Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).- “Sacerdote mexicano defensor de los derechos humanos de los migrantes. En su albergue “Hermanos en el Camino” proporciona ayuda humanitaria anualmente a más de 600 mil personas que emprenden su camino hacia Estados Unidos.”
Así explicaba el canal de televisión Discovery el premio “Celebrando México”, otorgado entre otros al cura Alejandro Solalinde, quien no pudo asistir a la ceremonia de entrega, ocupado como está en atender a las familias de los 43 estudiantes de la Normal de Atyozinapa, Iguala, desaparecidos por la policía de Guerrero en connivencia con un grupo del crimen organizado que se hace llamar “Guerreros Unidos”.
Nacido hace 69 años en Texcoco, Estado de México, se graduó en Historia y Psicología y como sacerdote sirvió durante tres décadas en varias iglesias del país, hasta que a los 60 años de edad decidió dedicarse en cuerpo y alma a los pobres que salen de Guatemala, Nicaragua, Honduras, rumbo a los Estados Unidos, en busca de una vida mejor.
Hoy dirige uno de los albergues más grandes de América Latina, con 16 mil metros cuadrados de extensión, que recibe a miles de migrantes y está situado en Ixtepec, Oaxaca.
Sus ojos han visto varias tragedias y su memoria prodigiosa guardado los nombres de muchos individuos ligados a las autoridades corruptas o al crimen organizado –en algunas regiones de nuestro país funcionan como la misma entidad- que hacen del secuestro de los más vulnerables una de las industrias más crueles, ignominiosas e inaceptables del siglo XXI.
POR DONDE PASA LA BESTIA
“Hermanos en el Camino” se ubica frente a las vías por donde pasa “La Bestia”, el tren de mercancías a cuya parte superior de los vagones se aferran los viajeros que tratan de llegar a la tierra prometida y cumplir como se pueda el sueño americano para salvarse a sí y a los suyos.
No es un tren apto para trasladar seres humanos, como bien lo aclara el cura Solalinde en el libro Todos somos migrantes, cuya autoría comparte con los periodistas Emiliano Ruiz Parra, Diego Enrique Osorno, Sanjuana Martínez y Oscar Martínez y que puede descargarse en forma gratuita en la página http://brigadaparaleerenlibertad.com/
Se trata de un testimonio estremecedor que da cuenta de la vulnerabilidad de las personas que por no tener nada lo arriesgan todo y que si llegan a tener la mala fortuna de caer en mano de los tristemente célebres Zetas serán sometidos a crueldades indecibles, la mayoría de las veces vejados y muchas de ellas asesinados para demostrar quién manda en ese territorio donde la autoridad mexicana es una entelequia, un absurdo propio de una imaginación desbordada.
EL CURA DE LOS MÁRTIRES
En estos días, Alejandro Solalinde grita a quien quiera escuchar que los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala han sido quemados con diesel. “Si no fue así, que digan dónde están”, clama el sacerdote.
El caso de los normalistas de Atzoyinapa es de una crueldad tan extrema que ha puesto a la sociedad internacional en vilo y a las organizaciones de derechos humanos de todo el mundo unidas en un solo pedido: “Con vida se los llevaron, con vida los queremos”.
Solalinde está ahí, en el centro de ese clamor. Y el cariño que la gente le profesa a su paso le impide flaquear.
“Una de las grandes riquezas que tenemos los seres humanos es afianzar nuestra condición de gente en el camino. Todos somos migrantes y de verdad que cuando entendemos esto se redimensiona nuestra existencia y uno se vuelve más maduro, realista y equilibrado”, dijo el cura en una de sus tantas participaciones en la Feria Internacional del Zócalo, adonde llegó invitado por la Brigada para Leer en Libertad.
“Lo que no pudimos parar en su momento para los migrantes se siguió y derivó en estas desapariciones. Es muy probable que los estudiantes de Atyozinapa hayan sido calcinados por no estar de acuerdo con las autoridades y por pedir mejoras para su escuela”, afirmó.
“¿Creen que el asunto de los migrantes asesinados, torturados y secuestrados por los Zetas tendrá que ver con los casos de Tlatlaya, de Atyozinapa? Les voy a decir algo: sí, hay un hilo conductor, hay una clave de interpretación de todos estos hechos para no perdernos y está en Wall Street, en la sede del capitalismo, desde donde se controla a nuestros gobiernos”, precisó Solalinde.
Este jueves tendrá una reunión con el Procurador de Justicia de la Nación, Jesús Murillo Karam, a quien le dará los datos obtenidos en sus incansables peregrinaciones entre familiares de las víctimas que podrían ayudar a esclarecer el caso de los 43 estudiantes desaparecidos.
Y será hasta que pueda la voz de los mártires, la voz de los que sufren.