Ciudad de México, 23 de mayo (SinEmbargo).– La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) vivió 138 horas consecutivas de contingencia ambiental por ozono. Desde el 15 de mayo pasado se decretó Fase I y fue hasta el domingo pasado a las 10 de la noche cuando se levantó; sin embargo, a las 15:00 horas de ayer, la mala calidad del aire ocasionó una nueva activación de la misma fase.
“[Las contingencias] dependen de las emisiones y de las condiciones meteorológicas. Las emisiones no han cambiado drásticamente de enero a la fecha, pero lo que sí ha cambiado son las condiciones meteorológicas y debido a que tenemos sistemas de alta presión, viento calmo y otros factores, se acumulan los contaminantes y tenemos mala calidad del aire”, expuso el doctor Agustín García, del CCA de la UNAM.
Sin embargo, ambos especialistas reconocieron también que los contaminantes producidos por las actividades humanas contribuyen en gran medida a desatar altos niveles de contaminación. Entre ellas, mencionaron, se encuentran automóviles, calderas, plantas de energía, actividades industriales y domésticas.
Además, Oliver López Corona, de la Universidad Iberoamericana, destacó la reforestación de la capital gobernada por Miguel Ángel Mancera Espinosa, pues aseguró que apenas en aproximadamente 10 años se han talado más de 50 mil ejemplares. Asimismo, hizo un llamado a las autoridades a trabajar en la mejora de infraestructura peatonal y ciclista de calidad ya que, criticó, se favorece el uso del automóvil con la construcción de segundos pisos, autopistas y supervías.
Por su parte, el doctor Oliver López Corona, del Equide, explicó que los factores naturales, la alta incidencia de radiación solar de la temporada y las condiciones meteorológicas muy específicas en donde hay poco viento, impiden la movilización de los contaminantes, lo que se conoce como sistemas de alta presión.
“Es una confluencia de factores naturales y de los contaminantes que nosotros producimos”, destacó López Corona.
Ante este panorama, el Centro de Ciencias de la Atmósfera, a través de un comunicado emitió nueve recomendaciones necesarias para terminar con el problema considerado de salud pública. A continuación se enlistan:
1. Reducir emisiones por combustión residencial (quemado eficiente en calentadores de agua, uso de energías alternas para calentamiento de agua y reducción de fugas de gas LP, entre otras) y controlar las emisiones de compuestos orgánicos volátiles.
2. Establecer políticas públicas sobre el uso y las emisiones de las motocicletas.
3. Incrementar la movilidad mediante la sincronización de semáforos.
4. Aumentar la frecuencia y el número de vehículos de transporte colectivo.
5. Reconsiderar la entrada a clases y trabajos de forma escalonada.
6. Reubicar a los trabajadores, tanto en la iniciativa privada como del sector federal, en sucursales cercanas a sus viviendas y hacer un reordenamiento territorial.
7. Realizar una verdadera gestión ambiental a nivel de cuenca atmosférica en el Valle de México.
8. Revisar las normas oficiales de calidad del aire y el diseño de planes de contingencia adecuados a las condiciones locales.
9. Contribuir como sociedad mediante la modificación de los estilos de vida, y exigir y ser corresponsables en la protección del ambiente.
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LOS AUTOS, PRIMERO
Datos del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por su sigla en inglés) revelaron hace algunos meses que de no cambiar la tendencia de gasto en las principales ciudades mexicanas, cerca de 90 por ciento de los recursos para transporte y movilidad se destinarán a obras de ampliación y mantenimiento de la infraestructura vial, lo que equivale a 48 mil 123 millones de pesos, y sólo 6 por ciento a proyectos de transporte público, es decir, apenas 3 mil 396 mdp; 5 por ciento a obras de infraestructura peatonal, o sea, 2 mil 545 mdp y menos de 1 por ciento para infraestructura ciclista, con sólo 189 mdp.
“Hace falta repensar el problema de la contaminación de otra manera: Se debe cambiar la forma en la que nos movemos, hay que invertir en transporte público masivo porque actualmente el gasto más importante en términos de movilidad se hace en vías de transporte. En lugar de construir segundos pisos, autopistas urbanas y supervías, se debería estar invirtiendo en líneas del metrobús, metro, en cambiar el parque vehicular de los microbuses y en más líneas de RTP”, invitó.
Asimismo, los expertos destacaron que la responsabilidad de mitigar los factores producidos por los humanos corresponde a los tres niveles de Gobierno y a la sociedad en general.
“Todos contribuimos a la mala calidad del aire y es responsabilidad de todos reducirla. Las autoridades tienen el deber de avisar a la población si está bien o está mal la calidad del aire y revisar que se sigan las políticas”, expuso Agustín García, del CCA.
“Hemos observado que la calidad del aire no nada más depende de las emisiones que produce la Ciudad de México, en algunas ocasiones dependen de otros eventos. Por ejemplo, las emisiones que se generan en Toluca pueden llegar a la capital y los incendios en regiones agrícolas del Estado de México o Morelos pueden originar mala calidad del aire en la capital”, agregó.