (PAN, PRI y PRD), así como los supuestos liderazgos de la sociedad civil, como Claudio X. González, han ido revelando los detalles que supuestamente explican la avasalladora derrota que sufrieron a manos de la alianza encabezada por Morena y su candidata Claudia Sheinbaum.

Los gritos de Marko Cortés a Xóchitl Gálvez indican que el dirigente panista responsabiliza a la candidata opositora por su mal desempeño como candidata sin hacer la mínima autocrítica de lo que dejó de hacer el PAN como principal partido de la alianza y el resto de la oposición.

En cambio, Xóchitl Gálvez ha reclamado que el PAN apenas le dejó 65 por ciento de los spots publicitarios en medios electrónicos y que era frecuente que en los mítines faltaran la propaganda de mano o los regalos a los asistentes, como las tradicionales camisetas, gorras o vasos. También ha criticado la falta de liderazgos jóvenes en la estructura del PAN. Dijo que en la mayoría de los estados se encontró con los mismos dirigentes que existían hace 20 años. Y ha denunciado que en muchos mítines no llegaron las masas que le prometían los dirigentes partidistas. En una entrevista se quejó amargamente de la falta de estructura de los tres partidos que la postularon.

Por su parte Jesús Zambrano, dirigente del PRD, ahora se queja de que los presidentes de los partidos fueron marginados de la toma de decisiones en la campaña y que esta era manejada por Xóchitl Gálvez y su “cuarto de guerra”. Y además responsabilizan a Xóchitl Gálvez por la falta de un mensaje unificado de la coalición opositora. “El diseño de las giras de nuestra candidata presidencial no se decidió con las direcciones nacionales. Además, nunca quedó claro cuál era el perfil de Xóchitl, qué representaba, qué ofrecía, dicho sea, sin menoscabo de su capacidad y de sus invaluables y extraordinarios esfuerzos como candidata mujer”, dijo Zambrano sin la más mínima autocrítica del partido que peor desempeño tuvo en la contienda electoral recién terminada.

En esta competencia por echar la culpa a los demás por la derrota, el menos peor parece ser el dirigente priista Alejandro “Alito” Moreno, quien no ha responsabilizado a su candidata de la derrota, pero tampoco asume personalmente su responsabilidad en la misma y sigue sin rubor en la presidencia del partido que ha llevado casi a la extinción.

Quizá la postura más cínica de los dirigentes que empujaron la alianza opositora sea la de Claudio X. González quien hace una semana admitió ante miembros de una asociación civil en el Estado de México, que “era muy complicado” que Xóchitl Gálvez obtuviera el triunfo y que lo que realmente buscaban era generar contrapesos a Morena desde el Poder Legislativo, algo que tampoco lograron.

Antes de revisar si fallaron en elegir a su candidata presidencial, en su mensaje, en la organización de sus estructuras, los dirigentes de la coalición opositora han sostenido que su derrota se debe en buena medida a la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador y el uso de los programas electorales que si bien es cierto, no alcanza para explicar el tamaño de la derrota que sufrieron en la elección del 2 de junio.

Pero más allá de deslindarse de la derrota, ninguna de los actores dirigentes de la alianza opositora hace una autocrítica y menos pone por delante sus renuncias a las organizaciones que encabezan para asumir dignamente la derrota. No, lo hacen desde la comodidad de los cargos que se repartieron ellos mismos. Tanto Marko Cortés como Alito Moreno llegarán a los primeros lugares de las listas plurinominales del Senado, en tanto que el auto-asumido representante de la sociedad civil, Claudio X. González, ya está pensando en capitalizar la movilización social de la denominada Marea Rosa. Pero incluso en esta arena habrá diferencias pues otros actores, como el perredista Guadalupe Acosta Naranjo, del Frente Cívico Nacional, reclama de algún modo la paternidad de la Marea Rosa, lo que anticipa conflictos en el intento de convertir la movilización ciudadana contra la Cuarta Transformación, en un partido opositor que enfrente la mayoría que tendrá Morena y aliados en el siguiente sexenio.

Pero no será fácil, pues a lo más que han llegado a plantear los dirigentes opositores es plantear el cambio de siglas o de emblema de partido, como si enfrentar la mayor derrota que han tenido en su historia se resolviera con cambios cosméticos o de marketing.

La autocrítica sigue estando ausente tras esta campaña en la que hicieron creer a millones de votantes que tenían el triunfo en sus manos. Les mintieron mostrando encuestas manipuladas que les decían que llevaban ventaja, y les mintieron en la misma noche del 2 de junio cuando afirmaron llevar el triunfo en la elección presidencial y en el menos seis de las nueve entidades en disputa. Esas dirigencias que manipularon la información a sus seguidores no tienen ni la calidad política ni ética para seguir al frente de la oposición en el país. Veremos que hacen otros cuadros dirigentes, pero especialmente habrá que ver que hacen los votantes que ya no confían en estos dirigentes y en estos partidos. La oposición tiene qué reinventarse si quiere seguir existiendo.

Rubén Martín
Periodista desde 1991. Fundador del diario Siglo 21 de Guadalajara y colaborador de media docena de diarios locales y nacionales. Su columna Antipolítica se publica en el diario El Informador. Conduce el programa Cosa Pública 2.0 en Radio Universidad de Guadalajara. Es doctor en Ciencias Sociales. Twitter: @rmartinmar Correo: [email protected]

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