Hostería La Bota, especial para comer en un ambiente bohemio y agradable

23/06/2024 - 12:04 am

La Bota es un espacio para degustar un vino, una tabla de quesos o una pizzeta, además de un espacio cultural donde se realizan presentaciones de libros y hay presentaciones de grupos de son cubano, entre otros.

Ciudad de México, 23 de junio (SinEmbargo).- En la calle de San Jerónimo e Isabel la Católica, frente a la Universidad del Claustro de Sor Juana, se encuentra Hostería La Bota, un lugar con un ambiente especial en el que sólo basta con entrar para asombrarse con cada detalle que hay en sus paredes, desde fotografías, cuadros e imágenes hasta libros de El Principito, platos, la cajita de leche de Blur y una figura de acción de Chewbacca, entre muchos otros artículos.

La Bota es un lugar vibrante con diversidad cultural en el que se disfruta de platillos como fabada, crepas, tabla de quesos, tortilla española, jamón serrano y una variedad de vinos. Visitamos este espacio para conocer más de su historia y las personas que lo hacen posible.

“Vamos a cumplir 20 años, ahora tenemos 19 y empezamos en la calle de Regina que está aquí a un costado y ahora ya en San Jerónimo, como ya todo mundo sabe somos no solamente un restaurante si no también un centro cultural que tiene una editorial que se llama Mantarraya”, contó Antonio Calera-Grobet, escritor, gestor cultural y fundador de La Bota.

Tener un espacio como La Bota en el que se le da gran peso a los temas culturales requiere de esfuerzo y trabajo, mismo que Antonio y Melisa Arzate Amaro, escritora, gestora cultural y su esposa, han realizado desde hace años; ellos buscan ofrecer una guarida para todos. “A mí siempre me llamó la preocupación de no llamarle a esto un bar si no una hostería”, compartió Calera-Grobet.

Tablas de quesos, jamón serrano y vino en La Bota. Foto: SinEmbargo

EL TRABAJO EN EQUIPO IMPORTA

En los restaurantes se comparten historias, se degustan platillos y se disfruta de una bebida mientras se desmenuza una plática o se sufre de alguna, cualquiera que sea el caso, el equipo de trabajo es muy importante y Hostería La Bota lo sabe.

Ricardo Meza es uno de los cocineros, él lleva nueve años trabajando en La Bota, conoce muy bien el menú y le gusta cocinar la tabla de carnes que recibe el nombre de “Tablón barroco” que lleva chorizo argentino, chorizo español, bistec, morcilla, papas gajo, nopales y salsas.

Otro miembro del equipo es Dian González, quien se encuentra usualmente en el salón, sin embargo, en ocasiones prepara algunos cócteles, como los clásicos Mojitos o la recomendación del lugar: “El Chewbacca”, una bebida de maracuyá con mezcal en la que resalta el toque ahumado del mezcal -que para algunas personas puede resultar algo fuerte, contó Dian-.

“Lo que más me gusta es el ambiente, la energía, el caos en el sentido de que muchas personas vienen a consumir, vienen a veces un poquito tranquilos y salen de aquí bien emocionados por la música, los detalles, la comida”, compartió de manera alegre y amable Dian.

Penélope, “La Tía”, lleva 13 años en La Bota. Foto: SinEmbargo

Además de Ricardo, que se encuentra en la cocina, está Penélope, conocida como “La Tía”, una mujer sonriente y muy agradable que lleva 13 años en la hostería La Bota. Cuando ella llegó no sabía preparar casi nada y sólo pensaba quedarse unos días, nos contó, ahora lleva la batuta de las hornillas y prepara paella, pizzeta, pastas y sopa de cebolla -y los otros platillos del menú-.

Un dato curioso de este espacio es que las mesas tiene nombres -y no números como en otros lados- que les ayudan a reconocerlas y servirlas. ¿Cómo se llaman? Pulpo, Moño, Altar, Buzón y Sombrilla.

“Si te das cuenta cada mesa trae un nombre diferente, cuando yo entré estaba una mesa que le llamaban ‘Secuestro’, ya hasta después dije ¿por qué? Es que había un pingüinito así chiquito y se lo llevaron”, compartió Penélope y es que las paredes de este lugar llaman tanto la atención que a veces la gente no se resiste y se quiere llevar algo (desafortunadamente a veces lo logran).

El estrés es parte del día a día de la hostería, pero aquí cuentan con un método para ayudar a liberar esa presión y divertirse: se colocan los guantes y los cascos de boxeo para un corto enfrentamiento de 30 segundos, si los participantes lo piden, puede extenderse 15 segundos más, sin embargo, esto se puede parar cuando alguien del equipo lo diga o alguno de los participantes, no vale usar uppercut o ganchos al hígado, la idea es sólo usar jab.

Nancy Chávez
Periodista egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), editora del suplemento Magazine enfocado en cultura, entretenimiento, gastronomía, viajes y temas de actualidad.
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