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Alejandro De la Garza

22/06/2024 - 12:03 am

Violencia en la guerra por el agua

“Ahora mismo, a ras del suelo, en más de un centenar de comunidades del país, se desarrolla una de las guerras más cruentas y violentas del capitalismo salvaje”.

“Con tristeza genuina el escorpión reconoce que para nadie es una sorpresa recibir casi a diario noticias de agresiones, desapariciones forzadas, aprehensiones arbitrarias e incluso asesinatos de los defensores de su territorio y sus recursos”. Foto: Graciela López, Cuartoscuro

El sino del escorpión lo ha escrito en este espacio: contra quienes auguran que se aproxima una guerra abierta por el agua, el alacrán sostiene que esta guerra cruenta del capitalismo salvaje tiene ya muchos años en desarrollo y sí, efectivamente, va a agravarse y a tornarse más violenta. La apropiación ilegal de los territorios, el saqueo y expolio de los recursos naturales como materia prima para las industrias (agua, maderas finas, metales, petróleo, flora y fauna), fueron base de la expansión capitalista durante el siglo XX, tal como en la actualidad sustentan la expansión del capitalismo salvaje impuesto por los grandes corporativos industriales sobre tierras indígenas, comunales o ejidales en el México del nuevo siglo.

En nuestro país, las políticas neoliberales impulsaron el despojo de los territorios (indígenas, comunales, ejidales), y han ocasionado la emergencia de numerosos conflictos por la defensa del territorio y recursos naturales como el agua, provocándose innumerables y constantes confrontaciones socioambientales. Muchas comunidades, tanto rurales como urbanas, sufren hoy terribles condiciones de sobreexplotación, contaminación y despojo de sus bienes naturales como resultado de casi cuatro décadas de política económica neoliberal y de treinta años del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.

El venenoso lee entonces sobre el más reciente episodio de esta guerra por el agua, ocurrido el pasado 20 de junio en la carretera de Perote, en Veracruz, donde un plantón pacífico de ejidatarios poblanos y veracruzanos fue violentamente desalojado por elementos de la Fuerza Civil de Veracruz,  con un saldo de tres personas asesinadas, varios heridos y decenas de personas golpeadas y hostigadas por los grupos policiacos, que incluso persiguieron a los pobladores por las calles y casas de la localidad veracruzana de Totoalco. Los ejidatarios bloquearon el miércoles por la noche la planta de alimentos Granjas Carroll, desde donde se distribuye la comida de los cerdos que Carroll produce para decenas de criaderos que tiene instalados entre los municipios de Cuyoaco y Tepeyahualco, en Puebla, así como en Perote, Veracruz.

Estos ejidatarios llevan años luchando contra el acaparamiento del agua que realizan en la región no sólo Granjas Carroll, sino también la cervecera Heineken, la ensambladora de automóviles Audi y la agroindustria comercializadora Driscoll’s, empresas que cuentan con concesiones de agua de pozo, mientras las tierras ejidales lucen secas como desiertos.

Con tristeza genuina el escorpión reconoce que para nadie es una sorpresa recibir casi a diario noticias de agresiones, desapariciones forzadas, aprehensiones arbitrarias e incluso asesinatos de los defensores de su territorio y sus recursos. Para documentar su pesimismo, el arácnido acude al trabajo de 2021 del investigador de la Universidad de Zacatecas José Manuel Luna Nemecio, “Conflictos socioambientales por la defensa del agua en México: un metaanálisis cartográfico conceptual”, donde señala:

“Las estadísticas al respecto no han logrado establecer una contabilidad oficial de conflictos socioambientales en México; por ejemplo, mientras un investigador contabiliza cerca de 95 casos, estudios desarrollados por el Observatorio de Conflictos socioambientales de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, registró que en México existían 220 casos de conflictos socioambientales relacionados con los recursos hídricos; la mayor concentración geográfica de dicha conflictividad fue localizada en los estados de México, Veracruz, Hidalgo, Puebla y Morelos. Posteriormente, en el marco del Capítulo México del Tribunal Permanente de los Pueblos, se pudo constatar que dicha contabilidad seguía una tendencia creciente. En este tono, el Atlas de Justicia Socioambiental registra que para 2021, en México había un estimado de 122 conflictos socioambientales activos”.

El estudio aborda la sobreexplotación y contaminación crecientes del recurso promovido por las políticas neoliberales de apoyo a su utilización por parte de empresas nacionales o extranjeras (mineras, refresqueras, cerveceras), lo cual lleva a prever escenarios de “escasez, crisis hídrica o problemas relacionados con el acceso, la gobernanza del agua o de los mecanismos para hacer un uso sustentable de la misma”.

Asimismo, en 2021 se documentaron 108 eventos de agresiones contra defensores del territorio y sus recursos; cada uno de estos eventos, a su vez, puede referirse a una serie de agresiones de diversos tipos, como intimidación, criminalización, desaparición y homicidio. Por ello, en ese año, el total de agresiones en contra de personas defensoras del ambiente y el territorio sumaron 238. Esta cifra representa un aumento del 164.44 por ciento, si se compara con las 65 agresiones que se documentaron en 2020, todo de acuerdo con el “Informe sobre la situación de las personas y comunidades defensoras de los derechos humanos ambientales en México”, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Tan solo en 2021, reitera el informe, se comprobó el asesinato de 25 personas defensoras del medio ambiente y los territorios; del total de agresiones documentadas durante ese año, el 41.2 por ciento fue contra población indígena, y la mayoría de estas agresiones fueron contra personas denunciantes de actividades mineras o defensores de ríos y bosques.

Mientras las protestan aumentan por los hechos sangrientos, los ejidatarios y una veintena de organizaciones defensoras de los recursos naturales y del agua exigen la presentación de los autores de los ataques y los asesinatos, y apuntan a la inacción del gobernador Cuitláhuac García quien, como de costumbre, disimula y mira hacia otro lado. Por lo pronto se suman tres nuevas víctimas a esta guerra asimétricas entre habitantes vulnerables de pequeñas comunidades, enfrentados a grandes corporativos, poderosos intereses millonarios, despachos de abogados gansteriles y policías estatales o municipales que ejercen la violencia con impunidad.

La conclusión es terrible, insiste el venenoso: ahora mismo, a ras del suelo, en más de un centenar de comunidades del país, se desarrolla una de las guerras más cruentas y violentas del capitalismo salvaje, encabezada por las empresas extractivistas que contaminan, arrasan territorios y recursos e incluso, muchas veces en complicidad con las autoridades, llegan a la violencia contra los defensores de esta riqueza suya y de nuestro país.

@Aladelagarza

Alejandro De la Garza
Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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