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Gustavo De la Rosa

22/06/2024 - 12:04 am

Y los “X” quieren medir fuerzas

“El burgués burocrático,”  Don Claudio X., tuvo que doblegar su arrogancia y quedarse esperando la cita que nunca le fue concedida. La lucha del dinero antiguo no será solo contra la Presidenta.

“En la reunión de empresarios se escucharon dos voces: las de la vieja burguesía y las de un nuevo sector”. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

En la reunión entre Claudia Sheinbaum y los empresarios, surgieron nuevamente las grandes contradicciones existentes en la sociedad mexicana.

No todo fueron sonrisas y diplomacia: el representante del Consejo Mexicano de Negocios planteó con claridad la posición que seguirán manteniendo durante los próximos 6 años con Claudia Sheinbaum. Manifestaron tener la fuerza para seguir utilizando las estructuras organizativas patronales en la búsqueda del poder perdido por su fracción política. La Revolución terminó con los capitalistas porfirianos y abrió la oportunidad histórica para el surgimiento de una nueva burguesía moderna, industrial y financiera.

México enfrenta un gran problema histórico: la falta de una etapa indispensable en la formación del capital nacional que pueda evolucionar hacia un imperialismo financiero. La acumulación originaria del capital no se ha dado, ya que la riqueza que no era capital, pues estaba concentrada en manos de la iglesia hasta la implementación de las leyes de reforma. Sin embargo, sólo se liberaron las propiedades inmobiliarias y algunas industrias extractivas funcionales para la formación de un pequeño grupo de hacendados y terratenientes. No se generó un proceso de acumulación de capital similar al experimentado en Inglaterra y otros países avanzados de Europa durante la etapa de acumulación originaria del capital.

La herencia colonial ha dejado a México como un país con riqueza pero sin capital, siendo exportadores de materias primas y importadores de bienes procesados.

Por lo tanto, la acumulación de capital financiero en México no comenzó realmente hasta después de 1920. Siempre ha habido una falta de capital nacional en México, y los dueños de los negocios han llegado como máximo a establecer tímidas alianzas con el capital extranjero, volviendo a la herencia porfiriana de crear inversiones “rentísticas”.

Y como máximo se animan a invertir en parques industriales que alquilan o venden a inversores extranjeros, quienes al final del día se quedan con la mayor parte de la producción de plusvalía generada por los trabajadores mexicanos, compartiendo solo una pequeña parte de las ganancias con los empresarios nacionales.

En México, ha surgido una burguesía vinculada estrechamente a la política, lo que ha llevado a que la burguesía mexicana sea conceptualizada como una burguesía burocrática que depende de la gestión de los recursos gubernamentales para aumentar sus ganancias. Esto ha llevado a que estén al borde de una crisis nerviosa, ya que el principio de separación entre política y negocios los está empujando hacia una crisis profunda, debido a su hábito de obtener altas ganancias con bajas inversiones personales.

Durante estos 6 años con Andrés Manuel separando la política de los negocios se está abriendo la oportunidad para que surjan nuevos empresarios o para transformar a los antiguos dependientes de los fondos públicos en capitalistas modernos. Aquellos que puedan aprovechar la gran oportunidad que ofrecen las nuevas reglas del juego serán los que, al final de este proceso de transición del capitalismo mexicano, puedan enfrentar los desafíos del siglo XXI.

Tal vez Carlos Slim, la señora Aramburuzabala, la impresionante consejera del empresariado de Claudia y nuevos inversores mexicanos comiencen a jugar efectivamente con las nuevas reglas del juego. Por eso, en la reunión de empresarios se escucharon dos voces: las de la vieja burguesía, representada por el dinero antiguo y corrupto que exige privilegios para invertir, y las de un nuevo sector de la burguesía que está empezando a comprender que estas nuevas reglas ofrecen la oportunidad de convertirse en verdaderos capitalistas financieros.

La arrogancia del portavoz del consejo de negocios al oponerse a la reforma judicial y exigir seguridad jurídica manteniendo críticas contra el Presidente Andrés Manuel refleja estas posturas del pasado.

“El burgués burocrático,”  Don Claudio X., tuvo que doblegar su arrogancia y quedarse esperando la cita que nunca le fue concedida. La lucha del dinero antiguo no será solo contra la Presidenta, como lo fue contra Andrés Manuel; ahora la lucha más intensa será contra los nuevos capitalistas y aquellos capitalistas que se han renovado. Tal vez el primero en caer sea uno de los más corruptos, como Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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