Ciudad de México, 23 de mayo (SinEmbargo).– La ola de violencia en las escuelas generó alarma entre la sociedad mexicana, así como en expertos e instituciones federales. En menos de una semana se hicieron públicos al menos tres casos de bullying y la muerte de un menor en Ciudad Victoria, Tamaulipas, por las agresiones de sus compañeros de secundaria.
“Tenemos una realidad violenta en las escuelas que también se ve reflejada en el espacio virtual”, opinó María Esmeralda Correa Cortez, investigadora del Departamento de Políticas Públicas de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Por su parte, Eduardo Ibarra González, del Centro de Atención y Educación Psicológica, Izkalti, reconoció un incremento en la intensidad de la violencia que ejercen unos jóvenes contra otros y advirtió que los hechos recientes demuestran “que no estamos interviniendo de manera adecuada” y se están repartiendo culpas y obligaciones.
El psicólogo explicó que el tipo de bullying que antes se practicaba radicaba en el hostigamiento entre estudiantes al ponerse apodos o con “meterse con las cosas de los alumnos”, pero expuso que las agresiones son más brutales: "ahora se registran daños físicos graves, amenazas y chantajes”, dijo.
El pasado 20 de mayo, Héctor Alejandro, de 12 años, murió debido a las lesiones que le dejó una agresión de sus compañeros en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Para la madre del menor, Rebeca Ramírez, el fallecimiento de su hijo no fue un juego de niños: “Fue un asesinato”, afirmó.
De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 8 por ciento o 9 por ciento de los niños en edad escolar es violentada, mientras en México se habla de hasta 20 por ciento.
Ante este panorama, los expertos coincidieron en que se necesitan políticas públicas para detectar y combatir el bullying, así como programas para sensibilizar a la población.
El psicoterapeuta urgió al gobierno federal como a la Secretaría de Educación Pública (SEP) la implementación de programas especializados para tratar la violencia entre los estudiantes, mas allá de brindar sólo información.
“Lo que me parece más grave es la falta de respuesta de los adultos, de las instituciones, de profesores, de padres de familia, porque no le damos la importancia que requiere”, afirmó Ibarra González.
En ese mismo sentido, la secretaria de la Comisión de Derechos de la Niñez de la Cámara de Diputados, Lucía Pérez Camarena, instó a las autoridades federales, estatales y educativas a comenzar un programa de prevención y orientación contra el bullying a nivel nacional, ya que los esfuerzos hechos hasta ahora han dado resultados.
“No podemos permitir que un fenómeno como éste siga cobrando vidas en el país y, sobre todo, en los centros escolares”, afirmó.
En respuesta a los recientes casos en Tamaulipas, Puebla, Quintana Roo y Zacatecas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dijo que pondrá en marcha en el último trimestre del año un programa piloto para prevenir y reducir el acoso escolar que aumenta en el nivel básico de país.
El titular de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor, informó que coadyuvará esfuerzos con las entidades federativas para tener un registro sobre este fenómeno que aqueja a la infancia en México.
¿QUÉ PASA EN LAS ESCUELAS?
Esta semana hubo al menos tres casos más de bullying que conmocionaron a la sociedad, después de la muerte de un niño en Tamaulipas cimbrara al país. En el municipio de Amozoc, Puebla, una menor fue agredida por compañeras de la secundaria Ignacio Zaragoza, en la comunidad de Chachapa. En Quintana Roo, un niño fue golpeado y presenta calentura y hematomas. Y en Zacatecas, una joven sometió a otra para que “pida disculpas” por publicar “chismes”.
Al respecto, el psicólogo Eduardo Ibarra González, del Centro de Atención y Educación Psicológica Izkalti, destacó que se debe dar atención inmediata a los estudiantes que piden ayuda y denuncian acoso por parte de sus compañeros y darle seguimiento, para prevenir consecuencias graves.
“Existen dinámicas de integración, hay que manejar programas de valores, de ejercitar los valores de compañerismo, respeto, que vayan mas allá de la información”, y destacó que otro problema por parte de las escuelas es que no imponen consecuencias inmediatas con los alumnos, “no se trata de castigarlos, sino de demostrarles que sus actos tienen consecuencias”.
El experto alertó que “si no hay una regulación y difusión y ejercicio de valores de respeto , pueden incrementar los números de casos de bullying y las agresiones terminen mal”.
Ibarra González agregó que es necesario poner atención en los eventos registrados sobre violencia escolar entre estudiantes pues dijo que “hay que identificar si estos episodios han sido exactamente de bullying y no resultado de una agresión aislada, es decir, de una sola vez”.
“El bullying se clasifica cuando esto es una situación constante, cuando la víctima es agredida frecuentemente y con intención de maltratarla, humillarla o hacerla sentir mal y de ejercer poder sobre ella”.
Reiteró que si éstos episodios de violencia entre jóvenes, que ahora han salido a la luz pública, tiene que ver con un hostigamiento constante, sí se puede hablar de bullying, “si no es el caso, podríamos confundir cualquier conducta agresiva de un chico con bullying, cuando realmente no lo es”.
Asimismo, la Diputada Pérez Camarena, reconoció que se han llevado a cabo foros, estudios, campañas y hasta ahora no se tienen los resultados esperados, por lo que dijo "hay que comenzar por la orientación desde la casa y la familia, pero también hay una responsabilidad de los maestros y de las autoridades educativas".
