El gobierno mexicano está permitiendo que la marihuana y la producción nacional de adormidera alcancen niveles récord, mientras los soldados que una vez cortaban y quemaban los cultivos ilegales en la gran Sierra Madre fueron reasignados a las ciudades para librar la guerra urbana contra las bandas criminales, dice este día el Washington Post.
“Desde que el presidente Felipe Calderón ordenó a sus tropas salir a las calles a finales de 2006, la superficie dedicada al cultivo de la marihuana casi se ha duplicado en México, de acuerdo con los informes técnicos por parte del gobierno de Estados Unidos y las Naciones Unidas, datos proporcionados por el ejército mexicano, y entrevistas con agentes policiacos y productores. La superficie dedicada a la amapola también ha aumentado, según el Departamento de Estado de EU, convirtiendo a México en el segundo productor de heroína del mundo, después de Afganistán”, dice el diario norteamericano
Con cinco años en la lucha contra los cárteles de las drogas en México, el país ha debilitado las actividades de erradicación, importante en la estrategia apoyada por las autoridades de Estados Unidos cuyo principal objetivo había sido reducir la cantidad de narcóticos en las calles de su país. Con las fuerzas de seguridad mexicanas ocupadas luchando contra pistoleros de la mafia en lugares como Monterrey y Acapulco, “su capacidad o compromiso de arrancar la de marihuana y la amapola rural ha caído, y el envío de la droga fresca a la frontera con Estados Unidos a aumentado”.
Funcionarios estadounidenses dijeron al Washington Post que están preocupados por una nueva oleada de drogas baratas procedentes de México, pero tienen una capacidad limitada para impulsar una campaña de erradicación más agresiva dada la necesidad urgente del gobierno para derrotar a los criminales. Los gobiernos creen que pueden hacer más daño a las redes de trasiego si confiscan mayores cantidades de droga, dice.
Las tropas mexicanas capturó y quemó 77,500 hectáreas de marihuana a los narcos en 2005, el año antes de que Calderón asumió el cargo. Pero el año pasado les quitó sólo 43,000 hectáreas, de acuerdo con el Ejército mexicano e infantes de marina. Las incautaciones de marihuana en la frontera suroeste de Estados Unidos pasó de 1 millón de kilogramos en 2006 a 1.5 millones de kilogramos en 2010.
“A medida que la superficie de cultivo de amapola destruidas se ha reducido, la producción de heroína mexicana se ha disparado: de 8 toneladas métricas en 2005 a 50 toneladas métricas en 2009, de acuerdo con el gobierno estadounidenses [aún cuando] las incautaciones de heroína en la frontera México-Estados Unidos se ha triplicado durante el mismo período”, dice el Post.
En la región de México de mayor cultivo de droga, conocida como el Triángulo de Oro, los agricultores locales dicen que las cosechas mejor pagadas siguen siendo las ilegales.
“Mire estas montañas. ¿Qué otra cosa vamos a hacer?”, cita el diario norteamericano a un hombre de 79 años de edad, Sabino Juárez, agitando su machete hacia los pliegues verdes escarpados de la Sierra Madre en el estado de Sinaloa, noroeste de México.
El diario cita otras fuentes que confirman lo mismo: un aumento en la producción de drogas en los años en los que la estrategia de Felipe Calderón es centrarse en las calles de México.