CIBERYBULLYING
La investigadora María Esmeralda detalló que una de las diferencias entre el bullying y el ciberbullying es la edad: “Mientras que el tradicional tiene su mayor incidencia en primaria y secundaria, el segundo puede extenderse hasta la licenciatura, pero de manera principal se registra en secundaria y bachillerato”.
La académica del Departamento de Políticas Públicas de la UdeG detalló que que en las mujeres se presenta principalmente este fenómeno con ataques por el aspecto físico, y en el caso de los varones gira en torno a la violencia que se generó dentro del aula con ofensas y groserías.
Respecto a esta situación destacó el caso de una joven agredida en Zacatecas, supuestamente por publicar “chismes” en una página de Internet contra otra.
En un video difundido, precisamente en redes sociales, se ve cómo al menos tres personas, entre ellas un hombre, acosan a una adolescente. La menor fue obligada a arrodillarse y pedir perdón por las “ofensas que causó” .
Correa Cortez expuso “que el niño que es violentado en el ámbito tradicional muy probablemente lo es también en el ciberespacio, pero no detectado por los maestros y padres de familia, es un fenómeno que va más allá de clases sociales y extractos culturales”.
Agregó que debido a que los afectados de ciberbullying son menores de edad, corresponde a los padres supervisar todo lo que hacen los hijos en las redes sociales, por lo menos una vez a la semana.
El especialista en psicología agregó que la falta de atención de los padres es otro factor que interviene en las conductas de los jóvenes, “ya no saben lo que están viendo sus hijos, qué hacen”.
SUMAN ESFUERZOS
En reacción a lo sucedido en Quintana Roo, donde una mamá denunció las lesiones de su hijo, la Comisión de los Derechos Humanos del Estado anunció que redoblará acciones para prevenir y erradicar la violencia escolar ante los recientes casos de bullying, que han derivado en la muerte de menores, informó el titular del organismo, Harley Sosa Guillén.
Agregó que lo que pasa en otras partes del país, en cuanto a agresiones graves entre compañeros es preocupante y se ha convertido en una alerta para trabajar en la prevención. Reiteró que se debe apostar a la prevención mediante la información, por lo que personal de la Dirección de Capacitación y del Centro de Atención a Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos trabaja en este tema.
Por otra parte, en Colima, los integrantes de la 57 Legislatura local aprobaron la nueva Ley de Seguridad Integral Escolar para el Estado, a fin de proteger la integridad física y psicosocial de la comunidad escolar, tanto al interior como en el perímetro de la escuela.
El dictamen menciona que con esta ley “se procurará la generación de ciudadanos responsables, libres de adicciones y violencia, capaces de poner en práctica los valores del respeto, la tolerancia, la paz y la armonía”. En ese sentido, la nueva legislación anti-bullying establece los lineamientos, acciones y programas tendientes a evitar la violencia, el acoso y el abuso físico o emocional en el contexto escolar.
Asimismo, y para prevenir la violencia, el hostigamiento y el acoso escolar en las instituciones educativas del estado, la ley contempla mecanismos para otorgar apoyo asistencial a las víctimas.
En la misma, destaca la creación del Consejo Estatal de Seguridad Integral Escolar, el cual diseñará la política de seguridad integral de las escuelas en el estado.
NO SÓLO ES BULLYING…
A la par de la crisis de violencia de estudiantes contra otros estudiantes, autoridades educativas de Guanajuato, presentaron un informe de 24 casos de abuso sexual por parte de maestros, intendentes e incluso directivos en contra de alumnos.
El documento de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG) publicado en el sitio Internet Unión Guanajuato, habla de 24 casos, sin embargo omite situaciones que han sido divulgadas por los medios de comunicación sólo en últimas fechas, como los de las escuelas secundarias 8 de León y Piloto de Guanajuato, el primero de 2013 y el segundo de este año.
La atención que la dependencia estatal ha dado a este problema no parece estar derivando en un freno. Si bien en 2010 se presentaron ocho casos de abusos sexuales que disminuyeron en 2011 a cuatro casos y a cinco en 2012, ya con la nueva administración de Miguel Márquez y de Eusebio Vega como Secretario de Educación, los casos se elevaron a seis en 2013 y uno más en 2014.
En este registro no se identifican los dos casos emblemáticos que se han producido recientemente, uno en Guanajuato capital en 2014, en el Centro Educacional Piloto; y otro en León, surgido a fines de 2013 y que alcanzó atención mediática recientemente por la denuncia de los familiares de la víctima de la falta de atención tanto de la SEG como de la PGJE.
La mayoría de los abusos ocurre en contra de niñas, veinte de los casos, por cuatro en contra de niños. Los mayores abusos, por edades, han ocurrido contra niños de cinco años de edad, en cuatro casos; se presentaron tres casos contra niños de nueve años; tres más en contra de adolescentes de 15 años. El resto de las víctimas tiene entre seis y 16 años de edad.
Los agresores han sido maestros frente a grupo, en su mayor parte, 15 de los casos. En cinco episodios la agresión provino de intendentes. Hay dos directores involucrados en este tipo de conductas, mientras que en dos casos más no se identifica el perfil del agresor.